El gafe que tiene Cádiz, y que le impide avanzar más rápido como ciudad

EL PASEANTE

La ciudad es especialista en perder oportunidades que podrían mejorar su futuro

Hay que tener claro qué se quiere hacer con los edificios que siguen vacíos

Los promotores del mercado gastronómico quieren abandonar el proyecto

Limpieza de la cristalera principal de la estación de 1905 antes de los actos del Bicentenario.
Limpieza de la cristalera principal de la estación de 1905 antes de los actos del Bicentenario. / D.C.

EN Cádiz, asumámoslo, tenemos normalizado que las cosas de interés común se hagan con plazos de años o décadas; o que se archiven en un cajón, con sus promotores aburridos de tantas piedras que se encuentran por el camino.

Es una normalidad en nuestras vidas que dice mucho de nuestros rectores, los de ahora, los de antes y, seguramente, los del futuro, y de la propia ciudadanía. De toda, no empecemos a escondernos bajo el pupitre.

El penúltimo capítulo, porque está claro que nunca habrá un último caso, nos llega del Plan Plaza de Sevilla.

¡Orgullosos deberíamos de estar los gaditanos con este Plan!¡Lo que nos da como tema de conversación a los que tenemos algún interés por el desarrollo de la ciudad! La de cambios de proyectos y de opiniones que hemos visto pasar desde que se pintó por primera vez la remodelación del suelo ferroviario... en el PGOU de 1984.

No entremos en la situación del vestíbulo de la nueva terminal (acabado hace dos décadas, sin estar aún en uso), ni en el parque de la Muralla, ni en el inconcluso nuevo aparcamiento de Adif, ni en el hotel sobre el vestíbulo. No hablemos ni de la Aduana, que ahí está la Junta que tiene pendiente desde hace años revertir la absurda protección que se le dio a este edificio. ¡Qué estrés laboral debe haber en la administración regional!

Nos quedamos en la terminal ferroviaria de 1905. Rehabilitada hace dos décadas y pendiente de tener un uso ciudadano. En este tiempo, limitado solo al uso como restaurante para los participantes de la Cumbre de Jefes de Estados Iberoamericanos de 2012, y a la celebración del 150 aniversario de Diario de Cádiz, con la presencia del Rey Felipe VI. Más allá de ello, nada.

Sabrán que allí se va a ubicar un mercado gastronómico. Si no lo han leído en estas páginas (difícil, pues llevamos años cargando con este asunto), pueden haberlo visto en la gran cartelería que ocupa una de las fachadas del viejo edificio ferroviario.

Se va a ubicar o, tal vez, se iba a ubicar.

Este sábado contábamos la intención de los empresarios que estaban al frente del Mercado Gastronómico de abandonar el proyecto. Más allá de intereses muy particulares en otros negocios y la escasa implicación de algunos en esta idea gaditana, lo cierto es que hay que entenderles: firmaron el acuerdo con Adif hace casi diez años para gestionar el eficio, y aún están dando vueltas a los trámites administrativos para poder ponerlo en marcha.

Así que, salvo que alguien mueva ficha o llegue algún nuevo empresarios dispuesto a asumir el proyecto, la terminal ferroviaria de Cádiz va camino de unirse al listado de proyectos públicos en lista de espera. Una lista que avanza más lenta en su resolución que las del Servicio Andaluz de Salud.

Aquí no entramos en si el uso de la vieja estación como mercado gastronómico es el adecuado y si entra o no en competencia con el casco antiguo (recuerdo cuando desde el sector hotelero se hablaba hace años de que la ciudad tenía suficientes hoteles, y aquí estamos, aumento la oferta tradicional -ojo, otra cosa pueden ser las VUT- y no ha pasado nada. Todo lo contrario, vienen más turistas que nunca).

Una ubicación estratégica en la entrada al casco histórico

Incluso si se le podía buscar otros usos (lease como complemento del Palacio de Congresos , para pequeños conciertos, exposiciones, ferias y muestras varias, e incluso para bodas, bautizos y comuniones. Aunque para ello sería necesario contar con un equipo técnico suficiente en número e imaginativo. Y no parece que la cosa vaya por ahí).

La cuestión es que, al final nos podemos quedar con un inmenso edificio vacío situado en un lugar tan estratégico en la entrada al casco histórico. Vale que hoy esta puerta a la ciudad da vergüenza (más si miramos al abandono de las vecinas murallas), pero seamos algo optimista (algo no, mucho, mucho) y pensemos que en unos años esta infraestructura podría estar terminada... con la estación de 1905 vacía.

Que se caiga el proyecto del mercado gastronómico, sin una alternativa seria detrás, no es una cuestión baladí para esta ciudad... aunque no cree el debate ciudadano provocado por el fiasco del concurso del cartel del Carnaval de 2025.

Hemos planteado en estas páginas en más de una ocasión que lo que tenemos que hacer es coger un plano de la ciudad, de esos antiguos de papel, y ver lo qué tenemos. Ver lo que queda por poner en uso, lo que necesitamos como ciudad de aquí a veinte o treinta años. Y a partir de ahí, poner nombres a los edificios o terrenos que hoy permanecen vacíos, para vergüenza general.

 Y a partir de ahí, también, buscar inversores públicos y privados, que pueden afrontar estas operaciones con agilidad. Para ello, claro, hace falta dinero y administraciones ágiles a la hora de solventar la burocracia que hoy nos sigue ahogando. Y sobre todo, muchas ganas por trabajar. 

Como ciudad estamos dejando pasar muchas oportunidades, mientras que otras ciudades de nuestro entorno mejoran día a día. Ahí están los ejemplos de San Fernando o Chiclana, y el esfuerzo que se realiza desde Puerto Real, Rota, Sanlúcar, Chipiona... No nos podemos quedar atrás.

No hemos sabido en estos años aprovechar los fondos europeos que llegaron tras la pandemia, aunque aún quedan programas por definir desde Bruselas y Madrid, que son otra oportunidad. Habrá que estar muy atentos allí donde corresponde, para no perder nuevas carreras.

Y al igual que algunos constituyen (sospechosamente ahora) plataformas reivindicando diversos proyectos, ante silencios pasados, hay que exigir a quienes nos mandan firmeza a la hora de reclamar lo que le corresponde a Cádiz.

Si esta ciudad logró soterrar el tren o reformar el vetusto paseo marítimo. Si recupero edificios militares para después cederlos a para la expansión del Campus de la Universidad de Cádiz. ¿Por qué no va saber dar buen uso a lo que sigue vacío?

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