Los franciscanos se marchan de Cádiz
La falta de vocaciones de la orden religiosa provoca la decisión de la provincia
La ausencia de frailes se hará efectiva el 1 de septiembre
La iglesia de San Francisco se queda sin frailes. La orden que fundara San Francisco de Asís y que recaló en Cádiz en el año 1566 ha decidido abandonar la ciudad; una dolorosa decisión que pone fin a una histórica relación entre Cádiz y los franciscanos motivada por la falta de vocaciones y las limitaciones humanas y económicas de esta orden religiosa.
Según ha podido saber este medio, será el próximo 1 de septiembre cuando la marcha de los frailes se haga efectiva, confirmando ese día el cierre del convento situado en la plaza de San Francisco. Se desconoce, por ahora, qué ocurrirá con la iglesia y cómo se gestionará tanto el templo como el convento anexo a partir de esa fecha. Una fórmula que tendrá que decidir en próximas fechas la provincia franciscana.
El cierre de Cádiz viene a confirmar la delicada situación que atraviesan los franciscanos, como ocurre con el resto de órdenes religiosas tradicionales. "La penuria y situación agónica de la Provincia Franciscana de la Inmaculada, a pesar de la fusión de hace seis años que traía esperanzas de revitalización, ha llevado a los superiores mayores a tomar una decisión dolorosa para los frailes y para los gaditanos", ha comunicado el padre Teodoro López, uno de los franciscanos que quedan en Cádiz y que ha informado del cierre de cinco casas a la vez en todo el territorio que cubre la provincia.
Como indica Teodoro López, fue en el año 2015 cuando la orden fusionó varias provincias, culminando un proceso iniciado años antes. El 1 de enero comenzó a funcionar la nueva provincia, fruto de la unión de seis que había en España, quedando fuera de ese proceso las provincias de Galicia (que aglutina también a los conventos situados en Asturias, León, Zamora y Salamanca) y País Vasco (que además abarca las casas de Palencia, Burgos, Santander y Navarra).
En ese proceso de unificación de provincias ya cerraron los franciscanos el convento de Jerez de la Frontera, que durante años estuvieron atendiendo cultualmente desde Cádiz. Y ahora le toca el turno al convento de la capital, que tras casi 500 años de relación dice adiós a una orden que "en los seis años de vida de la nueva entidad el número de religiosos ha mermado en casi cien", según traslada Teodoro López.
La anunciada marcha de los franciscanos de Cádiz se une a la que ya se produjo anteriormente de los carmelitas (que siguen atendiendo la iglesia por medio de la comunidad establecida en San Fernando), los jesuitas o los mercedarios, y anteriormente en el tiempo también los capuchinos.
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