La fundación de Gadir revive en La Caleta con La Fura dels Baus

La fundación de Gadir hace 3000 años se ha revivido en La Caleta, en un espectáculo donde los fenicios que llegaron a las mismas aguas que hace 3000 años los vieron desembarcar, bailaron sobre la arena y volaron por los aires.

La propuesta de la compañía catalana La Fura dels Baus -con guión e interpretación gaditana- en coproducción con el Ayuntamiento de Cádiz, 'Gadir, el resurgir de los fenicios', escenificaba en la noche de este sábado el pasado y el presente, Gadir y el Cádiz del siglo XXI, en una fusión de la cultura flamenca y carnavalesca con la que llevaron a escena metafóricos capítulos de la vida de Gadir.

La obra empezó puntual, con una playa repleta de gente dispuesta a disfrutar del 'renacimiento' de aquella civilización colonizadora de Cádiz, en una producción recreada por tierra, mar y aire que fue narrada por la actriz Susana Rosado. 'El resurgir de los fenicios' alcanzó tierra a través de una embarcación fenicia customizada para la ocasión, pero también elevó por los aires a los descendientes de aquellos primeros fenicios escenificados en los sarcófagos que lucen en el Museo de Cádiz -dos participantes lo interpretaban-, unidos por un simulado cordón umbilical en el aire donde se pudo ver -y oír desde abajo- algún pequeño aprieto en la coreografía. Toda una proeza, no obstante, para este batallón de voluntarios y valientes coristas que dejaron algunos de los momentos más sorprendentes. Sobre la arena se iban sumando más y más fenicios manchados de barro, de tierra, de historia e historias contadas en el lenguaje de la danza contemporánea.

La llegada de estos pobladores fue representada por el bailaor Eduardo Guerrero -de lo mejor del espectáculo- y su tripulación fenicia que, a bordo de este navío -el mismo que prologó el criticado desfile del primer día-, desembarcaron, mientras que otra sección del cuerpo de baile se enfrentaba a ellos desde el escenario. Recrearon la conquista de los territorios, en una lucha con remos y lanzas para dar paso a la partida del barco en representación de la consolidación y fundación de Gadir como ciudad, en uno de los momentos más bonitos en la orilla de La Caleta.

Esta unión de pueblos, de los indígenas de entonces con los fenicios procedentes de Tiro, se representó musicalmente de la mano de los coros del Carnaval de Cádiz. Desde la pasarela de bajada a la playa -aunque cantando en playback-, el coro puso el sello gaditano con la letra de Miguel Ángel García Argüez, la composición musical de José Manuel Pedrosa y Juan Antonio Verdía y la dirección de Luis Rivero y Nandi Migueles. Una emocionante interpretacion, la del coro, que se acompañó paralelamente del baile de Guerrero y su cuerpo de danza. Se emularon unas singulares alegrías impregnadas de sones orientales, y escenificaron la llegada del olivo y la vid, en un magistral zapateado del bailaor gaditano.

La religiosidad y ritos en Gadir estuvieron presente con los sones de la batucada de Samba Wamba, cuyos intérpretes realizaron un ritual religioso: 'La égersis de Melkart', que terminó con la quema anual del viejo Dios a cargo de Guerrero, para el renacer del nuevo, y dar definitivamente lugar a esta fusión de Gadir y Cádiz, con vistas al futuro. Es ese el mensaje de la producción de la Fura, en poner en valor nuestra historia, conocerla, amarla, para protegerla ahora y por el resto de los siglos, simbolizado por el vuelo final de Gadir -representado en letras en torno a las que sobrevolaban este grupo de coristas- , en el mismo lugar donde nos colonizaron.