Hassan Assad da el último ‘¡Vamonooó! del Cambalache, en Cádiz

Cádiz/Ya pueden dormir tranquilos quienes han hecho todo lo posible, y lo imposible también, por que el Cambalache Jazz Club cerrara sus puertas. Como son pocos, muy pocos, su alegría es absolutamente insignificante comparada con la que ha generado en esta ciudad este local de la calle José del Toro a lo largo de más de cuatro décadas. Alegría, felicidad, talento y cultura a raudales, palabras seguramente vacías para quienes tienen otros intereses bien distintos.

El mítico bar de jazz que abriera sus puertas en los 80, reconvertido en los últimos años en refugio del carnaval callejero y del oficial, mal que les pese a varias generaciones de músicos profesionales de primera fila y aficionados al swing y al bebop, echó definitivamente la baraja la tarde-noche del pasado martes 31 de diciembre de 2024.

Después de más de 40 años de éxitos, Hassan Assad, sacerdote máximo de este templo de todos los estilos jazzísticos en el que se forjaron grandes figuras como Chano Domínguez, a la que dieron vida maestros como Manolo Perfumo y Pedro Cortejosa y donde llegaron a tocar 'indocumentados' como Booby Keys, saxofonista de los Rolling Stones, de John Lennon y Eric Clapton, dio su último “¡Vamonooó! a sus más fieles seguidores.

Una multitudinaria, variopinta y selecta parroquia –de la que formó parte a título personal hasta la representante del Gobierno central en la provincia– abarrotó el local y disfrutó el pasado viernes 27 de diciembre de la presentación de Der tirón, el libro de Hassan Assad escrito por la periodista Aida R. Agraso, que inmortaliza a toda una institución cultural de la ciudad que en 2011 recibió la Medalla del Trimilenario por parte del Ayuntamiento de Cádiz... Lástima que en los últimos años haya recibido muchas más ‘atenciones’ por parte de la Policía Local que por parte de la Concejalía de Cultura... Pero Hassan se va por la puerta grande a disfrutar de su jubilación después de celebrar su 65 aniversario el sábado 28 de diciembre rodeado de cariño, precisamente el Día de los Inocentes...

Ahora la pregunta sin respuesta hasta el momento flotando en el viento es si alguien será capaz de darle el relevo a este gaditano nacido en Casablanca que un día amarró sus estudios de Náutica a la barra del viejo White Grey –antes bar El Toruño– para convertirlo en un local de leyenda. El reto no es nada fácil porque Hassan no hay más que uno y porque la parroquia, además de multitudinaria, variopinta y selecta es peculiar...

¡Gloria para ‘El Camba’ y feliz y merecido descanso para su fundador! Ojalá haya quien recoja pronto su testigo conservando su esencia... Como dijo Ferrán Adriá de El Manteca, en cualquier otro lugar ya lo habrían protegido como Patrimonio Cultural de la Ciudad...