"La iglesia puede seguir, pero el sello franciscano se marcha y es una pena"
Feligresas de San Francisco muestran su pesar por el adiós de los religiosos
Poco antes de las 12.00, a la hora de la misa diaria, en la iglesia de San Francisco nadie diría que los franciscanos se van a marchar el 1 de septiembre. Sacerdote y sacristán preparan la eucaristía, los feligreses entran para acomodarse en los bancos y los turistas deambulan contemplando retablos e imágenes. Pero la habitual calma se ve alterada por el murmullo de preocupación de algunos fieles. Porque la noticia ha caído como un jarro de agua fría para quienes llevan toda una vida acudiendo a la iglesia buscando, amparo, perdón o paz.
Leticia entra en San Francisco y se apresura a decir, antes de valorar la situación, que “hay que dar las gracias a Dios por estos 500 años que han estado aquí y rezar para que aumenten las vocaciones”. A su juicio “esto es una llamada de atención a los que tenemos fe, aunque sea además algo muy triste”. Lleva 45 años ligada a esta iglesia. Se considera “una enamorada de San Francisco” y es hermana de Vera-Cruz. Y aunque lleva años contemplando la crisis de las vocaciones religiosas, no ha dejado de sorprenderle la noticia de la marcha de los franciscanos. Confía, firmemente, “en que el Espíritu Santo sabrá iluminar a quienes tienen que darle una solución a esto”.
Apunta Leticia que la situación “lo mismo propicia que las cofradías y los parroquianos tengan otro tipo de responsabilidades”, aunque insiste en que “me cuesta creer que esto se vaya a acabar”.
A Mari Paz, hermana del Nazareno del Amor, le ha sorprendido la noticia “como a todo Cádiz”. Comenta junto a la capilla del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz que “nos dicen los franciscanos que seguirá el culto, pero la iglesia estará menos tiempo abierta”. Y no cree el nuevo escenario vaya a perjudicar a las hermandades. Viene a misa todos los domingos desde San Severiano. “Cuando estoy deprimida entro en San Francisco y me refugio en los santos”, señala antes de expresar una preocupación compartida con otras muchas personas: el futuro del columbario de San Francisco, donde se guardan las cenizas de muchos gaditanos. “Tengo ahí a un ahijado y no sabemos qué puede pasar”.
“Me acabo de enterar y me he llevado un gran disgusto. Primero fue El Carmen, los dominicos están con un solo fraile y ahora esto”, decía otra feligresa, añadiendo que “la iglesia de San Francisco puede seguir, pero el sello franciscano se marcha y es una gran pena”.
Comienza la misa y los murmullos cesan. En San Francisco todo transcurre como si nada, pero la incertidumbre cala entre quienes rezan.
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