“Todos están tranquilos”
Las residencias de mayores
Los centros públicos y privados se esmeran en el cuidado de los mayores evitando que vivan estos días con nerviosismo
Hay dos cuestiones en las que están implicados todos los centros que atienden a mayores en la provincia de Cádiz. Por una parte: extremar las medidas de limpieza y de control sanitario tanto para los residentes como para los cuidadores. Y por otra, que dentro de lo que cabe los mayores que se encuentran en estas residencias pasen estas semanas de estado de alarma con la mayor tranquilidad posible.
Todos los centros con los que ha conversado este periódico indican que han abierto líneas de comunicación con los familiares de los residentes, por cuanto las visitas están estrictamente prohibidas, salvo en casos muy puntuales por su gravedad.
De esta forma, junto al tradicional teléfono, se están instalando, allí donde no existían, conexiones por vídeo conferencia para que por lo menos se disponga de una conexión visual entre el familiar y el residente, y más cuando para muchos de estos últimos le supone un claro momento de serenidad.
La Diputación Provincial mantiene en Cádiz capital su residencia Matia Calvo, una de las más veteranas en este sector asistencial. Cuenta actualmente con algo más de 60 residentes. "La situación es de clara normalidad, están incluso bastante mejor de lo que nos esperábamos", se destaca desde la residencia.
Se coincide en la necesidad de mantener el contacto, aunque sea a través de medios no presenciales, con los familiares y cómo se están extremando las medidas de limpieza y de atención médica.
Este centro dispone de un gran patio exterior que hasta el inicio del estado de alarma se utilizaba para el paseo y descanso de los residentes.
En Cádiz se encuentra también el Centro Micaela Aramburu,Centro Micaela Aramburu un complejo de propiedad municipal pero gestionado por una empresa privada ubicado entre los barrios de Loreto y Cerro del Moro, siendo una de las mayores residencias de la provincia.
"Estamos trabajando a destajo, reforzando todos los servicios y la atención a los 120 residentes que tenemos y para que estos no noten la situación de anormalidad en la que estamos viviendo", afirma una portavoz de la compañía.
El cierre total a las visitas ha llevado a la empresa a implantar módulos de video llamadas. "Mantenemos también un contacto constante con todos los familiares, informándoles de cómo se encuentran sus mayores". Se ha optado, para extremar las medidas sanitarias, que no exista un movimiento de personas entre los distintos módulos en los que está divido el complejo asistencial, a la vez que se han eliminado las actividades que suponían una presencia de muchos residentes.
El centro de enfermos de alzheimer Vitae de San Fernando ha extremado la información con los familiares, habida cuenta de los casos especiales que se atienden en este equipamiento, con información diaria a través del teléfono o por correo electrónico.
También se aporta apoyo psicológico a los familiares o tutores legales de los usuarios de la residencia.
Desde este centro se apela "a la responsabilidad y solidaridad familiar en cuanto a la duración de las llamas ya que todos querran pasar el mayor tiempo posible comunicados".
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