La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una noche amenazada también por el confort
CÁDiZ/Comenzaba la sesión plenaria -media hora tarde, en un retraso injustificado que se ha convertido en norma habitual de los plenos en la actual legislatura- con Martín Vila mostrando su solidaridad a los 93 trabajadores de La Gloria (tras conocerse el cierre de la empresa) y con el alcalde pidiendo "contención y mesura" en el debate que se iba a producir. Pero la sesión extraordinaria de ayer estuvo a punto de finalizar con el Salón de Plenos desalojado por unas interrupciones ante las que el presidente del Pleno se mostró ayer menos permisivo que en anteriores ocasiones.
Transcurría el segundo turno de intervenciones, recién superado el ecuador de una sesión que apenas duró dos horas, cuando una mujer interrumpió el debate que en ese momento dirigía el portavoz de Ganar Cádiz en Común, Martín Vila. "Esto es lo que comemos los pobres en Navidad", le afeó la mujer al alcalde, a los pies de su tribuna, depositando en la mesa del secretario paquetes de legumbres y de pastas. La crítica terminó con la Policía Local 'invitando' a la mujer a abandonar el Salón de Plenos.
Y fue entonces cuando la tensión creció como la espuma. En una sala con una nutrida asistencia ayer (principalmente por empleados de la empresa Sufi Cointer), empezaron a alzarse voces de apoyo a la protagonista de la protesta, lo que el alcalde quiso cortar con un mandato a la Policía Local: "Desalojen el Salón de Plenos". No hizo esto sino echar más fuego en la hoguera que de pronto se había generado, dando finalmente González marcha atrás y retomando el pleno la normalidad -con alguna que otra interrupción malsonante por parte de algunos de los asistentes, que como suele ser habitual en estas sesiones no saben guardar el respeto debido a la reunión de la Corporación-.
A todo ello asistía un arco plenario que ayer estaba completo, con todos los concejales ocupando su asiento y sin abandonar el Salón salvo dos pequeñas excepciones de apenas unos minutos. El PP optó por el silencio total hasta el remate del Pleno, haciendo valer si condición de partido más representado para cerrar el debate con las declaraciones de un portavoz, Ignacio Romaní, que no utilizó el primer turno (y que luego se quedó sin tiempo para seguir exponiendo la postura de su grupo). Y el silencio fue lo que rompió González Bauza (señor Bouza para el alcalde) después de varias semanas hablándose de limpieza en la ciudad.
Al final del debate, donde la mesura que pedía el alcalde sí estuvo entre los portavoces políticos, volvió la tensión, teniendo la Policía Local que escoltar la salida de los concejales ante el temor de que se produjera algún incidente con el público asistente. Algo que no se produjo.
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