Hacen aguas los pisos de “alta calidad” que la Junta entregó en Cádiz hace menos de 5 meses
Una cocina que se llueve, dormitorios infantiles con moho, un ascensor que se tambalea y techos que se levantan con el viento son solo algunos de los muchos desperfectos
La Junta asegura que ya está reclamando que se reparen los desperfectos del edificio de "última generación" de Matadero

Cádiz/El impecable aspecto de las fachadas del moderno edificio de viviendas protegidas “de primeras calidades” que entregó a sus inquilinos el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla en persona el pasado 30 de septiembre es solo eso: fachada. Porque los pisos en régimen de alquiler de la promoción Matadero Sur Fase I, situados a la espalda de la Plaza de Jerez, junto a la vía del tren, hacen aguas. Y no en sentido figurado. Del techo de la cocina y del baño de alguno ha brotado a chorros y el viento levanta una plaqueta sobre una ducha, como puede comprobarse en los vídeos que publicamos junto a esta información.
A todo lo anterior se suman filtraciones en techos, paredes y hasta suelos que generan humedades y mohos en dormitorios infantiles, tal y como hemos podido comprobar in situ. Además, uno de los tres ascensores se tambalea a partir de la tercera planta, con la inspección técnica supuestamente en regla.
Hay puertas que no encajan ni cierran bien. O se cierran y no se pueden abrir desde dentro. Hay persianas rotas y ventanas con rendijas. Ha habido hasta cortocircuitos generados por algún roedor. Y la factura de la luz se les ha disparado a más del doble de lo que pagaban antes. Alguna hasta a más de 200 euros. Las facturas de sus domicilios y la de la comunidad de inquilinos, que en un solo mes supera los 1.400 euros. Esto, en un edificio supuestamente sostenible que dispone de placas solares que deberían alimentar los espacios comunes, los ascensores y los calentadores eléctricos.
El panorama lo completa una puerta de entrada al edificio sin luz a la que se llega a través de una calle con baldosas bamboleantes y una plaza sin terminar y todavía vallada y también sin alumbrar. “Esto de noche es como la boca de un lobo”, lamenta una de las cuatro vecinas que, hartas ya de dar partes de todos estos desperfectos a la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) y “de que no nos hagan ningún caso”, decidieron relatar su situación a este medio. Reconocen que en algún caso enviaron a algún técnico, pero que los desperfectos siguen sin solucionarse del todo. “Después de que se me lloviera la cocina me quieren dejar el techo sin tapar ni terminar. Yo me he entrampado cinco años con los muebles. Y lo que digo es que yo cumplo con mi parte del contrato y que la propietaria, que es la Junta, debe cumplir con el suyo”, argumenta indignada y con toda la razón una de ellas. El resto defiende lo mismo.
“De 60 vecinos que somos debe haber unos 40 afectados”, calcula una. Todas prefieren permanecer en el anonimato. Porque el día que les dijeron que se les adjudicaba uno de los pisos que tanto necesitaban fue uno de los más felices de sus vidas. Después de años e incluso décadas de espera, documentando situaciones familiares difíciles y posibilidades de pago. Y no quieren perder lo que tanto les ha costado conseguir.
“No nos quejamos por gusto. Ni estamos hablando mal de la Junta. Estamos pagando un alquiler [de entre 340 y 399 euros más 55 de comunidad] y los propietarios son ellos, de manera que son ellos quienes tienen que darnos una explicación y una solución”, insiste otra de ellas. “Son cuatro años los que tenemos de garantía. No puede ser que nos den una llave como si fuera de un palacio y que nos encontremos con estos problemas y nadie nos ayude. Como esto no se arregle, irá a peor”.
La misma vecina confiesa que llegó a coincidir y a hablar con el alcalde, Bruno García. “Le agradecí mucho que hubiese mirado por nosotras. Cuando vino a la entrega de llaves estaba todo muy bonito, pero no creo que sepa cómo está esto ahora. Me gustaría que viniese y lo viese”.
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