El gaditano Paco de la Corte retrata la Navidad de la DANA

El fotógrafo pasó las fiestas en Paiporta y otras poblaciones afectadas por el temporal que asoló la comunidad valenciana hace unos meses

El profesional deja constancia de las carencias, pero también de “toda la bondad” que ha visto en la zona

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Papa Noel entrega regalos a los niños en un sofá en la calle de una de las zonas afectadas por la DANA en Valencia.
Papa Noel entrega regalos a los niños en un sofá en la calle de una de las zonas afectadas por la DANA en Valencia. / PacodlaCorte

Cádiz/Aunque parezca un contrasentido, la Navidad –el periodo del año donde valores como la generosidad y la empatía están al alza– consigue desplazar de la agenda pública e informativa los horrores que siguen padeciendo algunos ciudadanos con independencia del calendario festivo. El fotógrafo gaditano Paco de la Corte, muy consciente de este dislate, se niega a que “nos olvidemos lo que están padeciendo muchas personas en Valencia” y allá que se fue a pasar una Navidad “muy diferente”, una Navidad que emociona y conmociona, La Navidad en la DANA, que ha retratado a través de su objetivo.

Paiporta, Catarroja, Alfafar, Benetússer, Massanassa ha sido el recorrido que del 21 al 25 de diciembre ha seguido el profesional con amplia experiencia en fotografiar la cara menos agradable de la sociedad, mes y medio, por ejemplo, se pasó conviviendo con personas sin hogar de varios lugares de Andalucía para cristalizar en imágenes la dureza de la calle o también pasó una temporada en la India, en la ciudad de los leprosos.

“Pero esta experiencia, sobre todo lo que he podido ver en Paiporta, me ha impresionado muchísimo. Porque siguen sin nada, hay gente viviendo en una hamaca en la calle, personas que han perdido su medio de vida, con negocios de toda la vida al traste o comercios acabados de abrir. Gente que ha visto morir a gente en la puerta de su casa sin poderhacer nada y que andan muy afectados por eso. ¡No hay equipos de psicólogos con los que puedan hablar!”, va relatando el fotógrafo que apoya su relato, no sólo con las estupendas fotografías que se pueden ver en esta página –y muchas más en la web de Diario de Cádiz– sino también con declaraciones de algunos de los protagonistas de estas imágenes.

Reparto de frutas y verdura en la zona afectada en estos días de Navidad.
Reparto de frutas y verdura en la zona afectada en estos días de Navidad. / PacodlaCorte

“Yo nunca me había ido con grabadora en mano, pero esta vez creí que era importante que la gente que quisiera me contara su historia o lo que había vivido. Y te digo que las lágrimas me las tuve que aguantar en más de una ocasión”, reconoce mientras escuchamos a Ángel, que no pudo salvar a una chica agarrada a una reja que se terminó llevando el agua; o a Lorena, que no olvida los gritos de tres niñas que vivían junto a su casa y, sobre todo, el silencio mortal que los precedió; o la propia voz de Paco reproduciendo las palabras que Pepe, en la carretera que va para Paiporta, no puede pronunciar por la emoción. Palabras que hablan de las nueve personas que vio morir desde su puerta aquel día, sin poder hacer nada por salvarlos.

Historias duras, pero también historias de luz, “de mucha luz, de mucha bondad”, dice, ha encontrado tras los restos del naufragio –“bueno, yo te diría que el caos sigue todavía...”–. Así, el reparto de pan gratuito que hace Palmira; la labor de los voluntarios como Borja, de Cádiz, “que está allí desde el primer día”; la labor del comedor del chef José Andrés; o el reparto de regalos de parte de la actriz María Castro; además de las generosas donaciones y el trabajo de asociaciones de todo tipo implicadas con el desastre en la zona, han quedado captadas por Paco de la Corte que se trae de vuelta, “una bondad insuperable”.

Porque de todo lo visto, de todo lo fotografiado, de todo lo oído por el gaditano en esta Navidad que ha pasado en la zona cero del desastre de Valencia, De la Corte se queda “con la bondad de la gente”. “Mira, de todos los días que me fui, yo sólo quise coger un día en un hotel en la Albufera para el resto estar en la calle con la gente, y te puedo decir que siempre hubo una vecina o un vecino que me ofreciera un lugar para quedarme, que me diera algo para tomar, que estuviera pendiente. Bondad en estado puro, gente que lo ha perdido todo o casi todo, ¿eh?”, se emociona el fotógrafo que también alaba la labor de la Infantería de San Fernando desplazada en la zona, de cuyos representantes también recoge testimonio de audio.

“Mi única intención con este trabajo es visibilizar lo que todavía queda por hacer en Valencia, para que no nos olvidemos que allí hay gente que sigue sufriendo y que necesita ayuda de las instituciones, porque todavía hay mucho por hacer, hay muchas carencias”, denuncia.

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