El hombre que no encajaba con las mujeres
Cambios en el Ayuntamiento de Cádiz
Destituido el gerente de la Fundación de la Mujer tras sus continuos desencuentros con algunos de sus técnicos y con la concejala de Podemos
Teófila Martínez siempre consideró la Fundación de a Mujer como una obra propia. Era el organismo que encarnaba su modo de ver el feminismo. Es decir, para Teófila Martínez la Fundación de la Mujer era un modo de hacer política. Corría 1999 y el Ayuntamiento de Cádiz se convertía en uno de los pioneros en crear un ente específico con el objetivo de ofrecer igualdad de oportunidades a hombres y mujeres.
En la pasada legislatura, la Fundación de la Mujer mostró hasta qué punto era un instrumento para hacer política. Sin contar con mayoría suficiente, el gobierno de Kichi, que descabezó la Fundación y en principio puso a la concejal Ana Camelo a supervisar el ente, no llegó a tener el control del centro del Palillero. Aunque se dijo que Camelo se había dedicado a desmantelar algunas de las políticas de la Fundación, quienes trabajan dentro saben que en realidad no pasó nada de eso, aunque sí se modificaron algunas pautas que estaban dando resultados como del programa Alerta. La gestión de Camelo fue más bien errática, pero no suprimió lo que ya había. Lo que sí hizo fue quitar un busto dedicado a la jurista Mercedes Formica, una feminista en tiempos del franquismo, lo que tenía doble mérito. Miopía histórica es eso.
Paralelamente se puso en marcha un proceso de selección para cubrir el puesto de gerente. No hubo manera de conseguir que quienes podían dar el perfil aceptaran el puesto. Y lo que debía ser una elección técnica se cargó de política. Las maneras de Camelo molestaban a los socialistas, que eran quienes sostenían, aunque no con demasiada lealtad, al gobierno del alcalde. Se fraguó la alianza entre socialistas y Ciudadanos para tomar el control de la Fundación. Así apareció la candidatura de José Carlos Vera, un policía local que había cursado Criminología. Fue elegido en un consejo rector tenso en cuya votación no participó el gobierno local. En el consejo rector de ayer fue destituido con el único voto a favor de los representantes del gobierno local.
Pese a que Vera no era un desconocido en la Fundación, ya que desde 2006 participaba en curso de asesoramiento e impartiendo formación a víctimas de violencia de género y otras usuarias en alto índice de riesgo, así como sobre técnicas de autoprotección, nunca terminó de encajar en la mayor parte del equipo de la institución, aunque sí consiguió algunas mejoras para personal no funcionario. Entre este personal sigue teniendo defensores, pero el ambiente en general es malo. Estos son los motivos esgrimió la concejal Lorena Garrón, con la que Vera no tiene ninguna sintonía, para relevarle de su puesto en el consejo rector de ayer.
En sus dos años de gestión, explican fuentes municipales, tres trabajadores de la Fundación se han tenido que dar de baja por crisis de ansiedad, lo que el gobierno local atribuye al trato que Vera daba a los empleados. “Aunque el trabajo sea impecable, repite constantemente a los trabajadores, sobre todos a los más nuevos, que son malos profesionales. Es una persona con muy malos modos, demasiado proclive al ordeno y mando y demasiado aficionado a pegar voces”, explican estas fuentes.
Una de las gotas que colmó la paciencia de la concejal fue hace una semanas cuando se enteró que el gerente había echado una bronca a una de las trabajadoras por haber hecho algo que le había pedido la concejal. También Garrón se entera de las reuniones que mantuvo Vera con colectivos por terceros. La conexión por tanto entre gerente y la concejal del ramo era nula. Una de las normas de Vera, según apuntan desde la Fundación, es que ningún trabajador tenga trato directo con los concejales. Todo tiene que ser a través de él. En alguna ocasión desobedecer esta norma ha terminado en apertura de expediente. El excesivo control sobre las trabajadoras, revisando sus pantallas y sus carpetas, ha sido otro de los motivos de las quejas que han llegado al gobierno local.
Sin embargo, las relaciones de Vera con los otros grupos municipales era mucho mejor. Los socialistas consideran que Vera es un magnífico profesional y que será difícil encontrar a alguien con su currículum para ese puesto. Estamos hablando de un profesional que a través de la Cátedra de Empresa de la Universidad de Cádiz, ha diseñado un plan de empresa donde una de sus líneas principales va encaminada a creación de proyectos de igualdad y formación a víctimas de violencia de violencia de genero; creó en 2014 la Asociación Escuela para la Prevención de la Violencia de género; inventó la App Anticípate basada en el estudio de las necesidades actuales para prevenir actos de violencia de género y entre sus publicaciones se encuentra, el Libro de Autoprotección y Prevención ante al violencia de Género.
Aún así, es conocido en la Fundación la cantidad de veces que ha existido desacuerdo entre el gerente con algunas de las pautas del equipo de violencia de género. Así las cosas, lo que es innegable, según ha podido saber este medio, es el aire enrarecido que se vive en ese organismo que Teófila Martínez creó para que las mujeres de Cádiz tuvieran un punto de encuentro. Ha sido un hombre el que, según el gobierno local, ha acabado con la paz en la Fundación de la Mujer.
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