Ni un muelle como acceso alternativo ni un paseo Quiñones ampliado
El proyecto original del Consorcio se ha ido diluyendo por presiones y falta de dinero
En el principio de todo, la Junta de Andalucía consideraba que el castillo de San Sebastián nada tenía que ver con las celebraciones del Bicentenario. Sólo la presión de la alcaldesa, Teófila Martínez, ante la entonces vicepresidenta del Gobierno y presidenta de la Comisión Nacional, María Teresa Fernández de la Vega, logró no solo que esta fortaleza se incluyese en la red de equipamientos relacionados con el Doce sino que además se considerase como esencial para esta conmemoración.
Iniciado el proceso de rehabilitación, el proyecto original, en manos de una de las sociedades del Ministerio de Medio Ambiente, realizaba una potente apuesta por este edificio, con una actuación integral y espectacular.
Además de una serie de elementos destinados a la celebración de exposiciones y espectáculos de diversos tipos, el proyecto incrementaba de forma considerable los accesos, y salida, al histórico castillo.
Desde un principio se asumía la dificultad que suponía llegar hasta el castillo al ser necesario atravesar los más de 600 metros de longitud del paseo Fernando Quiñones, vía además especialmente estrecho.
Para ello, el diseño que puso en marcha el Ministerio preveía instalar una superficie anexa al propio paseo para ensanchar parte del mismo y permitir de esta forma el paso de vehículos de emergencia sin grandes problemas.
Junto a ellos, se proyectó también la recuperación del antiguo muelle del castillo. En este caso la operación era más costosa y complicada de ejecutar. Se preveía recuperar la antigua estructura portuaria para permitir el acceso de barcos de pequeño calado y con capacidad para un centenar de pasajeros.
Este muelle obligaba a realizar un dragado en la playa de la Caleta para abrir una canal de acceso, lo que afectaba a parte de las rocas de la zona. Esta circunstancia provocó la protesta de varios colectivos ciudadanos, con plataforma incluida, que logró paralizar esta operación, cuando al frente del Consorcio se encontraba ya Luis Pizarro, quien eliminó de la actuación tanto el muelle como la ampliación del paseo Fernando Quiñones.
Por si fuera poco, buena parte de los usos que iba a tener el castillo a lo largo del 2012 se fueron diluyendo debido a los recortes presupuestarios.
De esta forma, se ha descartado la construcción de un auditorio donde hoy se encuentra el montículo y la santa bárbara; igualmente no se instalarán las carpas que iban a ser gestionadas por las comunidades autónomas y los países iberoamericanos de cara al Bicentenario.
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