La hostelería abraza al Trofeo

Los bares ligan el atractivo cartel a una mejora en la recaudación, aunque lejos de los datos de épocas pasadas. Los hoteles han mejorado sus cifras para este fin de semana.

Uno de los bares cercanos al Ramón de Carranza lleno de clientes.
Uno de los bares cercanos al Ramón de Carranza lleno de clientes.
Miguel Aguilar Cádiz

16 de agosto 2014 - 01:00

El Trofeo Carranza, que arrancó ayer con su sexagésima edición, siempre ha sido uno de los grandes alicientes de verano gaditano. Con el paso del tiempo, la popularidad de antaño ha quedado cada vez más reducida, hasta tocar fondo el año pasado con una edición para el olvido. Uno de los sectores que más directamente sienten el devenir del histórico trofeo veraniego son los comercios y bares de la zona del Ramón de Carranza. A la vista de un cartel atractivo como el de este año, todos esperan que, como en años anteriores, el Trofeo repercuta positivamente en la economía local.

El cartel confeccionado para esta edición cuenta a priori con un gran tirón entre el público. El Atlético de Madrid, campeón de Liga; el Sevilla, campeón de la Europa League y la Sampdoria italiana suponen un más que atractivo cuadro. Además, las altas cifras de abonados del Cádiz, hacen pensar que la taquilla para el Trofeo Carranza registrará un buen dato, algo que esperan con creces hosteleros y comerciantes. "Confiamos en que se haga una buena venta", reconoce Ildefonso Sánchez, propietario del Submarino Amarillo. En la misma línea, se manifiesta José Cabeza, del Bar Bécquer: "Tenemos fe en que ayude a pasar mejor el agosto".

La última edición fue negativa tanto en términos deportivos como comerciales. "Desastroso" lo define José Pérez, dueño de La Escalerilla. El certamen pasado consistió en un triangular en el que participaron Cádiz, Sevilla y Atlético Tetuán. Disputado en un único día no despertó mucho interés entre el público, y consecuentemente, apenas atrajo ventas para los comercios. "Para olvidar", resumen.

Otra de las grandes ventajas la actual edición es que se recupera el formato tradicional de cuatro partidos repartidos en dos jornadas. Esto provoca que para los empresarios locales el beneficio sea doble. Al disputarse partidos dos días, las ventas son mayores, y al haber un periodo de descanso entre el primer partido, a las seis de la tarde, y el segundo, a las diez, supone un tiempo muy valioso en el que el consumo en zonas aledañas se multiplica.

La salud del Trofeo repercute en la totalidad de la económica local. Muchos de los hoteles de la ciudad han colgado ya el cartel de completo. La presencia de equipos de buen cartel y con tirón nacional hace que sean muchos los aficionados que decidan acudir al torneo, más aún al coincidir esta edición con un puente.

Pese a las buenas expectativas, tampoco quieren tirar cohetes. "El Trofeo es una ayuda bastante buena, pero ya no tiene nada que ver con lo que era antes", afirma José Pérez. Lejos de ser el fin de semana que décadas pasadas salvaba el verano, ahora supone, con suerte, "un impulso en un verano bastante flojo", en palabras de Ildefonso Sánchez.

Aún así, la mayor o menor recaudación en este fin de semana de Trofeo no está íntegramente relacionado con el campeonato. La mayoría de los hosteleros reconocen que, al margen de la deriva decreciente del mismo, la coyuntura económica tampoco ha ayudado. En tiempos de bonanza "el que venía gastaba más", dice José Cabeza.

Aunque recuperar el esplendor de antaño es imposible, todos coinciden en que la buena salud del Trofeo siempre repercutirá positivamente. "Si el Trofeo es bueno viene gente, también de la provincia, y eso siempre es beneficioso. No solo para los bares, sino para toda la ciudad", reflexiona Ildefonso.

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