¡Por fin una Zona Franca!
CRÓNICAS DE LA ZONA FRANCA Cádiz
CRÓNICAS DE LA ZONA FRANCA - 95 años navegando hacia el progreso - Capítulo 1
La Zona Franca celebra este año el 95º aniversario de su creación. Una fecha simbólica para echar la vista atrás y hacer un recorrido por los episodios más relevantes de su historia.
Una historia que ha recalado en 2024, año que consolida una etapa de avance y progreso con una institución saneada desde el punto de vista económico e inmersa en el desarrollo de un ambicioso plan de modernización e inversiones en toda la provincia.
La Zona Franca ha logrado arraigar un modelo industrial más innovador, más competitivo y comprometido con la sostenibilidad y el medioambiente, con la Economía Azul como núcleo irradiador, al mismo tiempo que está apostando también por proyectos enfocados a la descarbonización, con el objetivo de huella cero.
Un presente que permite mirar al futuro con optimismo y al que se ha llegado con el bagaje de 95 años de experiencia navegando hacia el progreso y con el saber de los vaivenes derivados de buena parte de la historia de España del siglo XX.
Para contar el interesante y complejo devenir que nos ha traído hasta hoy, Diario de Cádiz va a publicar cada domingo de las próximas cinco semanas los episodios más relevantes, las curiosidades y las anécdotas de la historia de la Zona Franca de Cádiz, en el marco de la conmemoración de su 95º aniversario.
Desde el nacimiento del Consorcio, Diario de Cádiz ha ido narrando en sus páginas cada avance, las dificultades de los inicios, las obras de relleno que conformaron el actual recinto fiscal y el polígono exterior de Cádiz, la llegada de las primeras empresas, la modernización acometida en los años 80 y 90 o la apertura a la provincia.
Cientos de noticias que van a ser el hilo conductor de la historia y que nos van a acercar de una forma didáctica y atractiva los momentos más reseñables de la historia de la Zona Franca.
LA CREACIÓN
El 11 de junio de 1929, el rey Alfonso XIII firmó el Decreto por el que se crean las dos primeras zonas francas en España: la de Barcelona y la de Cádiz. En el artículo 25 del Real decreto de creación se recogía que “El Consorcio concesionario de la Zona Franca de Cádiz, a cuyo cargo correrá la construcción del puerto y demás servicios de la Zona, previa la correspondiente aprobación de los proyectos por los organismos administrativos a que corresponda hacerlo”. Sus antecedentes se encuentran en 1829, con la creación del Puerto Franco y en 1914, con la concesión de un Depósito Franco para la ciudad.
La administración en 1929 recayó en un Consorcio bajo la presidencia de un Comisario Regio, siendo Joaquín Pérez Lila.
Años después, el Decreto republicano de 3 de junio de 1931 determinó una serie de modificaciones en las organizaciones de los consorcios, otorgando la presidencia de los mismos a los alcaldes de las ciudades donde estaban ubicadas las zonas francas. Se suprimió la figura del Comisario Regio por un delegado Especial del Estado al que se le encomendaba, entre otras funciones, la dirección ejecutiva del Consorcio correspondiente. Así se recoge en el Estatuto y Reglamento de Régimen Interior del Consorcio hasta nuestros días.
Inicios complicados
Los inicios de la Zona Franca fueron complicados por la falta de financiación y la inestabilidad política que se vivió en todo el país durante la década de los 30, con el estallido de la Guerra Civil. Un ejemplo gráfico fue el número de delegados que llegaron al cargo -en menos de cinco años fueron nombrados hasta cuatro- y la sucesión de proyectos que se fueron redactando y que no fraguaron en obras hasta mediados de la década de los 40.
Tenemos que retroceder incluso a antes de la creación de la Zona Franca, a mayo de 1928, para encontrar el primer proyecto donde ya aparecía una zona franca en la fisionomía de la ciudad de Cádiz. Fue Eduardo Torroja Miret, ingeniero de caminos y una de las autoridades mundiales de la época por el uso del hormigón armado y prensado, quien lo elaboró y presentó a la corporación municipal el proyecto llamado “Propuesta para la Bahía de Cádiz,1927-1928”.
Este pintaba un primitivo puente sobre la Bahía y planteaba un relleno entre Puntales y la zona de El Chato, con una futura ampliación hasta Santibáñez, incluyendo un barrio obrero para los futuros trabajadores. Como curiosidad, se usaba como suelo la sede del Tiro Pichón, situado entonces en el Hipódromo de Puntales.
