Las monjas de Santa María dejan las obras en manos de una firma privada
La Orden Concepcionista anula el convenio firmado con la Junta hace cinco años al no contar con fondos para pagar su parte del proyecto de rehabilitación del convento y negocia con una promotora
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Cambio radical en el proyecto de rehabilitación integral del convento de Santa María. La propietaria del histórico edificio, la Orden Concepcionista, ha decidido romper de forma unilateral el convenio que se había firmado hace ya cinco años con la Consejería de Obras Públicas para compartir los costes de este proyecto. La intención de la congregación religiosa es que sea una empresa privada la que asuma la ejecución de la reforma del inmueble, que además de recuperar la zona conventual también preveía en el diseño original una zona para alojamientos.
La decisión de desligarse del convenio cerrado con la Junta fue comunicada a Obras Públicas el pasado mes de septiembre, según confirmó ayer a este diario el delegado provincial, Pablo Lorenzo. El vicario general del Obispado, Guillermo Domínguez Leonsegui, remitió un escrito a la administración regional en la que comunicaba que la Orden Concepcionista "en estos momentos está en conversaciones con un grupo que estaría dispuesto a asumir los costes de la rehabilitación del edificio", especificando que con ello quedaba sin efecto la cláusula del convenio firmado en septiembre de 2005 "en lo que se refiere únicamente al monasterio de Santa María", manteniendo en pleno vigor el resto de los acuerdos que en su momento se alcanzaron entre la Junta y la Iglesia.
En su misiva Domínguez Leonsegui reconocía que la orden religiosa no pueden "asumir el coste económico" que le correspondía de esta operación. El proyecto cerrado en noviembre de 2008 elevaba el coste de la reforma a 7,2 millones de euros de los que las religiosas debían de poner 2,6 millones de euros.
En los últimos meses, tantos como se ha ido retrasando una y otra vez el inicio de las obras, las Concepcionistas han intentado buscar una solución para financiar con sus medias la parte que les correspondía, pero las cuentas al final no han salido. La abadesa del Monasterio de Santa María, sor María Luz Suárez, prefirió ayer no valorar este cambio en la planificación del proyecto y la obligada salida del mismo de la Junta.
Por parte de Obras Públicas, Pablo Lorenzo indicó que la Junta no entraba en los casos en los que los propietarios privados decidían desligarse de los acuerdos cerrados con la administración para el arreglo de las fincas, como ha pasado en el caso de las monjas de Santa María. Sí lamentó, en todo caso, que la operación del convento no se haya podido ejecutar como se había planteado, resaltando la ilusión que había puesto la Oficina de Rehabilitación en este proyecto, uno de los más ambiciosos de toda su actuación en el casco histórico, pues recuperaba uno de los edificios más antiguos de la ciudad que en alguna de sus dependencias se encuentra en situación ruinosa.
El acuerdo cerrado con la Junta en 2005 se alcanzó tras un frustrado acuerdo anterior con el Ayuntamiento de Cádiz cuando se barajó la posibilidad de transformar parte del edificio en un complejo hotelero.
Esta apuesta hotelera, defendida por las monjas para dar acogida a quienes buscasen un lugar tranquilo para el estudio o el descanso, se cayó del proyecto final aunque se pintó sobre el plano la construcción de tres pequeños apartamentos de una habitación cada uno. Curiosamente, cuando PSOE entonces en el gobierno local redactó su primer plan de ordenación urbana llegó a barajar el traslado a parte del convento del vecino mercado de abastos de la Merced.
La precaria situación del inmueble religioso y lo que se suponía como inminente inicio de las obras de reforma provocó la marcha de las monjas al convento de la calle Feduchy.
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