La gran revolución que necesita la muralla de Puerta de Tierra en Cádiz, y que podría llegar pronto

La marcha de la Audiencia de Justicia deja libre un gran edificio que podría ser un complemento cultural para un nuevo modelo de interpretación de las fortificaciones

La antigua sede judicial podría convertirse en un Museo de la Historia de Cádiz

El Ayuntamiento busca cinco millones para salvar el frente de la Puerta de Tierra

La muralla con el torreón, que sigue cerrado.
La muralla con el torreón, que sigue cerrado. / Lourdes de Vicente

Comienza la temporada alta del turismo, y llega una nueva avalancha de visitantes a Cádiz, siguiendo la tendencia de estos últimos años. 

Los primeros que arriben a la ciudad, tal vez ya desde el pasado fin de semana, descubrirán que no pueden acceder a uno de los principales referentes del patrimonio de Cádiz: el complejo amurallado del frente de la Puerta de Tierra. Para el turista reincidente serán ya cinco los años topándose con el monumento clausurado.

Fue en 2017 cuando, con el anterior gobierno de José María González, se proyectó una transformación en el uso del torreón como un centro de interpretación de las fortificaciones. Todo complementado con un arreglo del paseo superior de las murallas.

La ejecución de este proyecto, que iba a contar con financiación externa, se fue dilatando en el tiempo hasta el punto que hace un año hubo un cambio el gobierno y la muralla seguía cerrada al público. Después, el equipo de Bruno García, como en otras tantas cuestiones, descubrió los fallos en el proyecto recibido como herencia. 

Ahora estamos en la fase de corregir estos errores y, a la vez, terminar las obras de reforma de los aseos, además del arreglo del paseo. Con todo, lo que está claro es que el recinto no va a estar por el momento visible ni para turistas ni para vecinos de la ciudad.

Junto a ello se encuentra también el plan del actual gobierno centrado en la restauración de toda esta fortificación. Años de abandono han dejado una imagen cada vez más deteriorada de las murallas. Lienzos, fosos, bóvedas, baluartes, trasladan al ciudadano un estado de dejadez y, a la vez, ponen en riesgo la propia estabilidad del que hace ochenta años fue declarado Monumento Nacional.

El Ayuntamiento calcula que necesita un mínimo de 5 millones de euros para actuar en toda esta zona, que llega hasta el entorno de la plaza de Sevilla. Se cuenta con la esperanza de recibir fondos de Europa, ante el poco interés que el Estado y la Junta muestran desde hace años en la preservación de este patrimonio histórico. El propio Ayuntamiento asumirá la financiación de estos trabajos, especialmente los que se consideran más urgentes, con sus propios fondos si finalmente no hay financiación externa.

Trabajos de restauración que, a la vez, supondrán una actualización en los usos de buena parte de las bóvedas de Santa Elena, San Roque y los baluartes.

 Hoy hay usos variados, algunos incluso en manos privadas, mientras que siguen vacías naves inmensas como la de los antiguos Talleres Velasco. 

Esta es la situación en la que se encuentra todo el frente de la Puerta de Tierra. No ha evolucionado para nada en los últimos años. A peor, en todo caso, pues los lienzos de la muralla siguen deteriorándose. 

El efecto colateral de la Ciudad de la Justicia

Pero en este proceso de espera y de esperanza, entra en juego ahora una carta inesperada que, bien ejecutada, podría dar aún más realce y potencia a un complejo histórico que debería de ser esencial para nuestra economía.

El, se supone, avance en el proyecto de la Ciudad de la Justicia ya incluye de forma definitiva el traslado a los Depósitos de Loreto de las dependencias de la Audiencia Provincial, que desde mediados del siglo pasado se ubican en un edificio de la Cuesta de las Calesas.

Este inmueble, construido donde hasta principios del siglo XX se levantaban varios acuartelamientos militares, pertenece ahora a la Diputación Provincial, aunque en su día el solar fue cedido por el Ayuntamiento de Cádiz. Tendrá que definir la administración provincial qué pretende hacer con este inmueble.

Ante de tomar decisiones precipitadas, bien cabría reflexionar sobre la posibilidad de incluir la actual Audiencia en el complejo del frente de la Puerta de Tierra. Y plantear un proyecto global que enriquezca la ciudad, aumentando el valor turístico y cultural de todo este conjunto.

Cádiz adolece de un gran museo que recorra sus tres mil años de historia de una forma dinámica y moderna, con un planteamiento museístico innovador. Hoy el Museo Provincial no acaba de despuntar, además de acoger numerosas piezas procedentes de la provincia. Igualmente, el Museo de las Cortes se encuentra inmerso en un ambicioso plan de renovación para aprovechar mejor el tirón que para la ciudad debería de tener una maqueta única en España.

La conexión de la futura ‘vieja’ Audiencia con las bóvedas de Santa Elena y el cercano baluarte del mismo nombre es evidente, y sería un error no aprovecharlo. Como sería usar la sede judicial para oficinas de la Diputación.

Las apuestas valientes, diseñadas con lógica, son las que mueven las ciudades. Y está claro que uno de los pilares sobre los que Cádiz debe asentar ya su futuro es el del turismo cultural, el que sí genera ingresos y atrae a un visitante con capacidad de repetir. 

Y para ello es necesario, además de mantener en condiciones nuestro patrimonio, ofertar equipamientos atrayentes.

Basta con recorrer algunas capitales europeas para descubrir las posibilidades de estos museos interactivos. Y Cádiz tiene a lo largo de sus tres mil años de historia, relatos únicos que bien planteados pueden generar un centro expositivo de primera línea.

El evidente apoyo de la Diputación y la necesidad de contar con la Junta y el Estado, podrían poner en marcha una operación de futuro para Cádiz.

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