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Primer capítulo del enorme pecio del XVII que surcó el Atlántico y se hundió en Cádiz

Los primeros trabajos sobre el Delta 1 hablan de un barco muy robusto de unos 50 metros de eslora donde se han localizado cañones en forma de lastre, balas, juegos y madera medicinal

La consejera Patricia del Pozo ha destacado que “Andalucía se sitúa a la vanguardia científica en materia de conservación de patrimonio arqueológico subacuático” con esta operación

Todas las imágenes del pecio del siglo XVII rescatado del aguas de la Bahía de Cádiz

Las imágenes del pecio del siglo XVII (Delta I) rescatado en aguas de la Bahía de Cádiz / Julio González

Bajo la gran carpa expresamente levantada junto al antiguo Muelle 5 de Navantia sorprende el montaje de las piezas de un gran hito histórico. Enormes tablones de madera de roble que conforman el puzle que da forma a lo que queda del enorme pecio del siglo XVII extraído de aguas gaditanas para su estudio a finales del pasado julio, en una operación hasta ahora única en España y de las pocas de esta entidad realizadas en el mundo. Un grandioso barco de construcción atlántica, robusta, que parece que alcanzaba unos 50 metros de eslora, de los 20 que han sido rescatados bajo el mar y que hoy nos avanza el prólogo y primer capítulo de su gran historia.

Milagros Alzaga, jefa del Centro de Arqueología Subacuática (CAS) del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, ha descrito la operación desarrollada durante los meses de verano en la multitudinaria rueda de prensa en la que la acompañaban la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), Teófila Martínez, la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, y el alcalde de Cádiz, Bruno García,  en un encuentro en el que también han participado la delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo; la delegada de Cultura, Tania Barcelona, el director general del IAPH, Juan José Primo, el director del Astillero de Reparaciones de Cádiz (Navantia), Antonio Domínguez, y el comandante Naval de Cádiz, Jaime Boloix

Tras agradecer la implicación de Autoridad Portuaria, Alzaga ha narrado paso a paso los trabajos desarrollados desde que el pasado 31 de julio se inició la investigación del pecio Delta 1 con el firme objetivo de "identificar qué barco era y analizar cómo se construían en el siglo XVII".

Lo que permanece: la bodega del barco de 20 metros

Los documentos hasta ahora localizados hablaban de calado y tonelaje, pero los 20x32 metros eslora y 6x8 metros de manga actualmente visibles han dado y darán mucho de sí. Lo que se ve ahora es el plan del barco, la parte baja, una bodega muy amplia casi sin curvatura que permitía recopilar muchos pertrechos y materiales.

Pero lo realmente sorprendente es que en la proa donde se encuentra la quilla, "falta la roda que se curvaría e iría en vertical y que supondrían unos 7 metros más de barco, mientras que en la popa faltarían otros 20", es decir, que en su conjunto conformarían 50 metros de eslora, según el primer cálculo hipotético realizado. "Esto lo sabemos porque estamos en el centro del barco, donde se ha encontrado la carlinga, que es el hueco donde iria el palo mayor del navio, aunque también están los huecos de las bombas de achique y un elemento muy singular conservado en la banda de estribor, donde está el corbatón, una pieza que afianza la carlinga, y estaba protegido por un mamparo también mantenido".

Según ha detallado Alzaga tan minuciosamente que permite imaginarlo, se trata de "un barco muy robusto, como se ve en el tamaño de las maderas y en las cuadernas o el costillaje del barco, que están muy juntos, lo que significa que estaba preparado para navegar a nivel transoceánico". También se ha localizado la sobrequilla, el forro interno de la embarcación, que es el suelo de la bodega, debajo del que puede verse el costillaje, así como el forro exterior. Al parecer, las juntas del forro exterior tenían que estar impermeabilizadas por brea y esparto, de las que se han encontrado algunas muestras que se están analizando. También ha indicado otra peculiaridad sobre la arquitectura naval y es que sobre el forro externo se encuentra el forro de sacrificio, que tenía una doble misión: proteger la parte baja de cualquier golpe, así como de un xilófogo que vive en aguas cálidas, "que es un gusanito que perfora la madera creando canales, lo que era un peligro, pues podía debilitar el barco hasta el punto de romperse y hundirse".

Más hallazgos: Cañones, maderas medicinales, balas y juegos

Durante el primer mes de intenso trabajo se ha realizado la cobertura fotográfica del pecio con un dron que ha brindado la primera imagen de cómo estaba, para ya iniciar la labor de limpieza de los fangos en superficie, "que fue manual y muy costosa". A partir de ahí, se han desconcrecionado cinco grandes bloques férricos y con piedras que han permitido sacar a la luz nuevos elementos que estaban en la superficie de la bodega, "en un trabajo que en un 80 por ciento ha sido manual y en otro 20 por ciento con medios mecánico como un percutor". Al hilo de estas labores se han localizado 10 fragmentos de cañones que junto con las piedras formaban parte del lastre del barco, pues eran elementos antiguos y rotos para equilibrar la embarcación durante la travesía. En otras concreciones han aparecido 75 balas de hierro de cañón del calibre 6/12 y otras más que se están analizando, además de maderas de Guayacán, que es muy dura y resistente y que se utilizaba par hacer elementos de gran resistencia constructiva como muebles y también tenían usos médicos y terapéuticos, "porque decían que curaba la sífilis, reúma y otras enfermedades epidérmicas".

