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Los jóvenes inmigrantes gaditanos

Cinco jóvenes procedentes de distintos países debaten y cuentan sus experiencias personales de integración y lanzan un mensaje de esperanza de cara al futuro

Los jóvenes inmigrantes gaditanos
Melchor Mateo Cádiz

17 de enero 2016 - 01:00

Extranjeros en España. Extranjeros en su país. En tierra de nadie y en tierra de todos. El mundo se mueve, millones de personas salen de sus países de origen por motivos diversos y tratan de llegar a lugares que le puedan ofrecer una mejor vida. En un tiempo en el que la palabra inmigrante y refugiado está de plena actualidad por el conflicto sirio y donde Europa trata de poner barreras para frenarlos, cinco jóvenes que se mueven en torno a Tierra de Todos, cada uno de nacionalidades distintas y cada uno con su propia particularidad, debaten en torno a una mesa sobre sus propias experiencias, lo que se encuentran a su alrededor y lanzan un mensaje de esperanza para el futuro y aportan luz a aquellos que siguen ciegos con mensajes estereotipados sobre lo que significa la inmigración. Hoy se celebra la Jornada Mundial de las Migraciones con una misa en la Catedral a partir de las doce del mediodía y diversos actos a lo largo del día.

Wenting Sun (China), Maximilieen Kaboré (Burkina Fasso), Ingrid Paola Bolaños (Colombia), Hicham El Ambri (Marruecos) y Anthony Acuase (Nigeria) son los nuevos gaditanos que miran al futuro pero sin olvidar el pasado que han dejado atrás.

Salvo Ingrid, que venía de un país donde se hablaba el español, todos coinciden que el idioma fue un problema importante a la hora de iniciar la integración. Hicham recuerda cómo sus profesores le hablaba lentamente para que los comprendieran.

Wenting, que se considera que está plenamente integrada y dice que siente completamente española, recuerda que en Primaria le costó hacer amigos pero conforme fue avanzando en la educación la cosa fue mejorando "y ahora tengo a más amigos españoles que chinos".

Anthony pasó también sus dificultades porque no sabía nada de español pero al final con la ayuda de sus compañeros fue saliendo hacia adelante y ahora se encuentra haciendo el Bachillerato. En ese camino todavía se encuentra Maximilieen, que lleva poco más de un año en Cádiz.

Toda esa integración también viene acompañada de dificultades y no sólo las idiomáticas. La colombiana Ingrid Paola Bolaños recuerda el día que se enfrentó a una profesora en un instituto que decía que los inmigrantes venían a quedarse con los puestos de trabajo de los españoles o aquellos que decían que no sabían "cómo te puede gustar Ingrid si a mí la piel negra me da asco".

Anthony habla muy bien de sus compañeros y amigos, pero siempre hay alguno que le llama "negro" de manera despectiva. Sin perder la sonrisa dice que él ya sabe que es negro y que eso no va a cambiar nunca.

Todos quieren lanzar un mensaje de esperanza con respecto a lo que supone la inmigración y la situación de los refugiados. Wenting Sun tiene claro que "si no fuera por una situación complicada, nadie saldría de su país. A cualquiera le podría pasar esto pero hay sitio para todos. No debe haber problemas para acoger a más gente". Maximilieen Kaboré va más allá y dice que "no sólo tenemos que ayudar a los refugiados sino también a los países de origen". Anthony insiste en esta línea y afirma que "es duro ver lo que está pasando. Ellos no salen por salir". Ingrid, por su parte, se remonta al pasado y señala que en España "hace años también tuvieron que emigrar muchas personas".

Anthony recuerda que son humanos, "no venimos a robar el trabajo ni nada de nada. Creo que nosotros podemos aprender muchas cosas de aquí pero también ellos de nosotros".

La china Wenting Sun cree que ellos reúnen ventajas "porque en la mayoría de las ocasiones somos bilingües e incluso trilingües y eso debería darnos más posibilidades para encontrar trabajo". Ingrid saca a colación la expresión "abanico de colores" cuando se refiere a la mezcla de distintas nacionalidades y culturas y recuerda la experiencia que le ha supuesto a ella unirse con gente de muchos países.

