La implantación del contenedor marrón en Cádiz, a medias
La implantación del contenedor marrón de residuos, el que aglutina la denominada quinta sección de elementos, va a llegar con retrasos y a trompicones en Cádiz. La determinación europea de avanzar en el camino del reciclaje con estos nuevos recipientes que se unirán a los de residuos sólidos (contenedores grises), recipientes (amarillo), cartón (azul), vidrio (verde) o aceite (naranja) no va a ser tan ágil en la ciudad. El Ayuntamiento no incluyó en su momento esta nueva recogida selectiva, pese a que la oposición estuvo insistiendo en ello durante el complicado y accidentado proceso de licitación del actual contrato de limpieza de la ciudad; el anterior gobierno defiende, en este sentido, que la ley que obliga y desarrolla estos nuevos contenedores no se aprobó hasta abril de 2022, cuando el pliego de limpieza se remonta al año 2019.
Sea como fuere, con el contrato recién firmado y prestándose desde febrero, el Ayuntamiento recurrió a los fondos Next Generation para implantar este nuevo servicio de recogida de residuos, tramitando en la actualidad un contrato para la adquisición y puesta en funcionamiento de los contenedores marrones. Pero este contrato solo contempla su habilitación en el casco histórico de la ciudad, dejando fuera todo extramuros.
Este hecho supone un problema para el actual gobierno municipal, que tiene ahora por delante primero culminar la tramitación de este contrato europeo (que cumpliendo los plazos de Next Generation tiene que estar ejecutado antes de fin de año), y empezar a tramitar la implantación de esta nueva recogida de residuos en el resto de la ciudad.
Esto último no será tan fácil, habida cuenta de que el contrato para el casco histórico se eleva hasta los 190.575 euros. Si se utiliza como criterio el de población, en el centro de la ciudad apenas vive el 30% del total de gaditanos. Y si para ese reducido porcentaje se necesitan más de 190.500 euros, podría estimarse que la implantación del contenedor marrón en extramuros necesitará de un presupuesto superior a los 630.000 euros. Una cantidad sin duda considerable para la ciudad.
Además, pendiente está también el acuerdo con la empresa responsable de la limpieza de la ciudad (Valoriza) respecto al modo en que se realizará esta nueva recogida que no contempla el contrato y que tendrá que añadirse. Una operación que el anterior gobierno también dejó a medias a expensas de un Pleno extraordinario que no llegó a celebrarse y en el que también se iban a modificar las características iniciales de la maquinaria para adquirir Valoriza una distinta.
En este último aspecto, estas cuestiones quedan ahora a expensas del actual gobierno de Bruno García, que tendrá que convocar ese Pleno pendiente o bien renegociar con Valoriza las prestaciones del contrato firmado a finales del pasado año y en ejecución desde el 1 de febrero. Todo ello teniendo en cuenta que hasta que no se resuelvan estas cuestiones, la compra de esa maquinaria no se efectuará, por lo que la implantación del nuevo contrato seguirá retrasándose.
También te puede interesar
Lo último