Las motos fantasma de la Policía Local de Cádiz

El suministro de cinco vehículos para este cuerpo municipal llegó con numerosas deficiencias y ha tenido que ser devuelto en su totalidad, esperando su reposición

Agentes de la Policía Local de Cádiz con motos controlando el tráfico en la ciudad.
Agentes de la Policía Local de Cádiz con motos controlando el tráfico en la ciudad. / Julio González

La Policía Local de Cádiz no encuentra el modo de estrenar motocicletas. Los problemas con los vehículos de este servicio municipal parecen permanentes, o recurrentes cada cierto tiempo. Y el último incidente ha llegado a cuenta de las nuevas motos que desde hace semanas deberían estar circulando por la ciudad pero que aún no han podido hacerlo.

Fue a principios de este año cuando el alcalde, Bruno García, suscribió el contrato con la empresa adjudicataria de este lote de cinco motocicletas "tipo turing/trail aptas para uso combinado en ciudad y zonas interurbanas, con aptitudes para la circulación mixta por carriles en buen estado, pistas de tierra compacta o asfalto". "Deberá ser ligera, con una postura de conducción erguida y cómoda y un excelente radio de giro", añadía el pliego de condiciones de este contrato, por el que el Ayuntamiento abonó 71.113,70 euros.

Las motos llegaron hace semanas al parque móvil de la Policía Local. Pero de estas instalaciones solo han podido salir, hace unos días, cuando la empresa responsable del contrato ha recogido los vehículos, que presentaban numerosos desperfectos y anomalías.

"Las motos se transportaron de forma nefasta", trasladan fuentes consultadas por este medio, que aseguran que los vehículos presentaban "roces en los laterales" y daños en general. A este problema se unía el de los soportes para las maletas laterales, que son más amplios de la cuenta, lo que dificultaba la movilidad de las motocicletas entre vehículos o en espacios estrechos, que es función principal de la Policía que utiliza estos vehículos de dos ruedas.

Para colmo de desperfectos, cuentan las fuentes consultadas que los nuevos cascos que acompañaban a las motocicletas llegaron serigrafiados "de forma precaria", con las almohadillas interiores pintadas del mismo color del casco, con una pintura además que sería de mala calidad.

Este cúmulo de desperfectos mantuvo las motos nuevas en el parque móvil policial sin utilizar, hasta que la empresa acudió a retirarlas para corregir todos los fallos localizados y cumplir finalmente con el contrato de manera efectiva y según lo prescrito en el pliego de condiciones.

La peor parte se la llevan los agentes, que siguen patrullando con motocicletas que superan los 12 años de antigüedad.

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