Galería Benot de Cádiz: una gran pintura para las grandes urbes

El artista bilbaíno Alejandro Quincoces, premio BMW de pintura, muestra hasta el próximo 8 de septiembre su exposición ‘La ciudad palpitante’ en la sala de la capital gaditana

Arte para creer en el arte

Algunas de las obras de Alejandro Quincoces que se podrán ver durante todo el verano en la galería Benot de Cádiz.
Algunas de las obras de Alejandro Quincoces que se podrán ver durante todo el verano en la galería Benot de Cádiz. / Julio González

La galería Benot de la capital gaditana acoge hasta el próximo 8 de septiembre la exposición ‘La ciudad palpitante’, una muestra dedicada a las grandes urbes por las que el espectador paseará a través de la poderosa pintura del artista vasco Alejandro Quincoces, un experto y destacado creador con una trayectoria plagada de buenas exposiciones y reconocido con relevantes premios, entre ellos el BMW de pintura. La galería gaditana abre sus puertas en verano, de lunes a sábado, de 10.00 a 13.30 horas.

En palabras de Francisco Bautista Toledo, que habla de exposición para Benot con un texto de presentación de la muestra, en los cuadros de Alejandro Quincoces “el color no se ajusta al perfil del dibujo, sino que lo supera y transgrede, logrando el efecto de variabilidad en su visualización, cuan oscilación de la imagen, que representa la armonía propia que define la esencia de cada ciudad. Define el pintor la existencia en las grandes urbes, conjunción de arquitectura y humanidad, que con el clima genera la estampa de su carácter”.

“Supera Alejandro Quincoces  el dibujo -continúa el crítico de arte en su texto- proponiendo piezas en las que se amalgama el color, sujeto a una modulación sin estridencias, de aspecto denso, pero de naturaleza suave, alejada de grandes altibajos, dirigiendo su camino hacia la evanescencia, consiguiendo dotar a la imagen de percepción temporal cuando son contempladas sus piezas”. 

Y concluye: “Su obra está asentada en un estilo propio, el cual supera la mera plasmación del retrato urbano, para expresarlo como encuentro ante la inmensidad de la ciudad moderna, expuesta como un ser con personalidad propia y autosuficiente, que respira, vive, siente y se alimenta de sus habitantes. Este es el ingenio que incorpora Alejandro Quincoces en su pintura, poderosa y asentada, ligera y consistente a la mirada”. 

Nacido en Bilbao en 1951, Alejandro Quincoces se dedica al dibujo y la pintura desde la infancia. Compatibiliza su formación como pintor con el trabajo en diversas agencias de publicidad. Estudia la carrera de Bellas Artes en la Universidad del País Vasco. Obtiene más de cien premios de pintura, entre ellos varias medallas y el Premio BMW y varios premios en el certamen nacional más antiguo y uno de los más prestigiosos: la Exposición Nacional de Artes Plásticas de Valdepeñas y el Premio Lorenzo el Magnífico en la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Florencia.

Los motivos o temas pintados en sus cuadros proceden del entorno diario, de la vida común a todos y vistos por distintos medios: la televisión o la fotografía, pero también la visión directa de lo cotidiano.

El objetivo de su obra es implicar al espectador en una imagen reconocible de sentimientos y expresiones en la que, a veces, el pintor deja entrever un mensaje sobre pensamientos ante lo relativo del tiempo, del transcurso de la vida, de la implicación social inevitable. Sus últimos temas incluyen asuntos aparecidos en los medios de comunicación, como desastres ecológicos y nucleares (Fukushima) o incendios. Pero también salen de su paleta figuras y retratos, temas que abarcan la experiencia humana que tocan lo íntimo y cercano o aquello que atañe a toda la sociedad como colectivo responsable.

Es clara su preferencia por el poco color buscando sus sugerencias más que las purezas y su creencia en lo mixto más que en lo puro, en la destrucción más que en la construcción de la forma para transferir al espectador el trabajo de participar en la recomposición de la realidad vista y sentida por él.

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