José Blas Fernández: 55 años de actividad “y no me he dado de baja en ningún momento”
El presidente de Graduados Sociales de Cádiz repasa su trayectoria profesional, que se inició "un 21 de julio de 1969"
Si los graduados sociales están a las puertas de un importante aniversario, como es el centenario de la profesión, el presidente del colegio de Cádiz, José Blas Fernández, está viviendo también su particular aniversario. 55 años de actividad profesional desde que se colegió, “un 21 de julio de 1969” en la entidad de Andalucía, “que era el que existía entonces”, recuerda con detalle.
Efectivamente, no sería hasta 1971 cuando se creara el colegio de Cádiz y Ceuta, del que fue secretario entre 1972 a 1980 y presidente desde entonces hasta la actualidad (que se dice pronto).
También es presidente José Blas Fernández del Colegio Andaluz de Graduados Sociales, y lo ha sido del Consejo General, del que es presidente de honor. En definitiva, es “el decano de todos los presidentes de España” y uno de los rostros visibles de los graduados sociales porque, como él mismo presume, “me he volcado mucho con la profesión”.
Tanta pasión por su despacho y su actividad hace que a punto de cumplir 77 años de edad (el próximo mes de diciembre), lo tiene claro: “mientras Dios me de salud y bienestar, y mi familia me lo permita, quiero seguir”. Y en este punto, otorga un papel fundamental a su mujer (Isabel Escobar), “que me ayudó criando a los dos hijos y también trabajó conmigo en el despacho”.
Es más, presume orgulloso el decano de los graduados que en estos 55 años de actividad profesional “no me he dado de baja en ningún momento”, manteniendo siempre el despacho abierto a pesar de sus años en política, especialmente en el Ayuntamiento como concejal del gobierno de Teófila Martínez y también de la oposición antes y después de Teófila, y también en el Senado; organismos ambos “en los que jamás coticé”, presume igualmente.
A nadie se le escapa el nombre de José Blas Fernández por los años vinculado a la política, especialmente como concejal del Ayuntamiento. ¿Lo echa de menos? “No”, responde rotundo, abriendo la puerta al sentir sobre el panorama actual de su ciudad. “Después de estar en política y en gestión, ves que tanto trabajo se va al garete en poco tiempo. Yo soy muy municipalista y veo la ciudad sucia, el aparcamiento de Emasa, las luces...”, lamenta. Tampoco ve mucho mejor el panorama nacional, con un Parlamento “que hoy es un patio de vecinos” muy alejado de lo que él vivió en su tiempo.
-¿Y la política te dio o te quitó, profesionalmente hablando?
-Me quitó, sin duda. Creo que si no hubiera entrado en política habría tenido más cobertura profesional. Ha habido sindicatos que por hacerme daño político me lo hacían en la profesión.
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