El grito desesperado de la Asociación de Vecinos del Barrio de Astilleros

La entidad no puede repartir comida a las 450 personas que la necesitan porque no llega al Banco de Alimentos de Cádiz. Dependen de donaciones de particulares, cofradías, empresas o fundaciones

SOS desde Cádiz: Al menos 400 personas, solo de un barrio, pasan hambre

Las imágenes de la recogida de alimentos en Cádiz en solidaridad con Valencia por los efectos de la DANA
Recogida de alimentos para los vecinos afectados por la DANA en Valencia. / Julio González

No es la primera vez que lanzan este SOS, pero no por ello es menos angustioso. No hay alimentos. No pueden atender a las 450 personas que acuden cada mes a la Asociación de Vecinos de los Antiguos Terrenos de Astilleros porque no hay comida. No es la primera vez que su presidente, Pepe Gaviño, habla con los medios para denunciar esta situación y, si no hay una solución próxima, seguramente no será la última.

"Todas las asociaciones estamos reclamando alimentos porque no hay y buscamos donde podemos. Estamos desesperados, no le vemos salida e incluso pensamos en tirar la toalla", mantiene Gaviño. Unas palabras que corrobora Isabel Gomis, presidenta del Banco de Alimentos de Cádiz, quien explica que el sistema de reparto de alimentos cambió el pasado año y ha afectado negativamente a todas estas entidades sin ánimo de lucro.

Hasta 2023, los Bancos de Alimentos se beneficiaban de Fondos Europeos para la lucha contra la pobreza alimentaria, que gestionaba el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a través del Fondo Español de Garantía Agraria y que suponía la llegada de 50,2 millones de kilos de alimentos cada año. El sistema cambió el año pasado a unas tarjetas monedero para que las familias con hijos menores pudieran comprar productos en el supermercado, dejando fuera a otros colectivos vulnerables.

"Hay muchas personas desamparadas que no saben a dónde acudir para recibir alimentos: mayores, desempleados, familias con hijos mayores de edad o monoparentales, enfermos... Con el anterior programa europeo recibíamos 4.000 kilos de alimentos cada dos meses y los repartíamos una vez al mes. Ahora no tenemos nada, ya hemos donado las últimas existencias", lamenta Pepe Gaviño. El presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio de Astilleros dice que solo en mayo y noviembre tienen un respiro por la Gran Recogida de Alimentos en los supermercados, que se traduce en la compra de productos para las personas necesitadas.

Además de eso, cuentan con la ayuda desinteresada de cofradías, como por ejemplo la de La Palma, que les entregó 15 cajas de leche, o la del Prendimiento, con una remesa por Navidad, o la de la Cofradía de la Soledad y Santo Entierro, que donó 90 litros de leche y 60 paquetes de galletas, así como la Fundación Pascual, que envía cada semana bandejas de comida con las que suplir alguna de esas carencias. En definitiva, buena voluntad por parte de asociaciones, cofradías, fundaciones y empresas que solo son un parche ante las enormes carencias que viven los 450 vecinos del barrio afectados.

Isabel Gomis explica que el cambio de sistema ha supuesto un enorme retroceso y una gran preocupación para los bancos de alimentos, incapaces de dar respuesta a la cada vez mayor demanda. "A través del Fondo Español de Garantía Agraria nos llegaba el 50% de alimentos básicos y el 50% de los suministros de nuestra gestión. A partir de 2024 esto desapareció y fue sustituido por las tarjetas monedero, que el año pasado gestionaba Cruz Roja pero que este 2025 aún no sabemos como se va tramitar. Ahora depende de las comunidades autónomas, pero aún no se ha publicado oficialmente en el BOJA".

La presidenta del Banco de Alimentos de Cádiz dice que este nuevo sistema "nos ha partido en dos. Antes hacíamos un reparto de alimentos cada tres meses, ahora cada seis y con el resto que aún nos queda o con donaciones. El año pasado nos costó hasta repartir leche, que es un alimento básico, aunque lo conseguimos gracias a diversas donaciones".

Isabel Gomis cree también que el modelo de las tarjetas monedero excluye a un gran abanico de personas, ya que además de familias con hijos menores de edad, hay otros colectivos vulnerables que no tienen acceso a productos básicos del día a día. "Hay mucha población envejecida y gente con necesidades que no se puede quedar fuera del próximo sistema que se implante".

La situación es desesperada porque las existencias de alimentos se agotan, la población demandante es más numerosa y no hay un panorama halagüeño a la vista que pueda arreglarlo. "El sistema funcionaba y no hacía falta cambiarlo. Somos el único país europeo junto a Estonia, Lituania y Rumanía que optó por modificar la fórmula de reparto y esto nos ha afectado enormemente".

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