Creen que hay gente que puede cambiar su percepción de la inmigración y a situaciones como las que vivieron Hicham y Anthony en los bajos de un camión o a bordo de una patera cuando conocen sus historias, las mismas que ven sin nombre y sin caras cuando las ven en los medios de comunicación y que ahora tienen a su lado.

Y aunque tienen esperanzas para un mundo mejor, también tienen ilusiones para ellos mismos: la de encontrar un trabajo para Hicham y poder ayudar a su familia; la de Anthony también de encontrar estabilidad laboral; la de Wenting de convertirse en una profesora universitaria; o la de Ingrid en ser abogada y Maximilieen enfermera y regresar a África a ayudar a sus compatriotas. Sueños de los inmigrantes gaditanos.

Hicham El Ambri. (Marruecos) El niño que llegó en los bajos de un camión

Una gorra esconde su pelo rizado y alborotado pero no oculta una cara simpática y llena de vida pese a que a sus 21 años ha visto mucho más que cualquier joven de su edad. De todo el grupo es el que lleva más años en Cádiz ya que pisó España por primera vez con 12 años, cuando se metió en los bajos de un camión en el puerto de Tánger y pudo llegar a la que consideraba la tierra de las oportunidades. Para cualquier chico español que crece con más o menos dificultades en la comodidad del bienestar le costará trabajo comprender cómo un chico de 12 años arriesga su propia vida y se aleja de su familia a un viaje que no se sabe muy bien dónde acabará. Pero Hicham era un niño que vivía en Marrakech con su madre separada y que debido a las dificultades económicas de la familia tiene que trabajar y además cuidar de su hermana pequeña. Las dificultades le hicieron alejarse de los libros y del colegio cuando apenas había podido ir un año. De hecho asegura que no sabe escribir ni leer en árabe pero sí en español. En Tanger no pudo pasar hasta el tercer intento. En aquel momento no pensó en lo peligrosa que era la travesía, pero ahora cuando mira para atrás es muy consciente de que pudo dejarse la vida en los bajos de aquel camión. Una vez que llegó a España inició un periplo que se inició en el Centro del Cobre en Algeciras, pasó posteriormente a Arcos y finalmente acabó en Cádiz, donde se encuentra en un piso que comparte con otros jóvenes. En todo este periplo, ha frecuentado Tierra de Todos y ha realizado todo tipo de cursos y prácticas así como ha recibido toda la formación de la que carecía cuando inició su camino hacia España. Hicham El Ambri sigue echando de menos el cuscus y el cordero de su tierra natal sobre todo a su familia. De Marrakech se fue siendo un niño y volvió siendo un hombre en una visita que realizó a su familia hace un tiempo. Llegó sin avisar y ni su propio hermano lo reconoció en un primer momento. Quiere tener un futuro en Cádiz y en España, de la que le gusta la gente que se ha encontrado. Marroquí pero sobre todo gaditano, algo que no puede negar en sus expresiones.

Ingrid Paola Bolaños. (Colombia) El sentido de la justicia

Gran habladora y con fuerte personalidad, Ingrid Paola Bolaños llegó a España con apenas cuatro años de edad, primero a Arcos y después ya como adolescente a Cádiz. Vino acompañada de su madre, que en su país natal había estudiado técnico en electromedicina. Afirma que anima como la que más a la selección española cuando juega al fútbol pero también le encanta visitar su país natal para ver a parte de su familia, porque el resto se encuentra por distintos países de Europa, Estados Unidos y de España, a los cuales visita de vez en cuando. En el futuro quiere ser abogada por su sentido de justicia y porque cree que a su forma puede ayudar también a cambiar el mundo, algo que ha tenido muy claro desde el principio. Como buena latina, le encanta bailar salsa, con el que ha recibido muchísimos elogios, lo cual es un buen ejemplo de lo que le ha aportado Colombia. Su madre ha participado en muchos encuentros interculturales y ha estado continuamente formándose. A pesar de que lleva muchos años aquí sigue manteniendo un pequeño acento colombiano muy cálido. Le llamó mucho la atención que aquí se pudiera llamar en el instituto al profesor con el nombre de pila, algo que en otros lugares es impensable. Recuerda que de pequeña hizo en el colegio una exposición sobre su país donde llevó incluso un postre típico, el arequipe.

