La huella gaditana de Miguel de Unamuno

Literatura

Cádiz recuerda la breve estancia del escritor vasco camino del destierro en Fuerteventura, al que fue condenado por sus críticas a Alfonso XIII y al Directorio de Primo de Rivera

Mesa redonda en la UCA por el centenario del exilio de Unamuno

Entrevista con el autor de 'La doble muerte de Unamuno'

La concejala Maite González y Concepción Unamuno, nieta del escritor, aplauden la presentación del sello en presencia de Francisco Glicerio Conde.
La concejala Maite González y Concepción Unamuno, nieta del escritor, aplauden la presentación del sello en presencia de Francisco Glicerio Conde. / Jesús Marín
J. A. L.

17 de mayo 2024 - 06:00

Cádiz/Ocho días estuvo en Cádiz el escritor Miguel de Unamuno en febrero de 1924. En la ciudad esperó ese tiempo hasta embarcarse para viajar a las Islas Canarias camino de Fuerteventura, lugar al que fue desterrado por sus críticas al rey Alfonso XIII y al Directorio militar del dictador Primo de Rivera. Este breve paso por Cádiz fue recordado ayer en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de la capital con un sencillo acto en el que se presentó el diseño de un sello, obra de Antonio Valiente, destinado a recordar el centenario de aquella estancia y en el que también se dieron detalles de la huella gaditana del espléndido, lúcido y comprometido autor vizcaíno.

Su nieta Concepción Unamuno participó en el acto al que también acudió Ana Chaguaceda, directora de la Casa Museo de Unamuno en Salamanca, y en el que el historiador Francisco Glicerio Conde fue el encargado de desgranar algunos detalles de la estancia del escritor en Cádiz. La concejala de Cultura, Maite González, presidió el acto.

Miguel de Unamuno conoció la orden de destierro en Salamanca. Marchó en tren a Madrid y otro convoy lo trasladó después hasta Sevilla, desde donde un tercer tren completó el desplazamiento hasta Cádiz, la ciudad en cuyo puerto debía zarpar, algo más de una semana después, el barco que lo llevaría hasta las Canarias.

Vigilado por las fuerzas policiales, Unamuno se alojó en el Hotel Suizo, establecimiento situado en el número 33 de la calle Duque de Tetuán, actualmente calle Ancha, en las proximidades de la iglesia de San Pablo. “Hotel prisión”, lo llamaría Unamuno en su diario personal, pues en sus instalaciones fue sometido, como explicó su nieta, a un confinamiento en toda regla sin posibilidad de moverse por una ciudad dirigida entonces por el alcalde Agustín Blázquez.

Precisamente las páginas de sus diarios y otros documentos de interés fueron la base de la intervención del historiador Francisco Glicerio Conde, que aportó interesantes datos sobre la presencia en Cádiz del escritor e insistió en que debe ser una estancia que la ciudad tendría que recordar de manera permanente mediante alguna placa que recordara el lugar en el que, aunque fuera a la fuerza, se alojó el literato vasco.

Recordó el historiador gaditano que no fue ésta la primera visita a Cádiz de Unamuno, quien ya estuvo en la capital en el año 1910, entonces alojado por voluntad propia en el Hotel Francia y París, cuando visitó la Facultad de Medicina, el Hospital de Mora y el Museo Provincial.

Pero en 1924, camino del exilio, Unamuno apenas pudo ver la ciudad cuando le permitían subir hasta la azotea del hotel desde donde pudo ver el “Océano de plata” y los pueblos de la Bahía que anotó en su diario. También descubrió los juegos de los hijos del intelectual gaditano Manuel Rodríguez Piñero, cuya casa estaba junto al hotel y en cuya colindante azotea se entretenían aquellos pequeños a los que Unamuno regaló unas pajaritas de papel.

stats