Un gaditano gana el premio MCHAP.emerge de Arquitectura por el centro La Tejedoras en Ecuador
Juan Carlos Bamba ha conseguido esta distinción junto a José Fernando Gómez (Natura Futura) por este edificio construido con materia nativa de teca para las mujeres de Chongón
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Fue en 2013 cuando el joven arquitecto gaditano Juan Carlos Bamba, de Bamba Estudio, se lanzó a una nueva aventura en Guayaquil, Ecuador. Muy cerquita de esta gran ciudad portuaria, en Chongón, proyectó de la mano de José Fernando Gómez (del estudio Natura Futura), el centro comunitario Las Tejedoras, un acogedor edificio construido en 2022 en madera de teca, como un oasis en medio "de los grandes bloques de hormigón que proliferan en la zona". Un lugar de referencia para la comunidad local, con un gran patio central en torno al que se distribuyen las aulas, talleres, cafetería y una tienda donde se venden los tejidos artesanales que allí mismo manufacturan las mujeres de la zona, que más empoderadas que nunca han llenado de vida sus espacios, los de un edificio que ahora se ha hecho con el premio MCHAP.emerge de Arquitectura, que reconoce las mejores obras construidas en el continente americano por firmas con menos de diez años de trayectoria profesional.
El premio ha sido acogido con mucha satisfacción y emoción por Bamba, "porque fue colaborativo desde el principio, hasta el final", hasta el punto de que el día de su inauguración el gaditano no pudo contener las lágrimas de emoción.
Aquello partió de la necesidad de crear un lugar para desarrollar la actividad artesanal de estas mujeres, a lo que respondió la Fundación Young Living, dedicada a generar programas que fomentan el potencial de las comunidades. Se fijaron entonces en Chongón, con una población de casi 5.000 personas, la mayoría mujeres que no forman parte de la comunidad económicamente activa, motivo por el que inicialmente abrieron la Academia Young Living, donde estudian alrededor de 150 niños de bajos recursos, "los hijos de estas mujeres tejedoras que formaban parte de los talleres productivos de la ciudad". Pero el grupo crecía, eran cada vez más, y necesitaban un nuevo espacio, el Centro de las Tejedoras, hoy hecho realidad gracias a esta misma fundación. “Yo entré en este proyecto porque Andrea Ollague, líder de la Fundación en Ecuador, estaba empeñada en hacer arquitectura local, nada de arquitectura gringa, como le dicen ellos, y contactaron con José Fernando de Natura Futura, al que conocía de proyectos anteriores también muy interesantes, y me animó a trabajar juntos”.
Empezó entonces un apasionante reto colaborativo “en este proyecto con una visión muy feminista, poniendo en el centro a las mujeres”, en el que también participó Andrea Fiallos, líder de la Fundación La Iguana.
Hace poquito volvió a Chongón, pues ahora trabaja en Bratislava (Eslovaquia), y comprobó entusiasmado lo bien que funciona el centro, "tanto en el cometido, como el edificio y la vegetación nativa que plantamos entre todos, pues está precioso". Y es que el concepto de sostenibilidad no puede tener más sentido en esta edificación, "que no solo es respetuosa con el medio por los materiales usados, sino que son materiales sostenibles en el tiempo, son sus materiales".
Más de una década de proyectos en Guayaquil que lo llevó a Las Tejedoras
Juan Carlos Bamba entró a formar parte de esta iniciativa cuando a raíz de la investigación que desarrollaba para la Universidad Católica de Guayaquil sobre bambú, fibras naturales y maderas, "nos enganchamos a todo esto de los ecomateriales y empezamos a conocer a gente vinculada a este tipo de iniciativas".
De aquí nació la proyección del Cabañón DLPM, una casa que elaboraron con bambú, a modo de un gran observatorio en alto de una zona ajardinada con la que ganaron una buena ristra de premios, incluido los premios Arquia de Arquitectura y la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito en 2016, "que nos dio mucho reconocimiento".
En aquellos tiempos también conoció al propio José Fernando Gómez, con el que hizo el primero de sus proyectos de casas flotantes, a la que siguió La Balsanera y ya el centro de Las Tejedoras.
Ahora, casi con un pie puesto en España, baraja junto a otros colegas de Granada y Sevilla trabajar también aquí en el concepto de los ecomateriales, “usar materiales de la zona de bajo coste que bien podría ser la sal, por ejemplo”, o bien “buscar la posibilidad de cultivar aquí vegetación de crecimiento rápido como el bambú, que es un arbusto que crece rápido y con huella ecológica negativa. Si pudiera hacerse sería muy interesante”.
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