El hombre del karaoke en las playas de Cádiz: "Mi sueño es ser cantante famoso"

Este gaditano cuenta cómo surgió la idea de cantar entre baño y baño que tanto está dando que hablar este verano

Sus actuaciones han creado un debate viral a nivel nacional acerca del ruido en las playas

Así es la ordenanza de playas de Cádiz que regula el juego o la música alta

Así surgió la idea de este gaditano de hacer un karaoke en las playas de Cádiz

Cádiz/Con la mirada inquieta puesta en la cámara y una cálida sonrisa recibe David la primera pregunta. “Todo empezó en Punta Umbría, conocimos a una pareja de Sevilla que veraneaban por allí y nos dijeron de ir con ellos. Estuvimos en la playa y a la vuelta de darme un baño, la chavala me dijo que cantase”. Así empieza su historia, de la forma más inesperada para él, entonando la canción del grupo La Guardia, ‘Cuando brille el sol’ y asombrado de ver cómo la gente se iba acercando a grabar y a tocar las palmas. “Mi amiga me estaba grabando con su móvil sin que yo lo supiera. Cuando me lo dijo, le pedí que me subiera a TikTok”. Y ahí cambia todo, un salto viral con tirabuzón incluido. 62.000 visitas en un solo día y 150.000 al siguiente. 

Una vez el número de visualizaciones empieza a subir, son las televisiones las encargadas de dar el siguiente paso. David empieza a enumerar las cadenas por las que ha pasado o han contactado con él en apenas dos meses y conforma una carrera televisiva envidiable. Desde Antena 3 a La Sexta, pasando por el programa de Ana Rosa o el de Toñi Moreno en Canal Sur, hasta el programa del Yuyu en Canal Sur Radio. “Al que le canté el estribillo de los Arapahoe que Joe”, comenta David entre risas. 

Su pasión, la música, no es fruto de unos meses, como él mismo explica. “Me encanta la música desde pequeño, actualmente soy percusionista y estoy en bandas de Semana Santa y charangas”, aunque admite que lo del cante es más reciente, y que no esperaba tal repercusión en redes sociales. 

"Le pregunto a la gente de mi alrededor si les importa que cante"

Como todo, hacerse viral tiene su parte positiva y negativa, respecto a esta última, David aclara que no hace mucho caso a los comentarios que lee, pero no duda en esclarecer su posición sobre lo que hace en la playa. “Yo soy una persona que le gusta transmitir felicidad. Yo no me pongo todo el día en la playa, llego sobre las 18:30, me doy mi baño y cuando salgo le pregunto a la gente de mi alrededor si les importa que cante, pido permiso y estoy quince minutos cantando”, una actividad sana y respetuosa, tal y como él mismo desarrolla. “He visto muchos comentarios en redes de que si molesto, de que puede resultar un fastidio. Juzgan sin conocerme y se pierden echar un rato increíble”, afirma. 

Sin embargo, David tiene claro con qué debe quedarse de las redes, se queda con lo bueno, con lo bonito que le brinda esta nueva experiencia que la vida le ofrece y él aprovecha. Con el cariño y el respeto de la gente de su alrededor y el calor y el afecto que le regala la gente que, sin conocerle, no duda en bailar, cantar o hacerle compás mientras él hace lo que mejor se le da, que es animar a la gente con su cante y gracia. 

Para ello, tiene un repertorio muy marcado que va poco a poco aumentando. “Canto ‘Que la detengan’ de David Civera, ‘La Bilirrubina’ de Juan Luis Guerra, ahora he metido la de ‘Potra salvaje’, ‘Mi cintura’ de Álvaro Soler, algunas conocidas que animen a la gente como ‘Mi gran noche’ de Raphael…” En definitiva, un catálogo de canciones que puedan estimular a la gente en la playa a levantarse de su silla y echar un rato divertido al son de la música. 

Precisamente es dentro de la música donde reside uno de sus sueños. “Quiero ser cantante famoso”, se sinceraba David, “es uno de los sueños que quiere cumplir”. Y parece ser que no va mal encaminado, pues admitía haber tenido ya un ‘bolito’ en la piscina de Paterna y algunos contratos que van apareciendo. Fue en Paterna donde recientemente David prestó su micro para que un hombre que se encontraba allí cantase ‘Bailar pegados’. de Sergio Dalma. “Él me lo pidió y yo le di el micro encantado, en la playa también pregunto si alguien quiere cantar, pero hay mucha gente que le da vergüenza”, relataba David, en un acto y unas palabras que no solo demuestran su carácter y buena fe, sino también sus ganas de pasarlo bien con más gente que disfrute cantando. 

Está claro que la playa puede ser un lugar donde buscar la tranquilidad para muchos, pero, ¿quién puede rechazar un rato de cante y animación cuando se hace con cariño y educación? Esa es una de las diferencias entre lo que hace David y el debate de los altavoces. Mientras uno lo hacen con buena fe y buscando divertirse con el prójimo, otros no son capaces de mirar más allá de su propio ombligo en lo que a este tema se refiere.

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