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Un intruso se cuela en el megayate del jeque y el ‘Yas’ se marcha a Casablanca

El hombre sorteó las medidas de seguridad y fue sorprendido trasteando en la cocina del buque por vigilancia privada. El barco pagaba unos 900 euros por cada día de atraque.

Vista del ‘Yas’ desde la cubierta superior del crucero ‘Freedom of the Seas’, que atracó en Cádiz el pasado miércoles. / Julio González
Pedro M. Espinosa

05 de mayo 2017 - 07:16

El Yas, el megayate propiedad de un jeque de los Emiratos Árabes que llevaba casi un mes atracado en el puerto gaditano, puso rumbo el miércoles hacia Casablanca (Marruecos), ciudad que el político y hermanastro del emir del emirato de Abu Dabi está barajando como base definitiva después de que su experiencia en Cádiz no haya colmado sus expectativas. El detonante que ha provocado la marcha de la lujosa embarcación de 141 metros de eslora ha sido un incidente que tuvo lugar sobre las 20:45 del pasado lunes y que ha puesto en entredicho la seguridad en el puerto de Cádiz. El caso es que a pesar de los controles de la Guardia Civil en la entrada y de la presencia de la Policía Portuaria, un individuo consiguió colarse hasta la zona cercana al catamarán que une Cádiz con El Puerto y Rota y desde ahí acceder al megayate, llegando hasta la mismísima cocina, donde estuvo trasteando hasta que el ruido alertó al personal del barco, que reclamó la presencia de los vigilantes de seguridad. Cuando estos llegaron detuvieron al hombre, que no había conseguido llevarse nada de valor hasta el momento, y dieron aviso a la Policía Portuaria y a la Guardia Civil. Fue esta última la encargada de identificar a este hombre, que no fue llevado a la Comandancia y que, según cuentan, mostró en todo momento una actitud colaboradora.

El caso es que el incidente ha disgustado tremendamente al propietario del buque y al medio centenar de personas que conforman la tripulación del Yas. Según ha podido saber este diario, el enfado por este altercado, que no ha tenido consecuencias pero que ha puesto al descubierto las carencias en materia de seguridad del puerto, ha sido decisivo para el hermanastro del emir de Abu Dabi, que estaba en Cádiz estudiando convertir su muelle en puerto base, haya optado por llevarse su embarcación hasta Casablanca para comprobar si allí resulta un poco más complicado acceder a su propiedad.

A partir del incidente se decidió colocar las 24 horas del día a un guardia de seguridad junto a la escala de acceso al Yas hasta que este pasado miércoles soltó amarras con pocas ganas de regresar por estas aguas.

A pesar de la presencia de este intruso, hasta el momento, ni la APBC, ni el propietario del barco ni la consignataria, la firma Lamaignere, han presentado denuncia alguna, ni por allanamiento de morada ni por cualquier otro motivo, así que esta persona se encuentra en libertad sin cargos.

Parece que la APBC tenía la intención de reclamarle una indemnización de 2.500 euros, pero el hombre se habría declarado insolvente, hecho por el que al Autoridad Portuaria habría desistido.

La presencia del buque en Cádiz no sólo era un atractivo turístico más, y un imán para otros megayates de similares características, sino que también se podría haber convertido en una importante fuente de ingresos para las arcas de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz. No en vano, la suma que pagaba por cada día de estancia en el muelle Marqués de Comillas se situaba en torno a los 900 euros, lo que arroja una cifra de 27.000 euros al mes.

Para la consignataria también ha sido un contratiempo importante ver como un cliente así dejaba el puerto gaditano, aunque fuentes de la misma indicaban que eran optimistas con la posibilidad de que el Yas vuelva a Cádiz “porque hay pocos atraques que puedan acoger un yate de casi 150 metros”. “Al menos durante su estancia han estado contentos”, aseguran desde la consignataria.

La idea de este gaditano de meterse en el megayate le ha salido gratis a él pero le puede a costar caro a la ciudad.

La pérdida de una buena oportunidad

La marcha del Yas del puerto de Cádiz supone la despedida a una buena opción de negocio para toda la ciudad. Siempre se ha dicho que históricamente todas las riquezas le han venido a esta tierra por el mar, y ahora que el turismo de cruceros y la posibilidad de convertirse en puerto base está más cerca que nunca, contar además en el muelle con megayates como el del político del emirato de Abu Dabi, con vínculos familiares con el propio emir, era algo muy interesante. Ahora este buque, de 141 metros de eslora, el noveno más largo del mundo en su clase, con capacidad para 60 invitados y una tripulación de 56 personas, descansa ya en Casablanca. En Cádiz ya no se podrá especular más con el color dorado de sus Mercedes y sus Ferraris.

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