La larga historia de la leyenda negra española
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Jaime Rocha, capitán de navío, ex miembro de los servicios secretos y escritor, ingresó este miércoles en la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras
Jaime Rocha Rodríguez, capitán de navío, ex miembro de los servicios secretos españoles y escritor, ingresó en la tarde de este miércoles en la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras. Rocha pronunció un discurso de ingreso titulado ‘La leyenda negra española’, tras ser presentado por el académico de número Rafael Sánchez Saus en un acto que tuvo lugar en el Salón de Grados de la Facultad de Medicina.
Rocha confesó durante su alocución que había tenido dudas a la hora de elegir el tema sobre el que versar su discurso. De hecho, en un principio dijo que por su condición de marino había planteado hacerlo sobre “los muchos y heroicos hechos llevados a cabo en tierras hispanas del Nuevo Continente, como se le llamó durante un tiempo”.
Tras abandonar esa idea reconoció que pensó en tirar por los servicios secretos. Sin embargo, al final lo hizo sobre la leyenda negra española, que conectó muy bien con la labor de los agentes secretos en las tareas de información y también de desinformación: “A lo que en términos muy generales llamamos ‘inteligencia’, que es de un valor incalculable en tiempos de guerra, es esencialmente la información o la desinformación entre contendientes”.
Rocha tiró de una cita del estratega militar chino Sun Tzu que en su libro ‘El arte de la guerra’ escribió que “un ejército sin agentes secretos es como un hombre sin ojos y sin oídos”. Básicamente, el nuevo académico resaltó que la batalla de la desinformación consiste “en escoger textos, noticias o cualquier información y exagerar los aspectos negativos del enemigo o se inventan con el único objetivo de menospreciarlos y descalificarlo entre los suyos”.
Jaime Rocha tiene muy claro, tal y como expresó en su discurso, que la leyenda negra antiespañola, “en su narrativa contra la obra de España en Europa y América, es pura invención, mentiras absolutas rodeadas de algunas verdades o medias verdades, una habilidad frecuente en este tipo de acciones”. En este sentido, afirma de manera categórica que la leyenda negra española “responde con asombrosa exactitud a lo que hemos definido como desinformación sobre el enemigo”.
Rocha entiende que la leyenda negra española tiene una característica diferencial muy importante y que es sobre todo su perdurabilidad: “Nace y se desarrolla fuera de nuestras fronteras, pero es a partir de la Guerra de la Independencia española a principios del siglo XIX con el enfrentamiento entre liberales y partidarios del Antiguo Régimen, cuando se instala para quedarse definitivamente.
Entre 1834 y 1936 hubo tres guerras carlistas y una civil, por lo que “en este marco de continuos y graves enfrentamientos entre españoles peninsulares, la leyenda negra encuentra un caldo de cultivo muy apropiado para el desarrollo de bulos, mentiras y desinformación”. En este sentido, asociados a España se nos atribuye, no sólo en el pasado sino que perduran actualmente, “injustos calificativos como la ignorancia, el fanatismo, genocida o enemiga del progreso y la modernidad”.
El origen de esa imagen y publicidad negativa la sitúa a finales de la Baja Edad Media con la hegemonía de Aragón en el Mediterráneo e Italia. En muchas ciudades italianas, recordó, surgieron multitud de leyendas de todo tipo contra los españoles.
Todo ello se vio incrementado con la aparición de la imprenta en el siglo XVI, en plena época de enfrentamientos entre España, Inglaterra y Holanda, que facilita la divulgación y transmisión de noticias procedentes de América. Una que resultó fundamental fue la publicación de la primera edición del libro de Fray Bartolomé de las Casas ‘Brevísima relación de la destrucción de las Indias”.
Rocha hizo un repaso en su discurso a cómo se ha dado la leyenda por zonas geográficas. En Italia, ante la hegemonía aragonesa en el Mediterráneo y otros temas “alimentó la proliferación de leyendas negativas atribuyéndoles asesinatos y violaciones masivas”.
En Alemania se originó en las guerras religiosas del siglo XVI, “que presentan a los españoles como colaboradores de judíos y musulmanes, pero defensores a ultranza del Papa”.
En Francia, las constantes guerras propiciaron muchas críticas, entre ellas las de algunas figuras muy destacadas como Montesquieu, Voltaire y Rousseau que atacaron a la España “atrasada y clerical”. En Holanda fue por tratar de sofocar una rebelión e nobles; en Inglaterra tras la creación de la iglesia anglicana y en Hispanoamérica se abrió paso con los libertadores.
Y entre las obras que contribuyeron a la misma, no sólo esta la de Fray Bartolomé de las Casas, sino que hay una que también resultó trascendental y fue ‘La Apología’, de Guillermo de Orange, aunque otras publicaciones que relató que echan abajo esas leyendas con rigor histórico.
Una trayectoria personal y profesional polifacética
Rafael Sánchez Saus, catedrático en Historia Medieval y académico de esta institución, fue el que hizo la presentación de Jaime Rocha, en la que llevó a cabo un recorrido por la trayectoria de Jaime Rocha y su extensa carrera profesional. Y es que a esta persona hay que aproximarse desde múltiples puntos de vista. Primero por su trayectoria dentro de la Armada, donde fue promovido a oficial en 1965. Después, también dentro de esta carrera militar, cuando ingreso en el Cesid en 1979, los servicios secretos españoles, donde desempeñó numerosas funciones, entre ellas la división del Magreb o su destino en la embajada de la entonces Checoslovaquia cuando estaba a punto de producirse la caída del muro de Berlín y el final del telón de acero que se había levantado con la Guerra Fría.
A Jaime Rocha también se le puede abordar desde su experiencia al frente de una fábrica de azulejos en la provincia de Castellón, desde la que se empezó a tirar para el gran éxodo de gaditanos que hubo a finales del siglo pasado hacia las azulejeras. Y ahora, una vez ya jubilado, con su implicación en la vida social de la capital gaditana y, por supuesto, en su última faceta de escritor, donde ha publicado dos novelas basadas en experiencias personales de su tiempos en el Cesid: ‘Operación El Dorado Canyon’ y ‘El Muro’.
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