De andar por casa
Miniatura modernista
Los que aman la música saben de un lugar donde las canciones no se extinguen sino que permanecen latentes hasta que sus primeros acordes desatan la nostalgia. Ni ejercicio de banal morriña ni tributo compensatorio. Es más que eso, es un rincón de sentimientos compartidos con base en la cultura popular andaluza para el mundo. Un sitio sin orografía, nombres o personalismos: desde los aires del puerto en el que amaneció el sonido de Alameda, al sombrío patio donde se forjó la leyenda de Triana, y con parada en ruta para descansar en aquella roca del diablo, en La Caleta, donde se solidificó el talento de Cai. Sólo melodías que trascienden. Sabemos de un lugar donde el legado del rock andaluz o de raíz está más presente que nunca. Será esta noche, en el Baluarte de la Candelaria (21.00 horas), bastión de la música popular y la vanguardia más exquisita, donde Cai, Alameda, Baco y Miguel Zagúan se reencuentran con su público y rescatan un repertorio inmortal. Un lugar donde la música se escucha y, además, se vive.
Diego Fopiani, batería y voz de la mítica banda Cai, traerá al escenario del Baluarte los temas más populares de su segundo y primer disco, aquel titulado Más allá de nuestras mentes diminutas, muy codiciado por los nostálgicos y "el más puro e improvisado aunque no sea el que tenga mayor calidad", admite.
El músico gaditano, superviviente de una época irrepetible para el talento de nuestro país, recuerda a sus protagonistas, él mismo, como "una bandada de grandes músicos y de gente pacífica, super enrollada que iba a hacer música. Éramos los hippies de aquel tiempo". Tiempos dulces para el arte pero duros para los que empezaban. "Hoy los jóvenes tienen todos los medios a su alcance, nosotros fuimos autodidactas totales y ahora nos damos cuenta de la dificultad de lo que hacíamos entonces. Me quedo con esa experiencia", dice
Consciente del legado que ostenta el rock andaluz, Fopiani asegura que "todas las fusiones posteriores parten de ese momento y después cada grupo le da su estilo propio". El de Cai sigue siendo reconocible y sin etiquetas. "Hacemos música de aquí, lo llevamos dentro, es una forma de expresarnos a la que no se ha apoyado lo suficiente. Me encantaría dar un taller o una masterclass sobre música andaluza", lamenta.
Cada nombre un sonido, cada canción una pequeña joya. Diego Fopiani vive el presente y huye de supuestas rivalidades entre tantos grupos que protagonizaron un movimiento que inspiró a artistas como Alejandro Sanz, El Barrio o Manolo García. "Cada uno de nosotros tenía su sello, aportaba algo. La raíz nació de aquí", recalca.
uUna canción de Alameda
Ojos de triste llanto
uUna canción propia
La roca del diablo
A Pepe Roca, guitarra y voz de Alameda, no le gusta la nostalgia y sólo tira de ella para recordar "lo que significaba la música para todos nosotros" cuando la mítica banda sevillana empezó a inundar de luz el sombrío panorama de la España de los años 70. Era la música "una filosofía de vida que tenía que ver mucho con las circunstancias sociales. Ahora es algo banal, aunque haya gente con exquisito gusto en ella. A los jóvenes se les hace creer que se es artista en dos meses y luego les cuesta quitárselo de la cabeza", explica el artista.
Sin nostalgia reconoce también que "a la gente de mi edad, la que nos seguía, se le han sumado sus hijos. Y eso que no nos ponen en la radio como a las canciones de La Movida, como si no interesara que la música de Andalucía siga vigente porque la hay que trasciende en el tiempo: nadie paga para que la programen pero existe una demanda. Los políticos pasan, el talento vence".
A pesar de todo, Pepe Roca se muestra optimista. "Gente como Medina Azahara sigue en la lucha y si Jesús de la Rosa estuviera vivo seguiría luchando para llegar a la gente, porque su música era sencilla, en el buen sentido, dirigida al público", opina.
Esta noche en el Baluarte le dará a sus temas un carácter distinto, "más acústico" y en formato cuarteto: "Estarán el guitarrista Álvaro Girón, la voz y percusión de Toñi García y mi hijo, José Carlos, al chelo eléctrico".
Sin nostalgia pero extrañando el carácter reivindicativo del arte, Pepe Roca admite estar "decepcionado con mi profesión". En la época de Alameda "había muchos músicos que se posicionaron por un país mejor, más justo, nos arriesgábamos mucho. Ahora se necesitan las mismas ganas porque seguimos teniendo los mismo problemas pero con distintas formas. Antes era todo más visible, vivíamos en Dictadura; hoy todo es más sibilino, más sutil", comenta.
En este presente que vive Pepe Roca, sin nostalgia, su forma de trabajar en la música es la más sencilla, "elijo los sonidos que me gustan pero no los cambio en cada tema", y su mayor preocupación reside en "ser honesto conmigo mismo y con los demás. Si no, hacer música se convertiría en algo insufrible", explica.
uUna canción de Cai
Noche abierta
uUna canción propia
Mejor un disco: Alameda
También te puede interesar
De andar por casa
Miniatura modernista
De andar por casa
Así es esta casa de muñecas modernista de principios del XX, en Cádiz
Lo último
Contenido ofrecido por FSIE