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El motivo por el que la finca de la pastelería El Pópulo sí puede convertirse en apartamentos turísticos

El establecimiento se ubica en los bajos de un edificio levantado en el siglo XVIII

El plan contra la turistificación permite el uso hotelero a las fincas con protección especial

Las fincas dónde se pueden construir apartamentos

Fachada de la pastelería en el histórico edificio. / Julio González

La venta del edificio donde se ubica la histórica pastelería de El Pópulo, a un grupo inversor de fuera de Cádiz, va a provocar el cierre de este local, el tercero más antiguo de todo el comercio de la capital.

El inmueble, más allá del bajo y primero utilizado por la pastelería, apenas si está habitado por la familia propietaria de la finca, que ahora ha cerrado su venta. Se anuncia en su lugar, según se afirma desde el establecimiento, la posible reconversión del edificio en apartamentos turísticos, aprovechando la excelente posición estratégica del inmueble, entre las plazas de San Juan de Dios y Catedral y a escaso metros del muelle.

Este hipotético cambio de uso podría sorprender, teniendo en cuenta las importantes limitaciones que desde el Ayuntamiento se han impuesto para la apertura en el casco antiguo de determinados establecimientos hoteleros. La ordenanza contra la turísticación, aprobada a finales de 2022, prohibió la apertura en intramuros de más viviendas de usos turísticos (se ha comenzado incluso a anular registros autorizados en contra de esta norma), a la vez que limitó la apertura de nuevos hoteles y apartamentos turísticos.

En estos dos casos, la ordenanza sí acepta este tipo de cambio de uso de residencial a turístico en aquellos casos que afectan a fincas catalogadas con grado 0 y 1, que son las de mayor protección en la ciudad debido a su relevancia histórica. Igualmente mantiene el uso hotelero en aquellas zonas ya previstas en el PGOU vigente desde 2012.

Cuando se aprobó la ordenanza en 2022 el Ayuntamiento indicó que en la ciudad existían unas 150 fincas con algunos de los dos principales grados de protección en vigor, y con ello con posibilidad de pasar a tener uso hotelero. Y entre ellas se encuentra la finca de la calle Pelota donde funciona la pastelería.

El local de hostelería ocupa la planta baja de la mitad del edificio. En la etapa de gobierno del socialista Carlos Díaz, el Ayuntamiento compró la parte del inmueble vecina a la plaza de San Juan de Dios, a fin de ampliar las dependencias municipales. El resto de la finca siguió en manos privadas.

La llamada Casa de los Pazos de Miranda se levantó en 1793, con una característica fachada culminada por una potente balaustrada con florones de piedra, y con pilastras adosadas a su fachada. Durante años ocupó el inmueble los populares Almacenes Amaya, que desde entonces da nombre a todo el edificio.

De esta forma, la mitad ahora vendida mantiene la misma protección, como grado 0, que la comprada hace unas décadas por el Ayuntamiento, por lo que tiene la posibilidad de convertirse, finalmente, en un nuevo complejo de apartamentos turísticos. Con o sin pastelería en su planta baja.

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