El histórico adiós de José Blas Fernández como concejal del Ayuntamiento

Despedida tras 36 años en activo

Entró en 1983 como edil de Alianza Popular

En su despedida del Ayuntamiento advierte: “No doy por cerrada mi vida política”

José Blas Fernández abandona el Salón de Plenos, por última vez como concejal, el miércoles
José Blas Fernández abandona el Salón de Plenos, por última vez como concejal, el miércoles / Kiki

Hace 36 años le sonó el teléfono. Los responsables provincial y local de Alianza Popular (José Ramón del Río y Servando Álvarez Beigbeder) querían que se incorporara a la candidatura municipal, y terminó aceptando el reto. Hasta mañana sábado. José Blas Fernández va a poner fin a una trayectoria de concejal que inició en 1983 (en la segunda Corporación de la Democracia) y que ha mantenido de manera ininterrumpida hasta este 2019. Pocos concejales habrá en el país que sumen tantos años de dedicación (20 en el gobierno, con Teófila Martínez al frente, y 16 en la oposición, en dos etapas).

“Me voy con la conciencia del deber cumplido. He trabajado en lo que he creído y lo he hecho lo mejor que he podido y sabido. Habré tenido mis errores y debilidades, y pido disculpas a quien se haya visto afectado por ello”, traslada el veterano concejal que llevaba ya algunos años barruntando su despedida. “Ya en 2015 no pensaba quedarme, estaba ya cansado y quería un respiro. Pero el presidente del partido y Teófila Martínez me pidieron que siguiera, y he repetido por ellos”, asegura. No obstante, a lo largo de estos cuatro años el ritmo ha sido inferior “después de veinte años de gobierno”. “Sí he trabajado, he hecho muchísimas preguntas, propuestas... Pero me he ido desligando en estos cuatro años hasta llegar a este momento de retirada”, explica.

Aguantar nada menos que 36 años como concejal del Ayuntamiento no es nada fácil. José Blas Fernández cree que la clave ha sido su vocación de servicio. “Estudié con los marianistas y los jesuitas, que me educaron en los valores de hacer las cosas sin esperar nada a cambio. Y eso es una máxima para mí, no sólo en el Ayuntamiento, sino también en la cofradía, en el colegio profesional, en empresas...”, confiesa el concejal.

Una experiencia tan amplia le ha permitido a José Blas Fernández ver la evolución y los cambios que la ciudad, y la propia Corporación, han experimentado a lo largo de estas tres décadas y media. “Esto ha cambiado muchísimo”, resume, destacando los nuevos criterios y las actuaciones de los propios políticos. “Cuando yo empecé las personas estaban por encima de la política, había afecto, responsabilidad, respeto... Ahora todo eso se ha perdido”, indica, recordando cómo en su primera Corporación “todos éramos profesionales que veníamos a hacer política” mientras que en la actualidad “lo que hay son profesionales de la política”.

Este cambio, brusco para él, lo experimentó en sus propias carnes cuando el partido decidió que no siguiera en el Senado. “Fue algo que nunca entendí, porque había sido la persona que había hecho mayor trabajo en la provincia, y la que había presentado más propuestas. Pero el partido metió a amigos o personas que necesitaban un sueldo. Ahí es cuando vi que el trabajo no había servido para nada, me quitaron del medio para darle cuelo a otros”, confiesa. Y es que insiste en que en los partidos “hoy se valora más el profesional de la política que el profesional en política”, aunque en su caso “nunca he tenido miedo a perder mi cargo público porque tengo mi trabajo, lo que me ha permitido hacer o decir lo que he considerado en cada momento”.

Lo mejor de su paso por el Ayuntamiento

De su paso por el Ayuntamiento, José Blas Fernández se queda con tres logros durante sus veinte años en el equipo de gobierno. La expropiación de Astilleros, “que fue realmente cuando vi que Cádiz se expansionó”; el soterramiento, “que lo disfruté mucho, aunque en política no hay memoria y la gente ya no se acuerda de aquello”; y las infraestructuras, ya que se considera “artífice de los aparcamientos creados en la ciudad, porque cogí una empresa en quiebra y la dejé con aparcamientos en propiedad y funcionando”. Esto se une a otros dos proyectos en los que se implicó al máximo: “la recuperación de la Cárcel Real y la rehabilitación del Mercado Central, que fue muy difícil y que me costó muchos disgustos”.

Y es que Fernández reconoce haber tenido, durante los veinte años de gobierno de Teófila Martínez, “un papel secundón y malo”. Él representa a la perfección esa concejalía “de cosas chungas” que popularizó la concejal María Romay, pues ha sido el rostro visible del área de recaudación, impuestos, tasas y otras cuestiones económicas, lo que ha unido también al área de Personal. “Me ha tocado siempre todo lo malo, no he estado al frente de Fiestas, de la Mujer o algo de ese tipo. He estado en la parte fea de la gestión”, indica. Y al hilo de esto, pone de relieve los “momentos dificilísimos” que pasó el Ayuntamiento durante la crisis económica “porque el vecino no podía pagar a la vez que bajaban las partidas que recibíamos de otras administraciones”. “Costaba llegar a fin de mes, y la Tesorería hizo ahí un gran trabajo”, añade.

En la mochila de recuerdos de estos 36 años en San Juan de Dios también lleva grabados muchos recuerdos personales, “porque he visto pasar a mucha gente, sobre todo a los funcionarios, que han sido siempre leales y honestos conmigo”. También asegura haber hecho “muy buenos amigos” entre compañeros y adversarios políticos tanto en su etapa en la oposición como en el gobierno.

Su nueva etapa

A partir del domingo, 36 años después de atender la llamada de Alianza Popular, se inicia una nueva etapa para José Blas Fernández. “Echaré de menos saber que no tengo que presentar mociones, enmiendas o preguntas. Y ahora derivaré a otros cuando un ciudadano me haga una consulta por la calle”, confiesa; pero en el horizonte afloran nuevos proyectos y objetivos para este veterano político.

“Tal como llegué me voy, sin ningún tipo de problemas y con las manos limpias. Y me voy además porque quiero; prometí que cuando se fuera Teófila me iba yo, y así lo he hecho”, traslada Fernández, que asegura que seguirá colaborando “en todo aquello que el partido necesite” a la vez que avisa: “No doy por cerrada mi vida política”, aunque nunca más será como concejal del Ayuntamiento.

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