El cada día más lamentable estado del foso de Puerta de Tierra de Cádiz

El mantenimiento del frente de Puerta de Tierra es un problema sin solución que se hace eterno para la ciudad.

A la espera de que se abra el centro de interpretación de la muralla, previsto en el Torreón y que el anterior gobierno local dejó pendiente de inaugurar, aún hay mucho por hacer en este conjunto con un coste que se presupone muy elevado: restauración interior de las bóvedas, arreglo de los lienzos de la muralla, reparación del paseo superior y una nueva definición de los usos del que debería de ser uno de los equipamientos culturales de referencia para Cádiz.

Mientras se espera la planificación que para esta fortificación pueda tener el nuevo gobierno de Bruno García, hay actuaciones en el recinto que no necesitan de grandes inversiones si no que se pueden hacer ya con los medios municipales actuales.

Actuaciones que mejorarían la imagen de dejación que hoy ofrece este equipamiento, para vergüenza de la ciudad. Aunque no mucha, habida cuenta de las nulas quejas que provoca este estado de abandono, empezando por el silencio de los propios concejales de la oposición.

No parece que cueste gran esfuerzo mantener en buen estado de revista la zona ajardinada existente en el foso del Pelícano, a pie de la muralla en el tramo de Santa Elena. Sin embargo, hoy ofrece una imagen de absoluto abandono, con el césped crecido de tal forma que casi supera ya al propio parterre. El albero, allí donde aguanta, está o destrozado o cubierto de ramajes.

Si avanzamos hacia la pasarela de la estación, abundan las zonas donde el verde se ha perdido de forma definitiva y hoy es pura arena, sin contar con el enorme espacio habilitado para el paseo de los perros, a pie mismo de un Monumento Nacional.

Lo cierto es que con este aspecto, al que se le une la ausencia de bancos para descansar, papeleras para evitar ensuciar el suelo y más puntos de luz, nada anima a pasear por el que debería de ser un jardín cuidado y mimado, como complemento a la visita de las fortificaciones. Aunque, lo cierto, es que la muralla también está cerrada al público.