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Un mundo por descubrir

La ciudad guarda bajo tierra multitud de espacios subterráneos que podrían enriquecer su patrimonio turístico si fueran visitables

Las galerías subterráneas del Teatro Romano servían de acceso al graderío. / Joaquín Hernández Kiki
Rafa Burgal

21 de mayo 2017 - 02:13

Cádiz/El subsuelo de Cádiz esconde un mundo por descubrir. Un patrimonio que escapa a los ojos del gran público, pero que, convenientemente adaptado y explotado, puede ser un atractivo turístico importante. Así lo piensa Eugenio Belgrano, gerente de las Catacumbas del Beaterio, que el pasado viernes presentó la ampliación de este proyecto con la incorporación de un Centro de Interpretación del Subsuelo en la calle Rosario y los sótanos de la Casa del Pirata, una casa burguesa de estilo isabelino del siglo XVIII situada en la calle Beato Diego de Cádiz. "Todo el que va a una ciudad quiere subir a la torre más alta y bajar al boquete más bajo", justifica Belgrano para explicar el interés que tiene un turista cuando viaja a un lugar determinado.

Bajo nuestros pies tenemos todo un entramado de túneles y galerías que sólo pueden ser visitados en una mínima parte por falta de adaptación o por encontrarse dentro de propiedades privadas. Belgrano, que se conoce casi palmo a palmo todos los tesoros subterráneos conocidos de Cádiz, cree que en la ciudad puede haber en torno a unos 100 kilómetros de conducciones históricas, un dato que se podría doblar si se sumasen las modernas. Sin embargo, todo no es rescatable para los visitantes. "Lo importante es poder contarles una historia", remarca Belgrano para señalar qué espacios son adaptables. En la actualidad, el turista dispone de un corto abanico de posibilidades si quiere descender bajo el piso, a pesar de ser una ciudad en la que cada vez que se hace una obra aparece algo de nuestro legado histórico.

¿Qué se puede visitar?

Partiendo de las últimas novedades, el Beaterio de Valverde es un ejemplo de la actuación privada para mostrar un patrimonio diferente. En diciembre de 2015 se abrió al público este espacio, que era un panteón bajo el Beaterio que fundó María José Isabel en 1633. Historia y patrimonio se unen en esta zona destinada a los enterramientos, en donde también se celebran actividades de ocio con la reciente apertura de un escape room. Este espacio es sólo el inicio de un proyecto que se va a ir ampliando poco a poco.

De hecho, el primer paso importante lo ha dado con la puesta en marcha del Centro de Interpretación del Subsuelo en la calle Rosario, situado en la que, según relata Belgrano, pudo ser la casa del Marqués de Valdeíñigo, de la que se conservan los sótanos tras derribarse en el siglo XIX. En ellos, se encuentran un antiguo aljibe y lo que pudo ser un oratorio mientras que se construía la Santa Cueva. A este lugar hay que sumarle la Casa del Pirata, con la que se puede completar una visita al subsuelo privado de Cádiz.

La principal muestra de monumento relacionado con el subsuelo que tiene un gran atractivo para los turistas es el Teatro Romano, que volvió a abrir al público el pasado mes de junio tras seis años cerrado. Los visitantes pueden atravesar la galería subterránea de distribución del público hacia el graderío.

En las entrañas del Teatro de Títeres La Tía Norica está el yacimiento Gadir, el gran tesoro arqueológico subterráneo de Cádiz en donde se pueden contemplar restos de casas fenicias y calles de la época, una cisterna romana y una fábrica de salazones. Desde que se abriera en marzo de 2014, se ha afianzado dentro de la oferta cultural de la capital gaditana. Mucho menos conocida por el gran público es la antigua Fábrica de Salazones Romana, que se encuentra en el sótano del antiguo Teatro Andalucía.

La actual oferta del subsuelo de Cádiz se completa con los dos espacios más reconocibles, como son la cripta de la Catedral y el oratorio de la Santa Cueva.

¿Qué está cerrado?

Existen dos puntos negros en el subsuelo de Cádiz de espacios que están adaptados pero que se encuentran cerrados. El principal de ellos es el yacimiento de la Casa del Obispo, que lleva clausurado desde hace dos años y cuatro meses por las discrepancias que existen entre Monumentos A la Vista, adjudicataria de la explotación de este espacio, y el Ayuntamiento por el incumplimiento de la concesión y su estado de conservación. Asimismo, también siguen cerrados los Columbarios Romanos, que se encuentran en la calle General Ricardos.

¿Qué se podría visitar?

La lista de espacios subterráneos de Cádiz que se podrían visitar es enorme. Algunos de ellos están adaptados y en uso, pero al formar parte de dependencias privadas no se explotan turísticamente. Por otra parte, algunos de los túneles y alcantarillados de la ciudad se podrían adaptar para que los amantes de lo oculto desciendan al interior de la ciudad.

En el apartado de los túneles que se podrían adaptar para los amantes del subsuelo, Belgrano, a partir de su experiencia como espeleólogo e investigador, tiene muy claro cuáles son los que fácilmente se podrían enseñar al público si son preparados para ello. El más popular de todos es las Cuevas de María Moco, unas contraminas de unos 2,5 kilómetros que se construyeron para la defensa de las Puertas de Tierra, abarcando desde Bahía Blanca hasta la playa de Santa María del Mar.

Otro espacio que Belgrano conoce y que considera interesante para las visitas es el túnel del arroyo del Salado, que pudo pertenecer a los antiguos cuarteles de San Fernando y del que existen diferentes tramos en las calles Doctor Marañón, Chile y Enrique Villegas, bajo el árbol del Mora.

Otra galería subterránea que se podría abrir es la que dibuja en su plano Serafín Manzano en 1837, que recorre las Puertas de Tierra, el antiguo Castillo de la Villa -en la actual Guardería Municipal-, la iglesia de Santiago, el Beaterio de Valverde, el convento de San Francisco y Argüelles.

Por último, esta lista se completa con la Cueva del Pájaro Azul, en la calle San Juan, cuyo nombre se debe a un contrabandista que se llamaba el Pájaro Azul. Esta persona se refugiaba en este lugar. Este aljibe se convirtió posteriormente en una bodega, que cerró en los años 80. Éste es uno de los proyectos que pronto puede ver la luz.

Por otra parte, dentro de los espacios privados que se podrían visitar y que son accesibles en la actualidad, Belgrano apunta una interminable lista de lugares de Cádiz. Entre los espacios religiosos, señala las criptas de las iglesias de Santa Cruz, Santiago, San Francisco, El Carmen, La Palma, San Lorenzo, el oratorio de San Felipe Neri o los conventos de Santa María y de Nuestra Señora de la Piedad. Por su parte, entre la gran cantidad de aljibes accesibles destaca los de la Casa Lasquetty o el convento de Santo Domingo.

Todo esto es solo un pequeño ejemplo de todo lo que existe bajo tierra. Si se le añadiese todo el sistema de alcantarillado, galerías y conducciones que son menos accesibles, se podría sumar un rico patrimonio que atraería a un nuevo público que busca algo diferente cuando visita una ciudad.

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