La lentitud en el desarrollo del juicio obliga a la Sala a recomponer el calendario de la vista
El presidente del Tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, Manuel Grosso, interrumpió a las siete y media de la tarde de ayer la tercera sesión del caso Rilco cuando todavía quedaba por declarar el último de los acusados, el ex delegado de la Zona Franca Miguel Osuna.
Debido a la lentitud con la que avanzan las declaraciones, se decidió en la tarde de ayer recomponer todo el calendario del juicio, de manera que para hoy sólo está prevista la declaración de Miguel Osuna.
Para el lunes y el martes acudirán los ocho testigos que presenta el Ministerio Fiscal, mientras que para los dos días siguientes serán los 13 que llevan las distintas defensas. Por último el viernes acudirán al juicio los peritos que están citados.
Después habrá diez días de descanso hasta que empiecen a presentarse las conclusiones finales de cada una de las partes a partir del día 17 de junio. De ahí hasta el 20 se cogerán los días que sean necesarios para que cada una de las partes establezcan sus conclusiones.
Hay que tener en cuenta que el juicio avanza a un ritmo muy lento porque en cada declaración preguntan hasta nueve partes: tres por parte de la acusación (fiscal, abogado del Estado y el letrado del PSOE) y cada uno de los representantes legales de los seis acusados que se sientan en el banquillo. Asimismo, constantemente hay que exhibir documentos que están en el sumario de la causa a los distintos declarantes entre los miles de papeles, lo que hace que todo el proceso sea muy lento.
La declaración de Miguel Osuna, uno de los testimonios más esperados, comenzará hoy a las nueve y media.
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