La muralla de Cádiz, cada vez más en peligro por el abandono del Estado

Los compromisos de actuar en las fortificaciones se incumplen de forma constante

Ahora el dinero para las obras se busca en Europa

Estado de la muralla en la zona del Campo del Sur hace año y medio. Es una de las zonas donde aún no se ha actuado. / Jesús Marín

Las fortificaciones de la ciudad, que en su momento casi rodearon el perímetro del casco histórico y que son ejemplo de arquitectura militar en medio mundo, languidecen ante la dejación de las administraciones públicas de las que dependen, sobre todo el Gobierno central y en menor medida el local.

No es una cuestión nueva relatar que las murallas se encuentran en un estado de mantenimiento más que deficiente, que hay zonas donde hay grietas que alarman, mientras que se mantienen recintos abandonados con todo lo que ello supone. Parece que se obvia del legado histórico y cultural de estos recintos, que en otras ciudades donde se apostase por su pasado jugarían un papel más que relevante, con un potencial turístico y económico evidente, que en Cádiz no se ha sabido aprovechar.

La situación se agrava porque desde hace cinco años las actuaciones se encuentran paralizadas en lo que se refiere a las obras urgentes que se necesitan en las murallas exteriores; a la vez, no hay perspectivas de obras inmediatas en el castillo de San Sebastián, el gran referente de las fortificaciones, mientras que en otros recintos ya en uso tampoco se plantean actuaciones a medio o largo plaza necesarias para su mejor mantenimiento o para darle un uso ciudadano más adecuado. Hoy, solo el Ayuntamiento está trabajando en el torreón de la Puerta de Tierra para ubicar en el mismo un centro de interpretaciones de las fortificaciones de la ciudad, financiado con fondos europeos y que debería de estar ya casi listo.

El último acto de dejación de las obligaciones que se tiene con los gaditanos lo vuelve a protagonizar la administración regional, encargada de la rehabilitación de la muralla exterior de la ciudad.

Tras varios retrasos y promesas, y garantías de financiación como la que se anunció en mayo de 2019, el Gobierno central aceptó seguir adelante con este proceso de recuperación iniciado en 2015 y rápidamente suspendido tras las primeras obras.

Las quejas ciudadanas y la presión del Ayuntamiento surtió efectó. A través de la Dirección General de Costas (cuyos técnicos en Cádiz son los que más han defendido una actuación urgente en las murallas por parte de todas las administraciones) se aprobó una serie de "intervenciones de urgencia", que contaron con el visto bueno del Ministerio de Cultura, que siempre ha intentado librarse de su responsabilidad ante el mantenimiento del patrimonio histórico de gestión estatal.

Así, en septiembre de 2021 se autorizó una partida de 1,6 millones de euros para actuar en la consolidación del muro de defensa entre la muralla del vendabal y Capuchinos, y reparaciones en las zonas de Santa María del Mar, Santa Catalina y Punta Bonete. En el primer caso el coste era de 735.601 euros y un plazo de ejecución de 4 meses, mientras que el segundo implicaba una inversión de 896.448 euros y 8 meses de trabajo. Se advertía entonces que este dinero corría a cargo de la Dirección General de Costas a través de sus presupuestos ya en vigor.

Ha pasado medio año desde este triunfal anuncio, que obvió años de retraso, y los trabajos ni se han iniciado ni se le esperan, como se reconoce desde la propia administración. Más aún, parece que ahora quedan desligados de las cuentas de Costas. En este sentido, desde la Subdelegación del Gobierno en Cádiz se indicó a este diario que la intención era incluir estas inversiones en los fondos europeos.

Así, se prevé que España reciba 179 millones de euros para temas de regeneración de la costa... en todo el país. Cuando se obtenga este dinero se procederá a crear una comisión para el repartido por todas las demarcaciones y solo entonces, y ajenos a los presupuestos ya aprobados por la Dirección General de Costas, se podrán licitar las obras. Todo ello hace prever que aún queda un largo recorrido para que se reanuden los trabajos en las fortificaciones.

A la vez, la utilización de estos fondos para esta operación puede poner en duda que se logre una continuidad en el tiempo en el plan de regeneración de las murallas de Cádiz, ya que inicialmente se esperaba que una vez reiniciados los trabajos, no se produjesen más parones.

Lo cierto es que ya en 2015, cuando la Demarcación de Costas elaboró el plan global para todo el recinto gaditano, ya se advirtió que las murallas "han entrado en una madurez avanzada, y se encuentran en una situación crítica y de extrema gravedad". De ellos hace ya siete años, con varios temporales de por medio. Y desde entonces, aunque algunos tramos de la muralla sí se han arreglado, aún queda mucho trabajo pendiente y que la situación está peor que en 2015.

Junto a los elementos en manos del Estado, el Ayuntamiento tiene también su responsabilidad y su tarea pendiente. Así, en su mano está por terminar la zona superior del baluarte de San Roque, así como actuaciones en el frente de la Puerta de Tierra, la muralla en la Cuesta de las Calesas y mantenimiento en San Carlos.

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