La Iglesia de Cádiz ya prepara un intenso 2025

 El obispo Rafael Zornoza propone la celebración en la diócesis del Jubileo de la Esperanza declarado en Roma y del 75 aniversario del dogma de la Asunción

El obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, abre la puerta santa en la Catedral en el inicio del Año Jubilar.
El obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, abre la puerta santa en la Catedral en el inicio del Año Jubilar.

La Iglesia de Cádiz está viviendo un año 2024 especial, con ese Año de la Eucaristía que decretó el obispo y que se alargará hasta la fiesta de Cristo Rey el próximo noviembre. Y en medio de esta celebración especial, Zornoza ha abierto ya las puertas a un 2025 que se antoja especialmente intenso por una doble celebración de la que quiere hacer partícipe a la diócesis. De un lado, el Jubileo de la Esperanza declarado por el Papa, que se celebra cada 25 años; y de otro lado, el 75 aniversario del Dogma de la Asunción, que fuera proclamado el 1 de noviembre de 1950.

El obispo Zornoza ha publicado una carta pastoral con motivo del inicio de curso, en la que avanza las orientaciones o propuestas relacionadas con estas dos cuestiones que también se vivirán en la diócesis.

La más inmediata será el Año Jubilar declarado en Roma, que será inaugurado el día de Navidad (25 de diciembre) de este año con la apertura de la puerta santa. En Cádiz, este acto de apertura de la puerta santa se anuncia para el domingo siguiente a Navidad, coincidiendo con la celebración de la Sagrada Familia, en la Catedral. Desde ese día, ha declarado el obispo que también serán templos jubilares “los santuarios marianos patronales de la Virgen del Rosario en Cádiz, la Oliva en Vejer de la Frontera, los Santos en Alcalá de los Gazules, la Luz en Tarifa, la Palma en Algeciras, la Parroquia de la Inmaculada en La Línea de la Concepción, y África en Ceuta, además de la Catedral de Cádiz y en la Catedral de Ceuta”. En todos ellos, pues, se podrá ganar la gracia del jubileo, cumpliendo los requisitos habituales en este tipo de celebraciones.

Recuerda Zornoza que el calendario de encuentros que se celebrarán en Roma con motivo del jubileo es inmenso. “Jóvenes, sacerdotes, familias, cofrades, etc. tienen establecida su fecha particular”, asegurando que las diferentes delegaciones diocesanas promoverán la participación de gaditanos en cada una de las citas programadas por el Vaticano. Pero además, anuncia que la diócesis, como tal, “prepara una peregrinación en la que todos pueden participar, visitando juntos las basílicas y granjeando las gracias jubilares”.

A esta peregrinación diocesana a Roma se unirá otra peregrinación diocesana a Fátima, que será también templo jubilar. “Será una oportunidad para vivir el jubileo animados por el amor a la Virgen María y su apreciado mensaje de amor al mundo de hoy”, traslada el obispo en su carta pastoral.

Las cofradías en el Dogma de la Asunción

Al margen de este Jubileo de la Esperanza, Zornoza plantea la celebración del 75 aniversario del dogma de la Asunción. Y para ello hace especialmente partícipes a las hermandades para “preparar la celebración de esta fiesta durante el tiempo pascual con las oportunas catequesis, y venerando con especial atención a la Virgen María en los santuarios marianos de nuestra diócesis declarados templos jubilares”. Una llamada que abre la puerta, sin duda, a algún tipo de celebración o convocatoria extraordinaria que surja a nivel diocesano o en particular en determinadas localidades.

“Celebrar este 75 aniversario puede darnos la oportunidad de acrecentar nuestra devoción a la Virgen María fortaleciendo nuestra fe haciéndonos apreciar mejor el sentido de nuestra vida aquí en la tierra, a la vista de nuestro nuestro fin último: la Vida Eterna. Es un misterio grande, un misterio de esperanza y de alegría para todos nosotros, pues nos invita a tener valentía, a creer que el poder de la Resurrección de Cristo puede obrar también en nosotros y hacernos hombres y mujeres que cada día tratan de vivir como resucitados, llevando la luz del bien a la oscuridad del mal que hay en el mundo. En este tiempo de incertidumbre y desesperanza, María nos enseña a esperar, nos consuela y fortalece con la certeza de la Vida Eterna”, defiende Zornoza.  

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