El 28 de junio de 1933, se publicó una importante noticia: Se realizó el Acta de Deslinde de los Terrenos que había de ocupar la zona franca de Cádiz, en su Bahía, entre el fuerte llamado de la Cortadura y el muelle de Puntales, denominado por aquel entonces “Viniegra Valdés”. Como se lee en la noticia, en esa fecha era delegado del Estado José Corripio Rey, tras su nombramiento en agosto de 1932. Inicialmente el muelle Viniegra Valdés tendrá una gran importancia en la zona franca ya que se utilizará para abastecer los depósitos de petróleo.
En enero de 1936, se aprobó otro proyecto de muelles, dragados y rellenos para el establecimiento de la Zona Franca, esta vez elaborado por el ingeniero jerezano Francisco Ruiz Martínez.
Meses después estalló la Guerra Civil, que hizo estragos en todo el país. La Zona Franca también sufrió sus efectos y en su historia quedó marcado el conflicto, ralentizando proyectos y marcando existencias para siempre, como la del entonces delegado, Manuel Campos Milán, quien tuvo que exiliarse a México para salvar la vida.
SALDAR UNA DEUDA MORAL
El Salón de Plenos de la sede de la Zona Franca de Cádiz está presidido por los retratos de todos delegados que han llevado la dirección ejecutiva de la entidad a lo largo de los años. Cuando uno finaliza su mandato se encarga un cuadro que se coloca junto al resto y que supone un reconocimiento a su trabajo al frente de la Institución.
Pero bien entrado el siglo XXI, nadie en la Zona Franca imaginaba que no estaban todos los que habían sido y que faltaban dos figuras importantes en la historia de la Institución.
Hasta que una ‘Carta al director’ publicada en este periódico en 2007 sacaba a la luz la figura de José Corripio Rey, el que fuera primer delegado de la Zona Franca y concejal del Ayuntamiento de la ciudad.
Gracias a su sobrino nieto, José Cabeza Barrio Corripio, pudimos conocer que “montó una fábrica de espejos y cristales en la calle Feduchy donde actualmente está la Clínica de La Salud. Allí fabricó los cristales para los automóviles Ford, modelo T, que se montaban en la Segunda Aguada”.
Perteneció al Partido Radical Socialista y fue concejal del Ayuntamiento de Cádiz. Cuando estalló el golpe militar de 1936 estuvo en prisión atenuada en su domicilio por motivos de salud. A pesar de su situación, fue fusilado en enero de 1937.
La Dirección de Zona Franca, con José de Mier al frente, se puso tras la pista y, tras investigar y localizar actas y noticias, encargó el retrato de José Corripio y restituyó el agravio de tantos años de olvido. Hoy su imagen nos recuerda que Corripio realizó las primeras labores para que la institución comenzase a andar. En el poco tiempo que dirigió el Consorcio, dos años escasos, se realizó el acta de deslinde y el primer Estatuto y Reglamento de régimen interior de la entidad, siendo el alcalde–presidente Manuel de la Pinta.
Curiosamente, pocos años después la historia se repitió con Manuel Campos Milán. Con motivo de la elaboración del libro “Historia de la Zona Franca”, encargado al director de este medio, Jose Antonio Hidalgo, por los 80 años de la Institución, la responsable del Archivo de Zona Franca, María del Tránsito Ramírez “descubrió” una breve nota con su nombramiento como delegado.
Este nombre –escondido entre legajos de casi medio siglo– llevaba consigo una historia inédita: la de un industrial gaditano de 36 años, que había tomado posesión de su cargo el 5 de julio de 1936 y había viajado a Madrid para poner en marcha gestiones de la institución gaditana.
Allí le cogió el golpe de Estado que dio comienzo a la Guerra Civil. Logró huir a Francia desde donde, en 1939, pudo poner rumbo a México donde se exilió hasta el final de sus días, dejando atrás a su familia y todos sus bienes.
Sobre Campos Milán apenas existían menciones, ni archivos, ni fotos por lo que cobró más relevancia una ficha de la Oficina de Inmigración de México, con la que se le pudo poner por fin cara.
Una investigación mucho más profunda de Jose Antonio Hidalgo, permitió que el 12 de noviembre de 2021 la Zona Franca y su delagado, Fran González, recuperaran su nombre para la historia, con la colocación de su retrato junto al resto de delegados, en un acto emotivo que contó con familiares venidos de México, Canadá o Canarias.
Las historias de José Corripio y Campos Milán han dejado una profunda huella en la Zona Franca, que ha honrado su memoria saldando una deuda moral con los dos servidores públicos.
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