El final de la obra en Santiago 11 en Cádiz: "Muchos de los vecinos de la zona han muerto o han tenido que irse de la ciudad"
Las dos décadas de espera a la ejecución del proyecto ha afectado a la propia vida del entorno
La apertura prevista de un nuevo comercio ayudará a revitalizar de nuevo esta calle
Santiago 11 renace en Cádiz tras un cuarto de siglo de espera
Una llamada alerta a los servicios de emergencia de Cádiz. El suelo de una vivienda, en la calle Barrocal 3, se ha hundido. Hay dos mujeres heridas, Francisca Olmo, de 54 años de edad, y una sobrina de 14.
La Policía Local llega, y los técnicos de Urbanismo también. Se inspecciona el inmueble y se ordena su desalojo, dejando en la calle a ocho familias, con 29 personas.
Apenas unas horas antes, los propios inquilinos habían lanzado una alerta, y no era la primera, ante la aparición de grietas en el edificio. “Se notaba un movimiento de tierra bajo el suelo, como si hubiera agua”, relataba en esa mañana del 7 de mayo de 2004 a este diario José Olmedo, hermano de la mujer accidentada.
La causa de estos daños, y de otras grietas que se localizaron en edificios del entorno, fue la construcción de un nuevo bloque de pisos en el vecino solar de Santiago 11, que incluía un inmenso aparcamiento de, al menos, dos plantas subterráneas.
Dos décadas más tarde, un cuarto de siglo después del inicio de las obras fallidas del edificio, los vecinos de la calle aplauden que por fin se hayan retirado los andamios y las redes de protección que durante mucho, mucho tiempo, han ocupado parte de una calle que, en su día, tenía mucha vida.
“Han sido muchos años sufriendo y padeciendo esta obra. Un proyecto que tendría que haberse acelerado en su momento”, destaca a este diario Francisco Gómez, residente en la zona y presidente de la Asociación de Vecinos Cádiz Centro.
“Lo hemos pasado muy mal. Ahora, con solo quitar los andamios se alegra la calle. Hemos felicitado a Procasa (a la que han informado de algunos desperfectos que la obra ha provocado en casas cercanas, pendientes de arreglo por parte de la empresa municipal) por el aspecto exterior que se le ha dado a la nueva finca”, reconoce Gómez, cuando ahora esperan (todavía quedan trabajos en el interior del inmueble) la llegada de los nuevos vecinos: ya sean los realojados del barrio Manuel de Falla (mientras se reforma este barrio de Puerta Tierra), o los adjudicatarios de los pisos de protección oficial que se han habilitado en esta calle.
Pero, sí lamenta Francisco Gómez, quienes no van a poder disfrutar de la visión de la nueva edificación y de la “normalización” de la vida en la calle, serán “los vecinos que en este largo tiempo pasado han fallecido, o quienes se han marchado de aquí”. Menciona a la misma familia que resultó accidentada en mayo de 2004, que tuvieron que dejar Cádiz y buscar una casa en la Bahía, en este caso a San Fernando, y otros que se marcharon a diferentes localidades “cuando aquí podían pagar una renta de las antiguas”, pues muchos sufrían problemas de filtraciones y humedades.
Con todo lo que ha pasado este vecindario, Francisco Gómez prefiere no entrar en buscar respsonsables, aunque sí deja claro que todo lo ocurrido se debió al mal trabajo de la promotora privada que comenzó a urbanizar Santiago 11.
Eso sí, deja claro que el Ayuntamiento de la época “tendría que haber sido más ágil” a la hora de actuar en esta obra, y más ante los numerosos requerimientos que hacían los vecinos. El último, apenas unas horas antes de la tragedia.
“En todo este largo periodo de años nos hemos visto desprotegidos”, hasta que las obras, ya en manos municipales, pudieron iniciarse en la última etapa de gobierno de José María González, y culminada ahora ya con Bruno García en la Alcaldía.
“Por fin vemos el final del túnel. Y confiamos que esta mala experiencia no se vuelva a repetir, que en todas las obras (y más en el casco antiguo, donde se trabaja en la remodelación de fincas vecinas de otras con muchos años a cuesta) haya un minucioso seguimiento desde Urbanismo. Y que si hay requerimientos de los vecinos, que se les haga caso con rapidez”.
La esperanza de un nuevo comercio
El nuevo edificio en Santiago 11 incluye en su planta baja un local comercial de cien metros cuadrados de superficie. Todavía no se sabe qué tipo de comercio lo va a ocupar, pero sea cual sea va a ser muy bien venido. “Sin duda va a ayudar a animar la calle”, constata.
Lo cierto es que en paralelo a la conversión de Santiago 11 en un gran solar abandonado durante años, con la fachada casi en estado de ruina y protegida con redes y otros soportes, la calle ha ido entrando en una cierta decadencia.
Junto al envejecimiento de sus habitantes, se ha producido un constante cierre de comercios, que Francisco Gómez enumera uno a uno, lo que le ha quitado vitalidad a la vía. Ahora, se confía en que el nuevo comercio y el edificio ya rehabilitado supongan un nuevo comienzo para la zona.
Ahí, por ejemplo, está un establecimiento hotelero en la misma calle Barrocal, Casa Nautilus, vecino de la finca que sufrió el hundimiento parcial de una de sus viviendas.
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