El inicio de un ciclo de casi dos meses
La Ostionada en San Antonio y la Erizada en La Viña propician el primer 'lleno' en las calles del casco histórico este año El tiempo acompañó a una jornada sin incidentes
El Carnaval de 2014 ha abierto este fin de semana un círculo, un ciclo, que cerrará a mediados de marzo. Si entonces los más jartibles aún podrán disfrutar de un domingo con las coplas ya un tanto manidas y con el desgaste propio de toda la fiesta, en el día de ayer pudieron presenciar los preámbulos de la fiesta cuyo telón se alzará el próximo viernes en el Gran Teatro Falla, cuando comience el Concurso Oficial de Agrupaciones, en una jornada en la que la nota predominante fue la tranquilidad y la ausencia de incidentes destacables (al menos hasta bien entrada la noche, cuando prácticamente ya no quedaban restos de la celebración).
Los principales focos de atención estaban ayer en la Plaza de San Antonio, donde la Peña El Molino conseguía alcanzar la 28 edición de su Ostionada, y en La Viña, donde la Federación Provincial de Peñas y la Federación de Entidades y Peñas Caleteras se unían para tomar el relevo de la peña El Erizo y organizar por primera vez la Erizada, que cumplía 34 años. Con estas dos excusas, el casco histórico registró el primer lleno del año. Desde por la mañana, los accesos a la ciudad tuvieron ciertas dificultades debido al tráfico que llegaba hasta el centro de la ciudad. Otros muchos optaban por venir a pie, llenando las aceras tanto de la Avenida y la Cuesta de las Calesas como de la Carretera de Industrial.
El día, desde luego, acompañaba a la perfección para salir a la calle y disfrutar de estos preámbulos de la fiesta. Conforme avanzaban las primeras horas de la tarde, las calles del casco histórico iban llenándose de público. Porque una de las cosas que caracterizó a los actos de ayer es que el ambiente no se localiza alrededor del tablao donde se desarrolla el acto oficial, sino que se disgrega por los alrededores. Y en este sentido, sorprendía ver el ambiente que llenó durante todo el día el Campo del Sur, la explanada del busto de Paco Alba y todo el paseo superior de La Caleta. Muchos fueron los que optaron por hacer su particular Erizada u Ostionada en este enclave, algo alejado del epicentro de las fiestas.
Esto no quiere decir que el interior de La Viña estuviese vacío, ni mucho menos. Tanto la calle Virgen de la Palma como sus aledaños (especialmente San Félix, Pericón de Cádiz o el Corralón de los Carros) estaban atestadas de público. Como numeroso era también el público en la plaza de San Antonio y en sus aledaños.
Otra muestra del ambiente que respiraba ayer el casco histórico era el lleno en los locales de hostelería, especialmente aquellos que contaban con terraza; aunque muchos optaron por amurallar la puerta con barras metálicas y servir bebidas y alimentos directamente a la calle. En esta línea, también fue muy abundante tanto en San Antonio como en la Viña la existencia de vendedores ambulantes ofreciendo sobre todo erizos y ostiones, aunque también camarones, mojamas, papelillos y otros muchos productos, a pesar de la advertencia que días atrás había realizado la Unión de Consumidores sobre este asunto.
Con un día tan positivo en cuanto al tiempo se refiere, con una ciudad atestada de público (principalmente de fuera de Cádiz, adonde llegaron numerosos autobuses procedentes de otras poblaciones en el día de ayer) y con unos resultados a priori tan positivos para la hostelería, la fiesta de ayer solo tiene un pero: la práctica ausencia de Carnaval como tal. La copla, ya sea en tango, pasodoble o cuplé, fue quizás lo que más se echó en falta ayer. No es que en los tablaos de San Antonio o de la calle de La Palma no se escucharan; pero quizá sí se echó en falta carteles repletos de actuaciones como los de antes, para que redondearan el preámbulo de la fiesta. Frente a esto, cuatro coros ofrecieron sus repertorios en San Antonio y una comparsa de Córdoba, dos chirigotas y una antología se subieron al escenario en La Palma. La 'espalda' que las agrupaciones vienen dando a este tipo de eventos se dejó notar ayer, día en que precisamente un buen número de grupos ofrecían sus ensayos generales o familiares de manera más reservada en diferentes locales y puntos de la ciudad.
Posiblemente propiciado por esta carencia de coplas y de grupos carnavalescos sobre las tablas de ambos eventos, otra de las notas señaladas del día de ayer fue el horario de cierre de la celebración. A las cinco de la tarde ya estaban los operarios de la limpieza trabajando en el interior de la plaza de San Antonio. Allí, el presidente de la peña El Molino, Antonio Pérez, se mostraba muy satisfecho por el buen desarrollo de la 28 edición. Muestra de este éxito es que a las tres y media de la tarde ya se habían agotado los 400 kilos de ostiones que repartieron los voluntarios de la peña en dos zonas de la plaza. Y la fiesta hubiera continuado si el personal de seguridad y de limpieza lo hubiera permitido, pues aún tenían vino y cerveza para repartir al público según contaba Antonio, que quiso destacar la dificultad que entraña organizar un evento así, "de manera desinteresada, no con gente que venga cobrando".
Aunque en la Viña las actuaciones y los erizos también se acabaron bastante temprano (en torno a las cinco de la tarde), la despedida se retrasó algo más. El público seguía en las calles a pesar de que el evento oficial ya había concluido. Y hasta las nueve de la noche no comenzaron a trabajar los operarios de la limpieza para devolver la normalidad a un barrio que seguirá viviendo intensamente la fiesta de febrero en las próximas semanas.
De esta forma se ponía fin al pistoletazo de salida a unas fiestas que entre concurso, calle y jartibles se alargará hasta el 16 de marzo. El de ayer fue, por tanto, el inicio de un ciclo de casi dos meses en torno al Carnaval 2014. Ahora solo falta que llegue la copla.
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