La inflación, una nueva amenaza para el Banco de Alimentos de Cádiz
El alza de los precios disminuye los donativos de los clientes de supermercados entre un 30 y un 40 por ciento en el último año
En la actualidad atiende a unas 35.000 personas en la provincia
El Banco de Alimentos de Cádiz cumple este año su 25 aniversario en medio de un escenario preocupante. Dice su presidenta, Isabel Gomis, que están “expectantes” ante la deriva económica del país. Principalmente, la fuerte inflación que afecta a los bolsillos de los españoles incide directamente en un colectivo social como el Banco.
Y es que las aportaciones de los clientes de los supermercados se han reducido entre un 30 y un 40 por ciento en el último año. “A las familias les cuesta más aportar puesto que ellas mismas están sufriendo el incremento de los precios”, estima Gomis. Desde el confinamiento, las campañas de recogidas de alimentos en las grandes superficies comerciales han cambiado de formato. Por operatividad y por seguridad sanitaria, las recogidas se realizan en las cajas de los supermercados mediante donaciones, en tickets, económicas de diferentes importes. Reconoce Isabel Gomis que esta fórmula es más útil para el Banco, por cuanto los propios supermercados, con ese dinero, le entregan la mercancía ya clasificada. “Pero quizás el cliente aún no se ha familiarizado con esta manera de aportar”, señala.
Las donaciones de particulares se han reducido a causa de la inflación. La situación dista mucho de la vivida en el confinamiento, “cuando todo el mundo estaba más sensibilizado y la población se volcó con los bancos de alimentos. Ahora, las familias no pueden ser tan generosas porque les cuestan a ellas más dinero los alimentos, eso hay que entenderlo”, argumenta.
El alza de precios afecta además a las compras directas del Banco de Alimentos, pues los proveedores han incrementado las tarifas. “Ahora podemos comprar menos cantidades que antes”, lamenta Gomis. El Banco teme que la subida de los precios siga en auge y existe una preocupación “para el año que viene” con respecto a alimentos básicos como la leche, “que es la clave del desayuno y la merienda de las familias”. Tampoco se queda atrás la carestía de productos elementales como el aceite, las conservas o los alimentos infantiles.
Será en septiembre cuando el Banco de Alimentos de Cádiz actualice el listado de personas beneficiarias, ya que en verano la empleabilidad sube y desciende algo el número de familias demandantes. Aun así, en la actualidad el Banco atiende a unas 35.000 personas en toda la provincia (excepto el Campo de Gibraltar), una cifra bastante alta ante la que no se puede bajar la guardia.
Al menos, las donaciones fijas de los supermercados, de empresas y de socios se mantienen y por ahora no se puede hablar de desabastecimiento en el Banco. “La Junta de Andalucía nos está ayudando mucho y seguimos recibiendo las subvenciones de parte de las administraciones públicas a las que las solicitamos”, explica Isabel Gomis. Pero todo esto no quita que en el Banco de Alimentos reine ahora mismo “la incertidumbre”.
Mientras, esta entidad continúa con sus cursos de formación para personas sin recursos, entre ellos pinches de cocina, asistencia a domicilio, carretilleros o lavandería.
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