Maderas que están dando una ingente información como las marcas de carpintero y una serie de elementos constructivos que denotan que no hubo problemas económicos en la construcción, pues "la clavazón es de madera y también de hierro con sección cuadrangular. Esta clavazón de hierro era más cara que la de sección circular". Sí que han descubierto que mientras había empuje económico, también había escasez de madera, "como puede verse en las enormes piezas que requerían un gran tronco de árbol, ya que hemos encontrado maderas reutilizadas de otros barcos".

A modo de curiosidad, el pasado viernes justo al levantar el suelo de la bodega se pudo ver en la zona contraria a la que se pisaba unas marcas de juegos, un cuadrado con aspa y cruz con pequeños orificios "que podía tratarse del tres en raya", además de marcas de otro juego más perverso como han podido constatar en un círculo con unas pequeñas incisiones de sección triangular "que se asemejan al peligroso juego del cuchillo, donde ponían las manos abiertas e iban pasando cada vez más rápido el cuchillo". Como ha comentado Alzaga, "son las cosas de la arqueología, se estudia la arquitectura naval y te lleva a la vida a bordo del barco".  

Con todo, una vez identificadas las maderas que componían el barco, se han señalado con etiquetas amarillas, se ha marcado la clavazón, y el inicio y final de las tablas para hacer la cobertura en la gran imagen aérea con la secuencia de cómo han sido localizadas.

Reconstrucción del galeón en 3D

La identificación del buque es uno de los objetivos del Centro de Arqueología Subacuática. Para ello se está realizando una investigación archivística, cuyos resultados serán comparados con los datos aportados por la investigación arqueológica de Delta I. La intención es obtener información relevante sobre la nacionalidad, proceso de construcción, tipología y vida útil del barco, así como averiguar por qué estaba en Cádiz y cuáles fueron los motivos de su hundimiento. En paralelo, se está creando un modelo tridimensional del pecio mediante fotogrametría y programas de diseño 3D, y un estudio dendro arqueológico de la madera con la que fue fabricado, que aportarán luz sobre la cronología y zona de procedencia de las piezas constructivas. Las muestras de madera, que permitirán identificar la especie vegetal y origen de los recursos forestales utilizados, se analizarán en Reino Unido, en laboratorios de la Universidad de Gales Trinity Saint David.

El estudio científico también cuenta también con la colaboración de profesionales del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y las universidades de Gales, Lisboa y Alicante.

En las próximas semanas, todas las piezas de madera desensambladas serán limpiadas, escaneadas y fotografiadas, y empezarán a ser fondeadas con fines de preservación, para lo que se sumergirán en piscinas diseñadas para ello. Está previsto que a finales de noviembre acabe esta fase de los trabajos, a lo que seguirá otro año o año y medio de investigación.

Con este proyecto, ha manifestado Patricia del Pozo, “Andalucía se sitúa a la vanguardia científica en materia de conservación del patrimonio arqueológico subacuático”, puesto que “es la primera vez que en España se estudian fuera del agua restos de un barco de esta época”. En este sentido, hay que recordar que a nivel internacional han sido muy escasas las extracciones de pecios de estas características para su investigación, que tienen como referente el caso del navío Vasa en Estocolmo.

Ha hablado de la oportunidad única que ha supuesto y ha subrayado que se devolverá al mar para que pueda conservarse, "pues no existen las técnicas necesarias que garanticen la conservación fuera del agua".

La presidenta de la Autoridad Portuaria, Teófila Martínez quiso poner de manifiesto el gran compromiso con la defensa del patrimonio subacuático, que no hubiera sido posible si no se hubiera apostado por hacer la nueva terminal de contenedores, y para lo que "no se ha escatimado en recursos", que ha supuesto una inversión total de 6 millones de euros desde 2012. Recordar que la Autoridad Portuaria sacó el pasado febrero a licitación los trabajos de traslado y recuperación de este pecio por una partida de 639.885 euros.  Asimismo ha valorado positivamente el desarrollo de los trabajos arqueológicos, que una vez finalizados, permitirán que “las partes que componen el barco, desarticuladas, sean devueltas nuevamente al mar, donde se preservarán para el futuro en un depósito reversible y perfectamente georreferenciado”.

Por su parte, Bruno García ha incidido en la importancia de compatibilizar el cuidado del patrimonio y la cultura con el desarrollo económico y del empleo.

La carga excavada en el 2013

Los restos de este buque pertenecen a un galeón militar español del siglo XVII que transportaba abundantes materiales provenientes de América que en 2013 fueron extraídos en su mayoría para su estudio a cargo del Centro de Arqueología Subacuática. Entre sus restos fueron hallados 27 cañones de hierro; 22 lingotes de plata; un astrolabio; cerámica variada; compases de navegación; elementos de cuero como suelas de zapatos y restos óseos de animales que fueron presentados en el CAS.

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