El futuro de Cádiz: ciudad abierta y universidad emprendedora

Universidad

La UCA ha sido pionera en España en el impulso al espíritu emprendedor

Imagen de archivo de la sede de la UCA / Julio González
José Ruiz Navarro - Catedrático Emérito de Organización de Empresas por la Universidad de Cádiz

14 de noviembre 2021 - 06:00

Cádiz ha sido importante cuando ha mirado hacia fuera y ha participado en el acontecer internacional. Los principales hitos históricos de la ciudad han estado ligados a conocidos hechos de calado.

El futuro de la ciudad se asienta en su pasado y está conectado con el ecosistema natural, social y económico de los territorios en los que se asienta. Su futuro depende de las sinergias que puede construir -gracias a su potente identidad- con esos territorios: con su área metropolitana, la provincia, el triángulo con Sevilla y Málaga, y sus conexiones nacionales e internacionales. La evolución de estos ecosistemas, desde una perspectiva económica, está estrechamente ligada al dinamismo de sus tejidos productivo y empresarial.

Sus principales déficits, comparados con las economías más avanzadas del mundo, se reflejan en sus bajas tasas de densidad empresarial y dinamismo emprendedor, más acentuado en el sur y especialmente en Cádiz. Diversas investigaciones correlacionan sus tasas de emprendimiento innovador (startups tecnológicas) con la creación de empleo de calidad y con el desarrollo económico. Estos hallazgos muestran que el desarrollo regional de las ciudades y territorios son fruto de la bondad de sus ecosistemas de innovación, de la capacidad y acierto de gestionar adecuadamente sus recursos y relaciones.

Diversos modelos precisan los pilares sobre los que se construyen y las condiciones sistémicas (capacidad interna de relacionarse y generar valor) y del entorno en el que se apoyan. Entre esos pilares, además de la capacidad de atraer inversiones, la calidad de sus instituciones, sus servicios, los referentes personales y empresariales que sirven de modelos de comportamientos, las infraestructuras y el tamaño de sus mercados, destacan la oferta de conocimientos y el talento. Estos dos últimos pilares, decisivos en la dinámica del ecosistema, están estrechamente ligados a la educación y a la universidad. La información que genera los Observatorios GEM-GUESSS, entre otras fuentes, permite conocerlos y gestionarlos.

Madrid y Barcelona, principales ecosistemas nacionales, originan una dinámica polarizadora que hace del resto una "España vaciada" de nuevas empresas tecnológicas. No obstante, Sevilla, Málaga y Cádiz aparecen como pequeños focos que permiten albergar esperanzas de su potenciación.

El futuro de Cádiz, su atractivo y la personalidad de su capital, su localización, las valoraciones de sus indicadores, demandan reforzar los pilares estratégicamente decisivos del conocimiento y el talento. A pesar de lo logrado en los últimos años, es preciso mejorar notablemente el nivel educativo de la población y sus competencias profesionales, entre ellas las capacidades directivas (públicas y privadas), emprendedoras y empresariales.

Para que el pilar del conocimiento y el talento sean motores de la ciudad, entre otras actuaciones, es esencial la colaboración entre el tejido empresarial e institucional con la universidad, labor en la que el Consejo Social de la UCA tiene una especial responsabilidad. Internamente la universidad debe reforzar y poner en el corazón de su organización y estrategia el espíritu emprendedor y de innovación, transformarse en una universidad emprendedora.

En los últimos veinte años la UCA ha sido pionera en España en iniciativas relacionadas con el impulso al espíritu emprendedor. No obstante, en la última década, otras universidades la adelantaron, intensificando sus estrategias emprendedoras, creando unidades y vicerrectorados orientados a esta función y asignándoles recursos adecuados. Esta pérdida de fuelle pretende corregirse por el actual equipo rectoral con la creación de la dirección general de emprendimiento, empresa y egresados.

El capital humano de la UCA, su Campus de Excelencia Internacional del Mar, sus redes y conexiones internacionales, sus órganos rectores y su Consejo Social, pueden ser poderosas palancas de cambio para la ciudad y su entorno.

La inteligencia colaborativa, no siempre presente en las organizaciones y ciudades, es necesaria para que esto suceda. Las dificultades se superan con un liderazgo generoso, metódico y co-creativo -a veces ausente-, con acciones que creen redes y hagan fructíferas, nacional e internacionalmente, las oportunidades de una gran ciudad.

Cádiz, con su universidad, tiene la ocasión de ser una ciudad abierta y universal, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sensible a los grandes retos de la humanidad, y de aprender de la historia, que nos enseña que los territorios que establecen relaciones de colaboración prosperan y los que no lo hacen declinan.

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