La lluvia marca el vía crucis general
Cuaresma
La imagen del Mayor Dolor se quedó en Santa Cruz debido al mal tiempo. El acto penitencial sí se desarrolló en el primer templo, presidiéndolo la Cruz de Guía de Sanidad
Un vía crucis sin Cristo. Un lunes sin una imagen recorriendo en parihuela la ciudad. Una vez más, la lluvia se convierte en protagonista de un acto cofrade, en este caso el vía crucis general de las hermandades gaditanas. El mal tiempo y la constante lluvia, muy fuerte por momentos, que cayó en la tarde–noche de ayer impidió que la imagen de Jesús del Mayor Dolor fuera trasladada a Catedral para presidir allí el acto penitencial con el que la Cuaresma arranca de manera oficial. En su lugar, el vía crucis se desarrolló en el interior del primer templo presidido por la cruz de guía de la cofradía de Sanidad.
Hasta el último momento esperó la junta de gobierno de esta corporación en tomar una decisión definitiva respecto al traslado de la imagen. La cercanía de Santa Cruz con la Catedral y la opción de recortar al máximo el recorrido en caso de que el mal tiempo diera una tregua dejaron abierta hasta el último momento la posibilidad de que el nazareno del Mayor Dolor saliera a la calle.
A la hora en que el cortejo debía salir de Santa Cruz, se procedió a trasladar a la imagen desde el torreón del Sagrario hasta el altar mayor. El Señor vestía su túnica bordada e iba en la parihuela de la hermandad sobre un suelo de claveles rojos y lirios morados e iluminado por cuatro candelabros de madera dorada. Dos jarras, también con claveles y lirios, a los lados de la imagen remataban la destacada que hubiera puesto en la calle la cofradía de Sanidad.
Con el Nazareno ya en el altar mayor, se procedió a rezar el rosario y a su término, el hermano mayor de la corporación del Martes Santo, Ildefonso Herrera, anunció que la imagen no volvería ya a moverse y que el vía crucis se celebraría a las nueve de la noche en Catedral, según lo previsto. Así pues, los representantes de las hermandades que iban a formar parte del cortejo, así como el público en general, se marcharon hasta el primer templo de la diócesis.
El Papa Benedicto XVI tuvo un especial protagonismo al principio del acto. Su renuncia anunciada la pasada semana fue una de las grandes intenciones del vía crucis, leyéndose al inicio una oración que el obispo diocesano, Rafael Zornoza, ha escrito acerca de este momento que vive la Iglesia con la renuncia de Benedicto XVI y la elección en las próximas semanas de un nuevo pontífice.
La Cruz de Guía de Sanidad abría las filas de cofrades que fue transcurriendo alrededor de la Catedral mientras se iban sucediendo las catorce estaciones. Tras ella se situó el obispo, junto al deán de la Catedral, Guillermo Domínguez Leonsegui; el hermano mayor de Sanidad; el presidente del Consejo, Martín José García; y el sacerdote Carlos Ruiz. Tras ellos marcharon las autoridades civiles y militares que también acudieron al acto.
Al margen, en el interior de la Catedral se congregaba bastante público, a pesar de la lluvia y el frío que hacía anoche, para seguir el desarrollo del vía crucis desde los bancos del crucero o bien en las naves laterales.
En torno a las diez y cuarto de la noche finalizaba Zornoza el rezo de la decimocuarta estación que ponía fin a este acto cuaresmal.
Desde que el vía crucis se realiza en el interior de la Catedral, era la primera vez que una imagen no presidía este acto en el que participan todas las cofradías de la ciudad. Nuevamente, el mal tiempo quiso estar presente en un acontecimiento cofradiero. Y Sanidad tendrá que esperar ahora bastantes años para salir a la calle el primer lunes de Cuaresma.
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