Un lugar en Cádiz para honrar a los bebés fallecidos
Jornadas del Colegio de Enfermería y la Universidad
Inauguración en un árbol del Parque Genoves de un espacio para recordar a los bebés que mueren durante la gestación, el parto o al poco tiempo de nacer
Cádiz/Cádiz cuenta con un lugar donde honrar la memoria de los bebés fallecidos durante la gestación, el parto o al poco de nacer. Se trata de un árbol del Parque Genovés, un laurel donde se ha instalado una placa conmemorativa en forma de corazón con el hueco de otros corazones en su interior y la frase "Todo lo que hemos amado alguna vez profundamente se convierte en parte de nosotros".
Madres que han pasado por la dura experiencia de perder un bebé han participado este lunes en la inauguración de este espacio; y estuvieron arropadas por otras mujeres que han vivido la misma situación, como Lucía, madre de Celia y Emma, dos gemelas que nacieron a los seis meses de gestación y que murieron a los pocos minutos de ver la luz. Lucía tenía una anomalía en su embarazo que lo hacía inviable y "nadie supo ver esa anomalía hasta el momento del parto". Lamentó que en la sanidad pública "hay poco apoyo para estos casos, porque te dan el alta y nadie tiene en cuenta las secuelas psicológicas que quedan". También rememoraba frases de familiares, conocidos e incluso de la matrona que la trató quitándole importancia a lo que le había ocurrido y animándola porque es joven y todavía puede tener más hijos. "Creen que son frases de apoyo pero no se le puede quitar importancia a esta situación. Y aunque llegue a tener más hijos, cada uno es insustituible", reflexionaba.
Precisamente para sensibilizar tanto a la población como al personal sanitario sobre la muerte gestacional y neonatal, el Colegio de Enfermería y la Universidad de Cádiz han organizado una serie de actividades en colaboración con el Ayuntamiento, la asociación de acompañamiento al duelo perinatal Matrioskas y la Asociación Andaluza de Matronas. La primera de esas actividades fue la inauguración de este espacio para honrar a los bebés fallecidos.
El árbol escogido lucía ayer rodeado de velas y adornado con banderines que llevaban los nombres de bebés fallecidos, entre ellos Valeria, Juana, Francisco, María... Han sido elaborados con mucho cariño por su madres, que, en algún caso, habían acompañado los nombres de sus hijos con emotivas frases: "Inés, estés donde estés, yo sé amar hasta allí"; "Leo, ocupas el lugar más bonito del corazón. Papá, mamá, tu hermano"; "Manuel, nuestro primer niño siempre. Te amamos".
En el acto también participaron la vicerrectora de Ciencias de la Salud de la Universidad de Cádiz, Ana María García Bañón; el presidente del Colegio de Enfermería de Cádiz, Rafael Campos, y el alcalde de la ciudad, José María González.
García Bañón explicó que las Jornadas que daban comienzo con este acto se han organizado gracias a un proyecto de investigación de la enfermera Olga Paloma Castro y afirmó que "proyectos como este nos acercan a la sociedad y hacen que nuestra investigación valga la pena".
Rafael Campos señaló que "recordar la experiencia vivida es doloroso pero a la vez liberador, y disponer un espacio como este es gratificante". Dijo que este árbol del Parque Genovés será un lugar donde podrán traerse flores, velas encendidas o simplemente para sentarse en silencio a recordar.
El alcalde de Cádiz, por su parte, manifestó su anhelo de que "este laurel sea para siempre la memoria de las niñas y niños que no están y a la vez que sea un elemento de futuro, un deseo de futuro y de seguir hacia delante caminando. Es el mejor regalo que podíamos hacer a estas niñas y niños: no quedarnos anclados en el recuerdo, mirar de manera alegre, que es difícil pero necesario, a ese futuro que está por llegar y nos depara la mejor de las suertes". Asimismo, deseó a las madres presentes que "la emoción de este acto se convierta algún día, más pronto que tarde, en una necesaria y justa sonrisa para vosotras".
Tras descubrir la placa conmemorativa, Irene Leticia García Caro, una mujer que perdió su bebé y es presidenta de la asociación Matrioskas, leyó un poema de autor desconocido sobre el recuerdo a esos hijos fallecidos, un recuerdo que "nada ni nadie matará" y que se hace "por amor". Otra madre, Rocío Rosano García, tesorera de Matrioskas, leyó una larga lista de nombres de bebés fallecidos. El acto terminó con la interpretación de la canción Tenía tanto que darte, de Nena Daconte, a cargo del musicoterapeuta Raúl Ortega.
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