Los comerciantes destacan “la agresividad” de los vándalos

Incidentes en Cádiz tras la manifestación del martes

Los negocios del centro se recuperan eliminando los rastros de los disturbios del pasado martes

Una mujer tuvo que ser trasladada al hospital tras verse sorprendida por un tumulto

Pintadas en la fachada de una entidad bancaria en la calle San Francisco. / Lourdes De Vicente
R. B./J. A. L.

06 de diciembre 2018 - 06:01

Cádiz se levantó ayer con la resaca de los actos vandálicos que se produjeron durante y tras terminar la manifestación que se convocó el pasado martes en contestación de los resultados electorales del pasado domingo y la presencia de Vox en el Parlamento andaluz. La mañana sirvió para contabilizar los daños que se produjeron en las principales calles comerciales del casco histórico y en los lugares en donde se produjeron la quema de contenedores en extramuros. Comercios y bancos fueron los principales afectados. Entre los afectados, todos destacaron la agresividad de los vándalos.

Mensajes como “fachas, fuera de Cádiz”, “antifa squad”, “bancos asesinos” o “viva la lucha de la clase obrera” lucían en las fachadas de los edificios en calles como Columela o San Francisco. El escenario era muy diferente durante la noche del martes, ya que las pintadas inundaron una buena parte de los escaparates de algunas de las firmas más conocidas del centro de la ciudad. Sin embargo, tal y como apuntó la encargada de uno de los principales comercios de la calle Columela, los operarios del servicio municipal de limpieza se afanaron en limpiar estas cristaleras.

Otras tiendas sí tuvieron que emplear sus propios medios para eliminar los grafitis al encontrarse en las paredes. En algunos casos, se optó por pintar la pared para eliminar las frases, dejando grandes parches.

Una comerciante de la calle San Francisco que prefirió mantenerse en el anonimato lamentó en la mañana de ayer sobre lo ocurrido en las protestas que “predican una cosa que es lo que ellos están haciendo”. Asimismo, esta persona se quejó de que “nadie del Ayuntamiento se ha acercado a los comercios a ver los daños y el estado de ánimo de los comerciantes”.

Uno de los comercios que sufrió el vandalismo fue la tienda Spagnolo, también en la calle San Francisco. “No hay derecho”, expresó Rubí, una de las dependientas de este comercio. En este caso, dos cristales rotos fueron el balance de daños, además del susto que se llevó su compañera por estos hechos. “No daba crédito”, resaltó Rubí, que no vivió en primera persona estos actos.

Una de las posibles explicaciones sobre este ataque es el logotipo de esta marca, ya que lleva la bandera de España. Sin embargo, Rubí defendió que “es independiente de los partidos”, por lo que “es una marca como cualquier otra”.

La zapatería Catchalot, en San Francisco, también lucía otra enorme pintada en su fachada. Una dependienta destacó la “agresividad” de una parte de los manifestantes, que llenaron el escaparate de pegatinas, además del citado grafiti. “Tuvimos que llamarle la atención a una persona que iba con la cara tapada”, apuntó esta trabajadora tras ver que estaban pintando la fachada. Con todo, indicó que “pueden manifestarse, pero nunca pueden hacer actos vandálicos”.

En Springfield, en la calle Columela, se podían ver los restos de una pintada en la fachada. José López, uno de los encargados de este negocio, señaló que durante la marcha “entró gente asustada” al interior de la tienda. De hecho, resaltó que, a diferencia de lo ocurrido el martes, “por aquí pasan muchas manifestaciones, pero no suelen dejar rastro. Se les fue de las manos”.

También Puertatierra sufrió los coletazos de la manifestación del martes. Tras disolverse la marcha en el Campo del Sur, a la altura de la Catedral, donde se volcaron e incendiaron contenedores de basura, un grupo de manifestantes continuó por su cuenta la marcha hacia la avenida de Andalucía. Y fue allí, entre la plaza Asdrúbal y los parques de los antiguos cuarteles de Varela, donde se reprodujeron los incidentes con la quema de mobiliario urbano y el corte de la circulación en la Avenida.

Fue en este punto donde los incidentes provocaron un herido. Fue una mujer que regresaba tranquilamente a su casa y que se vio sorprendida por el tumulto y las carreras de los alborotadores. Ella también salió corriendo, para abandonar pronto el lugar, pero tropezó y cayó al suelo. Fue trasladada al hospital Puerta del Mar por su marido, médico de profesión y a quien pudo llamar tras las caída, y allí le diagnosticaron un traumatismo craneal por un golpe en la cabeza y una fractura de muñeca que le obligará a llevar una escayola por algún tiempo. La mujer fue dada de alta tras pasar unas horas en urgencias.

La protesta siguió por la plaza Asdrúbal, donde también se tiraron contenedores y donde esperaban a los manifestantes un nutrido grupo de antidisturbios de la Policía Nacional, ya en la confluencia con Amílcar Barca y cerca de la zona de bares de Asdrúbal y el Paseo.

Y fue el cariz que estaban tomando los acontecimientos, con una más que segura carga policial a la vista para frenar los actos vandálicos, lo que obligó a cerrar a los bares que estaban abiertos a esa hora del martes. Consultados por este periódico, varios propietarios de estos establecimientos explicaron que cerraron sus puertas “por precaución” y porque la situación se estaba tornando “peligrosa”.

Aunque algunos de los bares de la zona ya habían cerrado, en la mayoría de ellos había clientes que tenían sus coches aparcados en las cercanías y que, por tanto, optaron por retirar los vehículos y marcharse. A toda prisa, se recogieron las mesas de las terrazas y se cerraron los negocios, que no llegaron a sufrir daños.

Libertad con cargos para los dos detenidos

Los dos detenidos tras protagonizar los altercados en la ciudad el pasado martes han quedado en libertad con cargos tras pasar el mediodía de ayer a disposición judicial. Los detenidos son dos hombres, uno de 41 años, natural y residente en Cádiz, mientras que el segundo, de 23 años es natural de Perú y vive en Chiclana. Los dos detenidos fueron acusados de desórdenes públicos, desobediencia y atentado contra la autoridad tras los incidentes ocurridos en el transcurso de esta manifestación convocada por colectivos antifascistas y a la que asistieron unas 2.500 personas. La Policía ha puntualizado que ninguno de los dos detenidos pertenece a ningún grupo radical conocido.

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