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Asuntos Sociales
Cádiz/"Estoy por día peor, estoy pasando un frío por la noche, un frío muy malo... Yo no puedo más, yo no sé ni lo que hacer, me voy a volver loco... No llevo mi tratamiento en condiciones, no como bien, no tengo a nadie que me vaya por la comida, no puedo ir, no tengo nada... Cualquier día amanezco muerto en el suelo, estoy tirado en la calle, como un perro, como un perro, yo no sé qué más hacer..." Esta es la "última llamada desesperada" de José Gómez Domínguez, una persona sin hogar con problemas de salud, movilidad y una pequeña discapacidad intelectual, a la administración pública municipal. Porque al Ayuntamiento de Cádiz, a cuyas puertas ha acampado José desde este martes, le pide quedarse en el albergue, del que le han expulsado tras cumplir el ciclo rotatorio impuesto como práctica pero que, según Miki Carrera, del movimiento Nadie sin Hogar, "va en contra del propio reglamento del albergue y de la ley de Servicios Sociales de Andalucía".
Siete días bajo techo ("máximo una o dos semanas después"), tres meses en la calle es la fórmula de funcionamiento actual "con excepciones contadas" del centro de acogida situado en la plaza Macías Rete donde echan a las personas "sin ningún tipo de justificación" se queja el portavoz de Nadie Sin Hogar. Pero es que el caso de José, defiende tanto Carrera como otros compañeros del afectado en situación de calle, es "urgente", es "desesperado" y entraña un "riesgo para su integridad personal".
Con 58 años -de esos 58 años de asfalto y cartones; de frío y oscuro-, a la espera de una operación de pulmón en un mes, múltiples patologías y un grave problema de movilidad que le impide "cada vez más moverme para ir a los comedores sociales y al centro de día", José Gómez Domínguez no lleva ni dos años en la calle (desde que se separó de su pareja y en un primer momento fue atendido "en Tartessos") y ha visto como su realidad mental y física se ha agravado "muchísimo". José no quiere estar en la calle pero no tiene recursos, ni ingresos, ni a nadie. "Necesito que me cuiden, de verdad", clama.
"El caso del señor José es el vivo ejemplo del funcionamiento totalmente fuera de la ley del servicio de personas sin hogar en Cádiz en este momento", resume Miki Carrera junto a la cama médica rodeada de carteles protesta y situada a las puertas del Consistorio gaditano en la que a partir de este martes se instalará José Domínguez "para no irse hasta que se le dé un alojamiento". "José estuvo en Caballeros Hospitalarios de donde se tenía que ir después de la campaña de frío, se hizo el escrito para que no se quedara en la calle, se le atendió 7 días, se le hizo una nueva solicitud para que se mantuviera su plaza, fue al albergue municipal y ya le han echado el pasado 22 de abril sin ninguna justificación, en contra de la ley de Servicios Sociales andaluza y del propio reglamento del albergue que habilita hasta un año de permanencia para personas en situación de sinhogarismo", relata el portavoz de Nadie Sin Hogar.
Una situación que ha provocado esta acción de visibilización de la situación de José que también se acompaña del registro de un escrito dirigido al Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, donde se explica no sólo la situación personal de José, adjuntando sus informes médicos, sino que se detalla esta "absoluta indefensión" que sufren las personas sin hogar "que tienen sus derechos, pero que no los conocen". "Con esos evidentes problemas de salud y de movilidad de José ni siquiera se le debería obligar a recorrerse todo Cádiz para ir de un comedor a otro, del centro de día a donde duerme en los soportales de Capuchinos desde que lo echaron del albergue. José debería estar en un centro de acogida y tramitándose las prestaciones que le correspondan", protesta Carrera recordando que esta realidad "fuera de la ley" de las personas sin hogar en Cádiz "provoca graves perjuicios para las personas afectadas y con resultados de muerte, como hemos visto recientemente".
Esta llamada al Defensor del Pueblo llega tras "múltiples escritos registrados" que Nadie sin Hogar ha realizado informando de la situación de José, tanto al alcalde de Cádiz como al concejal de Asuntos Sociales Pablo Otero. Y, precisamente, Bruno García, a quien Miki Carrera ha abordado en las puertas del Consistorio este mismo martes, se ha mostrado "preocupado" tanto con la situación "lamentable", en sus propias palabras, del albergue municipal (ya con proyecto de reforma) como por la realidad del sinhogarismo en diferentes manifestaciones públicas.
"Sí, y ahora que he hablado con él me ha comunicado todo lo que se va a hacer, lo que se ha hecho, y esa preocupación, pero parece que no entiende que esto es una cuestión de derecho, de obligación y de cumplimiento de las leyes. No entiende que una persona en esta situación tiene derecho absoluto, exigible, de provisión obligatoria de un alojamiento", ha asegurado Carrera que pide que realojen a José "con la máxima urgencia" y que "se corrija" la posición general municipal con las personas sin hogar "porque se puede, porque en el último censo apenas llegaban a 107 personas en una ciudad como ésta".
"A mí me metieron fuego en la caseta de campaña donde dormía conmigo dentro". "A mí me han tirado botellas sin venir a cuento". "A mí unos niñatos me orinaron en los cartones mientras yo estaba ahí tranquilito echado". "Te roban, te maltratan, y si vas a la policía, te tratan fatal, algunos ni te toman en cuenta..." El rosario de situaciones se van sobreponiendo unas sobre otras. Los compañeros que han ido a apoyar a José Gómez Domínguez hablan alto y claro de "lo puñetera que es la calle, lo puñetera que es". Cuando mantenerse limpio, por fuera y por dentro, es una heroicidad; cuando la estabilidad mental camina sobre un hilo fino, finísimo; cuando se llega a pensar que "hasta los animales tienen ya más derechos que uno". "Qué puñetera es la calle, señorita, qué puñetera..." José Gómez escucha a todos pero no escucha. José Gómez está llorando.
Para pedir tanto el realojo de José Gómez Domínguez como la regularización de las personas sin hogar de Cádiz que no quieren vivir en la calle, el movimiento Nadie sin Hogar habla de dos reglamentos y diferentes artículos.
Así, destaca que el propio reglamento del albergue municipal establece en sus artículos 6, 6.2 y 3 la posibilidad de mantener la plaza de acogida durante un periodo de hasta un año, con prórrogas sucesivas para aquellas personas que se encuentran llevando a cabo un plan de reinserción. "Además en ningún caso se entrega a los usuarios ningún documento escrito que refleje el periodo por el que se concede la estancia, ni justificación de la cancelación del Derecho al Alojamiento Alternativo, lo que se sitúa a la persona afectada en una situación de indefensión a la hora de plantear alegaciones", explica Miki Carrera.
Por otro lado, la Ley 9/2016 de Servicios Sociales de Andalucía establece como una prestación garantizada, exigible y de provisión obligatoria para las administraciones, en sus artículos 42.L, 9 y 11. También, con el quebrantamiento del derecho de alojamiento alternativo, "se vulnera cuanto menos la protección debida a los derechos fundamentales a la integridad física (art. 15CE), a la seguridad (art.17CE) y a la intimidad (art. 18CE) y se quiebran también los derechos a un proceso de reinserción coherente y continuado (art 10 y 11 de la Ley de Servicios Sociales).
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