"El fin del médico es curar y lograrlo es una gran satisfacción"
Guillermo Antiñolo. Director de Genética, Reproducción Asistida y Medicina Fetal del Virgen del Rocío
Su equipo hizo posible el nacimiento del primer bebé español y segundo del mundo con capacidad de sanar a su hermano
En octubre de 2008 nació Javier, un bebé seleccionado genéticamente para ser un niño sano y compatible con su hermano Andrés. En mayo los médicos anunciaron oficialmente que el pequeño algecireño de siete años, tras recibir un trasplante de células madre de la sangre del cordón umbilical de Javier, estaba curado.
Este logro, que puso a Andalucía en la vanguardia mundial del diagnóstico genético preimplantatorio (selección de embriones), es uno de los que ‘acumulan’ Guillermo Antiñolo y su equipo. Director de la Unidad de Genética y Reproducción y jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, ayer se encargó de inaugurar el Congreso Andaluz de Medicina de Familia que se celebra en Cádiz con una conferencia sobre ‘Genética y Medicina’.
–¿Qué sentimiento se experimenta al lograr, primero el nacimiento de un bebé libre de enfermedad, y luego, el de uno libre de enfermedad y que cura a su hermano?
–Es mi trabajo e intento hacerlo bien, además afortunadamente cuento con un estupendo equipo de personas. Lo que se siente es difícil de explicar; el paradigma del médico es curar y eso siempre es una enorme satisfacción. No veo lo que hago como un logro, aunque lo sea.
–Una curiosidad, ¿sigue en contacto con la familia de Algeciras?
–Siempre. No sólo en este caso. No es que nos llamemos a diario, pero hemos formado parte los unos de los otros de un momento importante de nuestras vidas. Hay que estar cuando las cosas van bien, y también cuando van mal. Los médicos curamos, tratamos y también acompañamos.
–¿Le afectan las críticas al empleo de esta técnica por parte de la Iglesia y otros colectivos?
–En absoluto.
–¿Cuál es la respuesta que les da?
–Cada uno es libre de tener sus creencias pero no puede querer hacerlas gobierno de una sociedad.Creo que es un tema que ya está demostrado y que está suficientemente debatido en España, en el que la mayor parte se mostró a favor. No tengo más que decir.
–¿Dónde están los límites éticos?
–Están donde están; en el respeto a la vida y las creencias de las personas en el ámbito en general, en la filosofía asumida en el mundo occidental, y en la legalidad. Nosotros lo que hacemos es poner todos los medios a nuestro alcance para curar.
–¿Qué le ha traído hasta aquí, hasta este momento de su carrera?
–Básicamente dos cosas, que me encanta mi profesión y el tinte social que esta tiene y que me creo en el deber de devolver a la sociedad lo que yo he recibido. No me gustan los techos de cristal ni los límites impuestos.
–¿Cuál es su próximo reto?
No lo se. Bueno, siempre es intentar cambiar y mejorar las cosas. Intento seguir ahora mismo la línea de trabajo dentro de la terapia avanzada. Además estoy en varios proyectos interesantes, pero aún no se puede avanzar nada.
–¿Qué pasos se tienen que dar ahora en el ámbito del diagnóstico genético preimplantatorio?
–Se tiene que generalizar más, y hay que mejorar los resultados y lograr una técnica más sencilla. Por lo demás su aplicación sigue siendo limitada, para enfermedades raras. Pero hay que tener en cuenta que, aunque raras, afectan a un número importante de personas, a un 5% de la población.
–¿Han tenido muchas solicitudes y casos en estudio?
–Los números no me los sé de memoria. Es un tema que genera muchas expectativas y hay mucha gente que me consulta o solicita tratamiento, pero tampoco ha habido un boom. Si lo piden muchos personas de otras comunidades que no tienen el programa, sobre todo el tratamiento entre hermanos.
–¿Cuál es el futuro de la genética?
–El futuro es hoy. Pero lo que hace falta es aplicarla en España de forma estructurada en el sistema nacional de salud y que haya una especialidad en Genética Clínica que ahora no existe y por tanto no se forma a los profesionales en las facultades y llegan con muchas lagunas. Por otra parte, el futuro tiene el objetivo puesto en el proyecto genoma humano.
–De forma más concreta ¿en qué se van a traducir los avances en ese área?
–Va a permitir conocer la base de las enfermedades y mejorar la relación entre enfermedad y tratamiento y el desarrollo de las terapias individualizadas. Esto, anticipando un futuro en el plazo de una década.
–La ‘obsesión’ de la sociedad es en alargar la vida y la calidad de vida. La esperanza está puesta en la genética y las células madre. ¿Cómo se logrará primero la cura de las enfermedades raras, el alzheimer o el cáncer?
–Lo que se busca es dar vida a los años. Pero hay muchos factores que dependen de nosotros, como es llevar una vida saludable. No necesitamos esperar a que lleguen grandes avances o la revolución genómica para conseguir algunas cosas. La base para curar las enfermedades es conocerla, para eso servirá la genética, aunque no sé si también para curarlas. Con seguridad nos ayudará en la lucha contra el cáncer, pues ya se está trabajando en este sentido.
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