Un matrimonio de mutua conveniencia

LETRAS CAPITULARES

Kichi y Vila mantienen su asociación, pese a la ruptura de los anticapitalistas con IU, porque a ninguno le interesa provocar una ruptura en el seno del equipo de gobierno

El alcalde, José María González Kichi, y Martín Vila, sonrientes a bordo de un autobús.
El alcalde, José María González Kichi, y Martín Vila, sonrientes a bordo de un autobús.

"Si Madrid quisiera, podría generarle muchos dolores de cabeza a Kichi”, decía el otro día alguien relacionado con la política municipal. Hasta tal punto -defendía- que el alcalde se quedaría sin Alcaldía si PSOE, IU y Podemos se propusieran reeditar en Cádiz el pacto que llevó a Pedro Sánchez a presidir el Gobierno español. Las cuentas, desde luego, no están nada claras y dependerían de diversas conjeturas para que, efectivamente, José María González perdiera el número de fuerzas de apoyo y se quedara como concejal de la oposición con un Ayuntamiento presidido por Martín Vila (IU) y por Mara Rodríguez (PSOE).

Este muy hipotético escenario no se contempla en absoluto; sobre todo porque Martín Vila se mantiene firme en su sociedad de bienes con José María González y porque Izquierda Unida ya ha trasladado que no tiene intención de alterar ese binomio que a día de hoy parece bastante sólido. Y es que ni uno ni otro son tontos; qué más da que la Izquierda Unida de Martín Vila echara de Adelante Andalucía a los anticapitalistas liderados por Teresa Rodríguez bajo cuyo paraguas profesa el alcalde de Cádiz, o que el propio González se enfrentara al diputado provincial de Adelante Cádiz que integraba la lista de IU. En ambos casos, estamos hablando de la oposición, esa triste oposición que apenas tiene acción y protagonismo en la política actual. Pero en el escenario municipal gaditano se trata del gobierno, y eso es otra cosa.

Posiblemente, la visible ruptura primero de Podemos y ahora de IU con los anticapitalistas (o viceversa) imponga la lógica de que también se extienda en Cádiz capital. Si no quieren ir de la mano en el Parlamento andaluz ni tampoco en la Diputación gaditana, ¿por qué sí en el Ayuntamiento? El propio alcalde podría provocar la salida de Vila y de Rocío Sáez del grupo Adelante Cádiz, manteniendo un gobierno de once concejales; o Izquierda Unida, como de hecho Kichi planteó en su momento, debería imponer la salida de Vila y Sáez de las filas de Adelante Cádiz, para dar por absolutamente zanjada esa relación con los anticapitalistas.

Pero este escenario no se da porque a las dos partes no les interesa; o mejor dicho, porque a las dos partes les interesa seguir unidos en el gobierno de la ciudad. Por un lado, al alcalde no le interesa encender la mecha de una bomba que tendría consecuencias imprevisibles para la estabilidad del equipo de gobierno si pierde a Vila y a Sáez; a lo que se une que Martín Vila es uno de los hombres fuertes del equipo de González, y posiblemente el de mayor acción en los últimos años. Ya venció, por ejemplo, en el duelo con David Navarro, hombre de González que terminó marchándose tras ver cómo Vila siempre iba por delante; como también ha superado los momentos más críticos en los que Ganar Cádiz mostraba públicamente su rechazo a la labor de la entonces Podemos de Kichi.

Por otro lado está el propio Vila, que parece decidido a llevar a término su plan de transformación de la ciudad pese a lo que IU y Anticapitalistas tengan de distanciamiento. Al concejal de Urbanismo y de Movilidad no le interesa marcharse en mitad del mandato y dejar incompleto su proyecto de suspender las licencias con fines turísticos, de pintar de azul, naranja y verde las plazas de aparcamiento de la ciudad, o de rematar la implantación de un carril bici que paulatinamente vaya sustituyendo al coche privado.

Vila es el concejal más activo del Ayuntamiento de Kichi, el que más ejecuta, el que ha conseguido hacerse con las áreas más influyentes (la concejalía de Urbanismo siempre suele ser la más demandada cuando se producen pactos de gobierno); y el alcalde lo lleva bien, lo deja hacer y lo apoya. Hasta tal punto, que es capaz de soportar un fiasco tan importante como el del cambio de nombre del Estadio Carranza, todo un despropósito articulado por esa concejalía de Memoria Histórica que también preside Vila. Y esto es así porque, a cambio, lo poco que este Ayuntamiento viene haciendo en la ciudad en los últimos años suele llegar de la mano del concejal de IU.

Por eso Kichi no piensa en provocar una ruptura a la gaditana y sacar de su equipo a los miembros de Izquierda Unida; al igual que Martín Vila tampoco se plantea salir del gobierno de Adelante Cádiz hasta culminar sus proyectos de ciudad. Y es que pese a los intereses varios y los claros desencuentros en otras esferas, este matrimonio de IU y Anticapitalistas en Cádiz capital es de mutua conveniencia.

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