Anthony Acuase. (Nigeria) La patera que trajo al hombre sonriente

Este nigeriano de 24 años con sonrisa permanente y aires elegantes que se acelera al hablar como cualquier andaluz que se precie, podría encontrarse hoy en día en cualquier punto de Italia, que era el destino al que quería llegar cuando en 2008 salió de su Delta natal a ratos a pie y a ratos en vehículos para dar el salto a Europa, pero siempre teniendo claro que las fronteras había que pasarlas por la noche. En Nigeria vivía ayudando a su madre vendiendo pescado en una familia de 11 hermanos pero decidió que quería llegar a Italia, por lo que se dirigió hasta Libia, que era el punto de salida natural hacia Italia. Sin embargo, allí se encontró con la imposibilidad de pasar por el cierre de fronteras y tuvo que permanecer en el país africano durante un año, donde se ganaba la vida lavando coches en una estación de servicios. Pero vendió todo y decidió cambiar el plan y tratar de llegar a Italia a través de España, aunque eso le supusiera tener que atravesar Argelia y Marruecos. Para colmo lo deportaron a Malí porque fue detenido y vuelta a empezar. Cuando por fin llega a Marruecos pasó en patera con 39 personas y mucho más miedo y fue interceptado por la Guardia Civil. Tras pasar por el centro de internamiento de Tarifa, fue acogido por el Secretariado de Migraciones, donde por fin encontró la estabilidad que necesitaba. A partir de ahí cambió el objetivo de Italia y se quedó en España. Estudió en el colegio Salesianos donde a base de muchas dificultades, al principio por la barrera idiomática, fue formándose y consiguió aprender el oficio de electricista, gracias al cual ha podido hacer prácticas en diversas empresas. Anthony echa mucho de menos a su familia pero también asegura que se ha encontrado en la capital gaditana a gente que se ha preocupado mucho por él.

Maximilieen Kaboré. (Burkina Fasso) La enfermería como sueño

Lleva poco más de un año en la capital gaditana tras conseguir los papeles para conseguir el reagrupamiento con su madre, después de que ésta llegara hace siete años. Este tiempo se le ha hecho eterno. Allí estaba estudiando el equivalente a la ESO cuando pudo viajar a España pero allí dejó a un hermano gemelo. Muy tímida, sufre con cada pregunta pese a que poco a poco se va soltando en la entrevista. Le gustaría convertirse en el futuro en enfermera aunque tiene muy claro que no va a poder conseguir trabajo en Cádiz. Quiere formarse pero en algún momento le encantaría volver a África para ayudar a sus compatriotas. Adora a la gente que se ha encontrado en Tierra de Todos, ese punto de encuentro entre personas de innumerables nacionalidades y lanza un mensaje de unión y de esperanza: "tenemos que trabajar todos juntos".

Wenting Sun. (China) La futura filóloga clásica

Esta chica china que usa un discurso inteligente, ya está matriculada en Primero de Filología Clásica en la Universidad de Cádiz, cumpliendo así el sueño de estudiar una carrera fuera de su país natal. Llegó a Cádiz hace siete años y medio mucho tiempo después de que lo hiciera su madre en 1998. No soporta las series en las que se hacen chistes fáciles racistas y las ya hechas por parte de los ciudadanos como la de que "los chinos nos están invadiendo". Le encantaría en el futuro convertirse en profesora de griego en la UCA. reconoce que la comunidad china debería ser más abierta y sus miembros más simpáticos pero también cree que hay muchos estereotipos en torno a ellos. Justifica su actitud en que a veces tienen miedo de hablar con las personas que no son de su nacionalidad. Adora de Cádiz a la gente y también a la playa y le gustaría que en la ciudad hubiera más espacio para montar negocios. Cuando llegó a Cádiz tuvo dificultades con el idioma pero ahora habla perfectamente con acento gaditano, como lo demuestra con muchas de sus expresiones. Echa de menos a los amigos y a la familia que dejó en China, entre ellos a un hermano nacido de una segunda relación de su padre. Aquí sin embargo ha ido haciendo su propio grupo de amigos y amigas gaditanas.

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