Del fuego perpetuo al ahorro permanente

Varios ciudadanos consultados por este periódico aplauden la medida de apagar la llama del pebetero para ahorrar 13.000 euros anuales a las arcas municipales

El pebetero del monumento a la Constitución de 1812 instalado en la plaza de España.
El pebetero del monumento a la Constitución de 1812 instalado en la plaza de España.
Beatriz Estévez Cádiz

30 de noviembre 2015 - 01:00

Mantener viva la llama constitucional no es prioritario. No, al menos, la llama simbólica, la que desde el 19 de marzo de 2006 lleva encendida a los pies del monumento a Las Cortes, en la plaza de España. Así lo entienden las personas a las que este medio ha preguntado por la medida aprobada por el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz de sólo prender el pebetero en fechas puntuales, con el propósito de ahorrar a las menguadas arcas municipales un montante de 13.000 euros anuales.

"Todo lo que suponga un ahorro es bien recibido. Me parece estupendo. Y más con esto de la llama, que tampoco aporta tanto", valora una señora que camina con prisa a tan sólo unos metros del recipiente, aún humeando fuego.

Que la suma del coste del mantenimiento del pebetero (7.000 euros) y del suministro del gas natural que precisa para su funcionamiento (6.000 euros) dé como resultado la cifra anual de 13.000 euros impresiona a otras dos gaditanas de mediana edad que acaban de apearse de un autobús urbano y se disponen a cruzar la plaza de España. "¿Tanto dinero cuesta esto? Pues no entiendo cómo no lo han quitado antes, cuando terminó el Bicentenario". A lo que su amiga añade: "Yo es que nunca me doy cuenta de si está o no encendido, sinceramente. Paso por aquí casi todos los días, pero no le echo cuenta. Así que si apagar la llama supone un ahorro económico, bienvenido sea".

Con el fuego perpetuo se ha venido rindiendo homenaje a los diputados que redactaron la Carta Magna de 1812. Con ese objetivo lo instaló el anterior equipo de gobierno del Partido Popular hace ahora nueve años y medio. Es la explicación que recibe un asturiano, con cámara réflex en mano, que pregunta por su significado al ser interrogado por este asunto. "Hoy en día se pueden buscar alternativas. Se podría sustituir por una escultura, por algo sintético... Es verdad que el fuego es llamativo y luce porque tiene vida, es algo vivo, pero si el Ayuntamiento dice que no hay dinero, no hay". "Pero estaría bien buscar una alternativa", insiste el foráneo.

De alternativa no han hablado los miembros del Gobierno municipal, sólo de volver a prender la llama en fechas puntuales, como la del 19 de marzo, día en que se conmemora la proclamación de la Constitución de Cádiz.

Un vecino gaditano que peina canas aplaude la decisión del equipo de Gobierno de no avivar este fuego por más tiempo, e igualmente considera muy acertado que mantengan el pebetero para darle uso en esas fechas señaladas. "Me parece muy bien que lo apaguen para invertir ese dinero en otras cuestiones más urgentes y prioritarias, que en esta ciudad está la cosa muy mal y la deuda municipal es muy alta". "Pero ya que está aquí -agrega señalando hacia el blanco recipiente- me parece buena idea que lo quieran encender en días significativos, que no son muchos y creo que no supondrá mucho gasto".

Este mismo vecino saca a colación la reutilización de dos de las polémicas pantallas LED -instaladas durante el gobierno municipal de Teófila Martínez- como videomarcadores del estadio Carranza: "Esta operación no termina de convencerme porque igualmente van a tener que seguir invirtiendo en el mantenimiento de esos aparatos". "Por mí las podrían quitar todas porque no aportan nada y suponen un gasto totalmente innecesario", se despide.

Un joven que también transita por las inmediaciones de la plaza España da su opinión sobre ambos asuntos. Le convence el nuevo uso de las pantallas, aunque se muestra cauto: "Habrá que ver si realmente sirven como videomarcadores, si su visibilidad es buena". Lo que sí le parece un acierto es que los ingresos que genere la publicidad que se inserte en los videomarcadores vayan a parar a las arcas municipales. "La repercusión publicitaria va a ser mayor, seguro".

Con respecto al símbolo del liberalismo y del constitucionalismo, más que la medida en sí, lo que resalta es que el anterior equipo de gobierno "despilfarrara tanto dinero durante tantos años en una llamita y en una banderita", dice en alusión a la bandera de España de la plaza de Sevilla que, según comunicó el alcalde a los pocos días de su investidura, supone un coste de 150 euros cada vez que se iza o se arría.

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