'Las islas soñadas' por José Alberto López se quedan todo el verano en el Muelle de Cádiz

Cádiz/La exposición de José Alberto López (Cádiz, 1966)Las Islas Soñadas continúa todo el verano en la verja del muelle de Cádiz. Patrocinada por la Autoridad Portuaria, la muestra consta de 30 imágenes de gran formato que ofrecen al espectador un paseo por la ciudad, por sus lugares más emblemáticos, por su riqueza patrimonial. 

Con una gran afluencia de público, tanto foráneo como oriundo, la exposición del gaditano está teniendo una gran acogida, despertando el interés de todos por la peculiar mirada del autor que nos muestra una ciudad de ensueño bajo una visión orientalizante: paisajes y arquitecturas reconocibles pero bajo un prisma onírico, de leyenda. 

Y es que, en sus obras, José Alberto López intenta realzar la belleza y riqueza del patrimonio histórico y artístico: monumentos, torres, murallas, fuentes, plazas, parques, alamedas y edificios, mediante la profusión en detalles y texturas, con un estilo ingenuista, casi naïf y con un marcado lenguaje expresivo del color.

Las ilustraciones que conforman esta serie están inspiradas en su serie Qadis 1001 Noches, inaugurada en el Castillo de Santa Catalina en 2019 y que en Las Islas Soñadas se enriquecen y reinterpretan adaptándose al nuevo formato y al espacio expositivo. 

En todas las piezas se muestra una urbe real y onírica, auténtica e imaginada a la vez, en definitiva se nos muestra Cádiz como es: un enclave mágico pleno de historia y fábula. 

En palabras de la periodista y escritora Mª Angeles Robles, colaboradora del artista en múltiples ocasiones, “José Alberto López es el mago del color, aunque no solo es eso”. “Su obra trasciende su aparente sencillez para atrapar al espectador que queda enredado en la sutil trama de cada uno de sus cuadros. Artista, trabajador incansable, en constante evolución que, sin embargo, no pierde la esencia, la pureza, el deslumbramiento primigenio por todo lo que le rodea” 

Así, al creador le gusta bucear en la tradición, recortar los recuerdos, atrapar cada instante singular. Cada cuadro es una experiencia personal, y como tal llega al que lo observa, lo envuelve en un mundo mágico, lo mueve por dentro. Su apuesta es arriesgada. Siempre lo es ser uno mismo. 

 “En su camino de búsqueda personal no existen las prisas. En su obra todo cambia sin que apenas se note. La luz de Cádiz, de Marruecos, de Turquía… El Mediterráneo. El color del mundo, los reflejos del agua, la flor que nunca se marchita, el azul intenso de la noche. Sus obras cuentan historias a quien sepa escucharlas”, detalla la experta en su obra.