Los funcionarios dieron la espalda a la convocatoria

La gran mayoría de los trabajadores de las administraciones públicas en la capital gaditana dio la espalda a la huelga y cumplió con normalidad su jornada laboral, marcada por los piquetes que desde temprano se apostaron ante los edificios del Ayuntamiento de Cádiz, la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial.

El seguimiento de la huelga en los servicios de la Junta en la provincia de Cádiz fue de un 10,14 por ciento, datos extrapolables a la capital debido a la presencia en la misma de los edificios centrales de estos servicios. Se trata de la cifra más alta de Andalucía en cuanto a provincias. Según la Junta, de sus 28.454 trabajadores en la provincia de Cádiz fueron a la huelga sólo 2.884.

El edificio de la Junta de Andalucía en la plaza de Asdrúbal fue uno de los puntos donde se ubicaron los piquetes sindicales, allí desde las siete de la mañana. Una nueva puerta que da acceso al edificio fue inutilizada con silicona en la cerradura, mas el percance no impidió que los trabajadores entraran en el inmueble. Eso sí, oyendo las recriminaciones de los piquetes. A las nueve de la mañana la normalidad era absoluta en las distintas dependencias de la administración autonómica en Cádiz.

En el Palacio Provincial de la Diputación estaban las puertas cerradas, aunque con el personal trabajando dentro. La plantilla había sido avisada para entrar un poco antes de lo habitual y así evitar a los piquetes. En la Diputación gaditana, el seguimiento de la huelga se cifró en un 23 por ciento de promedio.

En cuanto a la repercusión del paro entre los empleados municipales, y según cifras ofrecidas al final de la mañana de ayer desde el mismo Consistorio, un 4,4 por ciento de funcionarios (36 personas) y un 7,6 por ciento de laborales (13 personas) secundó la huelga. La Casa Consistorial y el Edificio Amaya, a escasos metros una del otro, vivieron una tranquila jornada con la mayoría de sus trabajadores en sus puestos, aunque se notó un descenso de las visitas de los ciudadanos, que quizás pensaban que la huelga iba a afectar al funcionamiento habitual de estas administraciones.