El grupo de WhatsApp donde el cura era "un amigo más"
La mayoría del tribunal considera que los niños adquirieron un nivel de confianza "mal entendida"
Francisco Javier López Luna mantuvo conversaciones con varios de sus alumnos a través de un grupo de WhatsApp llamado 'Vamos a la playa'. Por medio del mismo los menores se comunicaban con en el cura y lo veían "no ya como a su director, sino como a un amigo más", dice la sentencia, que añade que los niños adquirieron un alto nivel de camaradería con él.
"Dio picha qué feo eres, tú eres un peo, no hagas cositas raras hoy por la noche", son algunas frases extraídas de ese chat -incluidas en la sentencia- que los estudiantes dedicaban al sacerdote. Otra conversación fue la siguiente: "don Javier, hoy me toqué pensando en ti", a lo que el cura responde: "Estás fatal. La que te voy a dar". "No era yo. Era XXX, que se la lleve él". López Luna contesta: "Qué personaje". La mayoría del tribunal considera que los menores alcanzaron un grado de "confianza mal entendida" y utilizaban un lenguaje "soez y vulgar" con el responsable del colegio.
También hay alusiones en el grupo de WhatsApp al sistema de créditos ideado por López Luna, un método por el que los niños faltaban a clase consiguiendo un justificante que después el director canjeaba por golpes, cates y puñetazos. Por ejemplo, un menor quería un "papelito para última", la clase de lengua, a lo que el religioso refiere: "Esa hora está cotizada. Por una palizilla te la reservo". En alguna ocasión el propio acusado se queja: "Es que esto suena ya a cachondeo. El director sacando a uno por curso. Sin criterio ninguno. Porque sois amigos. Es que pierdo autoridad".
Respecto a las peleas y palizas que se sucedían en el despacho del procesado, la resolución judicial señala que estos juegos llegaron a "salirse de madre", "cruzando la línea de la diversión", lo que llevó a los chavales a apremiar al cura a que no los tocara. Otros dejaron de visitar el despacho. Entre ellos la situación se empezó a tildar de "anormal". En el chat se hacen estas reflexiones: "Yo he visto que usted ha pegado palizas de las que dejan marca a la gente; que se dejan, puede; pero eso no se puede hacer; nosotros sólo decimos lo que hemos visto". El religioso replica: "Si ese es el problema, no pasa nada. Se terminaron las peleas. Que sepas que yo me he dado cuenta y hace tiempo que corté".
Los dos jueces que han dictado la sentencia absolutoria argumentan que el juego denominado 'goldfish' se relaciona con cabreos de López Luna ante determinadas conductas de algunos niños, "que perseguían provocarlo, precisamente, buscando dicha reacción". Así queda probado, según la mayoría del tribunal, en los siguientes mensajes: "Sin ánimo de justificarme -señala el ex director- pero vamos, muchos me provocan. Pensaba que se veía como un juego pero veo que no". Añade también: "La pena es que son ellos los que han venido a buscarme. Y tú lo sabes. Picándome y todo".
Por su parte, la magistrada que ha emitido el voto particular sostiene que la connotación sexual de la actitud del sacerdote pasa desapercibida ante la ingenuidad de los alumnos. Para la juez queda patente "la inocencia" de los niños cuando en una conversación dicen que "pederasta es el que pega a menores", a lo que el cura objeta: "más bien sería un maltratador".
La juez discrepante deduce también que López Luna trató de callar a los chavales para que no se supiera lo que estaba ocurriendo a puerta cerrada. "Os cogen el móvil y me dejáis por los suelos". "Hay cosas que no se escriben. Espero que lo borres", manifiesta el sacerdote en el chat 'Vamos a la playa'.
En el voto particular la magistrada subraya que en el juicio "ni un solo niño" dijo que en este grupo se dieran "consignas" para actuar contra el entonces director. Simplemente, "cada uno expresaba cómo veía los hechos denunciados". Al igual que ha pasado con la sentencia.
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