250 años de historia en Valcárcel. De hospicio a un referente educativo para Cádiz

En plena época de expansión de la ciudad hace dos siglos y medio, enriquecida con el comercio de ultramar, se plantearon actuaciones de carácter social como la construcción de un hospicio, se aprovechó para ello parte de los terrenos de las antiguas viñas que daban al mar en la zona de los castillos de Santa Catalina y San Sebastián.

Allí la Hermandad de la Santa Caridad levantó un imponente edificio, austero en sus formas como buena parte de la arquitectura de la ciudad, con el diseño de Torcuato Cayón. Se terminó de construir en 1763, con un coste de 120.000 reales que fueron sufragados con aportaciones del propio vecindario y del marqués del Real Tesoro. De todo el diseño original solo quedó incompleta la fachada de la capital, cuya portada interior daba al patio principal del edificio.

El edificio mantuvo su labor asistencial en manos de la Santa Caridad durante todo un siglo, hasta que en 1868 el inmueble pasó a manos de la Diputación Provincial, que mantuvo el uso social aunque con su gestión directa.

La primera gran actuación de rehabilitación se ejecutó en 1911. Entonces en el centro se atendían a 248 ancianos y 355 menores. En 1940 se rebautizará con el nombre de Hospicio de la Milagrosa.

La Diputación lo transformará en la Institución Provincial Valcárcel en 1962. Llevará el nombre del gobernador civil que tras la explosión de 1947 defendió la nacionalizado del astillero de Echevarrieta y que autorizó el retorno del Carnaval, aunque con cambio de denominación y control de la censura.

Ya en democracia el edificio se denominó Institución Fernando Quiñones, incluyendo en sus estudios los de la Escuela de Hostelería.

El centro educativo se cerró en 2002. Entonces contaba con 520 alumnos, 37 profesores y 20 trabajadores de administración y servicios. Hostelería dejó el inmueble, ya en precario estado de mantenimiento, en 2013.